Capítulo 7.

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*Narra Mauro*

-E-Eh...-balbuceaba Alexander. Yo desvié la mirada apenado, y sentí como un leve calor invadía mis mejillas. Él cubrió su cara con el cuaderno que estaba sosteniendo.
-Mis papás salieron de viaje, y yo olvidé mi llave en la casa, así que no puedo ir.

Traté de explicarle la situación para que no pensara mal, pero él parecía seguir apenado, ya que no bajaba el cuaderno. Lo pensó por unos segundos.

-Este... s-supogo que... sí. Pero debo preguntarles a mis padres primero. Sé que tal vez no volverán, pero aún así...
-Vale. Oye ¡no te pongas así! Ya te dije que no tienes por qué estar apenado-sonreí y le quité el cuaderno viendo sus mejillas rojas.
-B-Bien, ¡iré a llamarlos! Espera aquí.

Salió fuera de su cuarto corriendo. Yo me quedé ahí, recostado en su cama. No pude evitar sentirme apenado. Después de todo no era muy cómodo que digamos el quedarme a dormir a casa de un amigo que apenas conocía... No era muuy bueno.

Después de un rato volvió a subir y me levante de mi posición actuando como si nunca me hubiera recostado, aunque creo que sí me vio. ¡Qué pena!

-Y bien, ¿qué te dijeron?-pregunté-
-¡Puedes quedarte!-di un suspiro de alivio.
-¡Uff! Gracias. En serio te lo agradezco.

Estaba feliz porque no tendría que quedarme en la calle a dormir, y bueno, también me gustaba la idea de pasar un rato más con él... Quería conocerlo mejor.

Estudiamos por un rato más, cuando comenzó a darme sueño.

-Bueno, ¿no crees que es hora de parar?-dije mientras movía mi cabeza hacia mi hombro.
-¡A-Ah! ¡Sí, tienes razón!
-Uhm... ¿y podemos dormir ya? La verdad estoy un poco cansado, ¡je!
-¡Claro!

Me quería cambiar de ropa, pero él me seguía mirando. Comencé a sentirme incómodo, así que hice un gesto con la cara.

-¿Qué?
-¡N-No me mires!

Él se volteo extrañado. Me saqué la camisa, y como hacía bastante calor también me saqué la camiseta que llevaba abajo. Era un poco musculoso; no exageradamente, pero sí algo...

Todavía estaba cambiando, cuando...

-¡A-Alexander!
-¡L-Lo siento!

Ese tonto se había volteado y me vio sin camisa. ¡Qué apenado estaba!

Salió corriendo del cuarto como si su vida dependiera de ello. Cuando terminé de cambiarme también salí, y me encontré con él recargado en la pared, jugando con sus dedos. Yo sólo miraba el suelo, sin poder decir ni una sola palabra, pero no quería que esto se volviera como la ley del hielo, así que hablé.

-Eh... ¿estás bien?
-Sí-respondió.

Él seguía estando sonrojado, y creo que yo también lo estaba. Quise cambiar de tema, así que lo ayudé a levantarse e hice un comentario.

-Pues, dormiré en el suelo-dije señalándolo.
-¡N-No! No puedes hacer eso, podrías enfermarte-exclamó Alex.
-No te preocupes. No pienso exigirte demasiado; es tu casa después de todo-le sonreí
-Pero tú eres el invitado, y eso me haría un mal anfitrión-bromeó-. Podrías dormir en mi cama. Yo dormiré en el cuarto de mis padres; creo que no llegarán hasta mañana.

Tan sólo suspiré.

-Como quieras-encogí los hombros.
-Bien, entonces, ¡siéntete como en casa! Si necesitas algo sólo pídemelo.
-Vale-sonreí.

Entramos a su cuarto y hablamos un rato hasta que nos rendimos al sueño. Caí en su cama y cerré los ojos. Escuché como me decía "Buenas noches" y cerró la puerta. Me dormí rápidamente.

(...)

Me desperté como a las 3:00 AM. Sentía mojada mi cara. Era Chloe, que me despertó lamiéndome. Se metió bajo las cobijas y yo reí. "¡Qué linda!", pensé..., o al menos eso creía, hasta que sentí cómo metió su cabeza en mi short y mis bóxers (no sé cómo le hizo) y comenzó a lamerme. Sentí algo muy raro y me asusté un poco.

Me levanté de golpe y la perrita salio por uno de los agujeros de la pierna del short. La tomé alejándola un poco de mí y fui al cuarto donde Alex estaba durmiendo. Toque con el pie desesperadamente hasta que él me abrió.




I kissed a boy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora