*Narra Alexander*
Después de un largo rato, el timbre sonó. Recogí mis cosas en tiempo récord y salí corriendo del salón hacia la enfermería.
-¿¡Mauro se puso bien!?-pregunté en cuanto la enfermera abrió la puerta.
-Así es, sólo tenía unos golpes. Pero ya estaba algo herido, así que creo que debería permanecer en cama unos días-respondió ella, y yo suspiré aliviado.
-Gracias a Dios...
-¿Quieres pasar a verlo?
-¡SÍ! Eh... Por favor.
-Bien, pasa.Ella rió, supongo que al ver cuan emocionado estaba. Entré y me dirigí hacia la camilla donde se encontraba Mauro, durmiendo. La enfermera salió para dejarme solo, y yo suspiré. Comencé a hablarle a Mauro, aunque estuviera dormido.
-Tonto... ¿Por qué hiciste eso?-Me acerqué más a él- Debiste haber dejado que me golpearan. Eres... sólo eres un tonto-hice una pausa-. Pero, si eres tan tonto, ¿por qué me... me gustas? No lo entiendo. Eres tan lindo conmigo y yo sólo hago que te golpeen... Yo...
Miré su cara. ¡Se veía demasiado lindo! Me acerqué un poco más a él... y un poco más... y más, hasta que nuestros rostros estaban a punto de tocarse y cerré los ojos, pero justo entonces escuché un grito como de mujer, por lo que rápidamente me separé de él y miré a todos lados buscando a alguien, pero no había nadie.
-¡¿E-Eh?! ¿Hay... Hay alguien ahí?
Debió haber sido mi imaginación...
Miré a Mauro de nuevo, y luego me di cuenta de lo que hubiera hecho de no ser por ese sonido. Dios, soy un pervertido.
Escuché qu alguien abrió la puerta. Se trataba de Sarah y Lilith, quienes venían a ver cómo se encontraba Mauro.
-¿Él está bien?-preguntó Lilith.
¡Sí!-respondí rápidamente, y me alejé de Mauro un poco sonrojado.Sarah notó mi sonrojo, y puso una mirada insinuante.
-¿Qué estabas haciendo?
-N-Nada. Sólo espero a la enfermera.
-Bien, ¿y qué dijo ella?
-Dijo que deberá permanecer unos días en cama. Supongo que no podrá venir a la escuela, ni salir de su casa.
-Oh...-bajó la cabeza.Me sientí un poco mal. Se supone que Mauro saldría con Lilith ese día, y aunque él me guste, no puedo obligarlo a ser gay o a que deje de gustarle ella.
Ella lo hará feliz... ¿no es así?
-Oye, ¿entonces ya no podrás salir con Mauro?-preguntó Sarah.
-Supongo que no.
-¿I-Iban a salir?-pregunté, fingiendo no saber nada.
-Sí, pero como tiene que descansar, ya no podemos.
-¿Por qué no vas a su casa? Eso también sería como una... c-cita, ¿no?-sugerí.Sarah me miraba como diciendo "No seas tonto, se supone que tú debes salir con Mauro". A Lilith se le iluminó el rostro.
-¡Oye, es una buena idea! ¡Gracias Alex!
-De nada...-Sonreí, aunque supongo que se notaba que era una sonrisa falsa. En eso la enfermera entró.
-Chicos, tendré que pedirles que se vayan y dejen a Mauro descansar. Ya es hora de que se vayan a casa, sus padres deben estar preocupados.Salimos de la escuela, nos despedimos y cada quien fue a sus casas. Al llegar a casa, de milagro, mis padres ya estaban ahí.
-Buenas tardes, mamá, papá-los saludé.
-Hola-respondieron a coro.
-Ve a arreglarte para la reunión-dijo papá.Sin decir nada más, siguieron en lo suyo. Subí a mi cuarto y me di un baño. Al salir, vi una camiseta encima de mi cama... Tenía el aroma de Mauro. La doblé y la guardé, y después de vestirme bajé. Mis padres y yo subimos al auto para dirigirnos a ese lugar.
Ya estando allá, lo único que hacíamos era saludar a otras personas; personas que de hecho no me importaban. Luego de un rato comencé a aburrirme. Sólo podía pensar en Mauro, y en cuándo se pondría mejor. Me sentía culpable de lo que le había sucedido, ya que fue todo porque intentó defenderme.
-Alexander, presta atención-dijo mi mamá, interrumpiendo mis pensamientos.
-Mamá, ¿no podría irme?-Sabía que nada de lo que dijera haría que me dejara ir, pero de igual forma lo intenté-. En realidad, no tengo nada que hacer aquí.
-¡Claro que no! Si haces eso quedaremos mal.
-Lo único que les importa es su reputación, ¿no es así?...-suspiré.
-No es así-dijo papá-. Hacemos esto por ti.
-¡Pero yo no quiero esto!
-Eso no importa.
-...Me largo-dije, y me levanté de la mesa.
-Alexander, no te atrevas.Mi padre me amenazaba, pero no lo escuché. Continué caminando, y salí de ese lugar tranquilamente, aunque por dentro estaba muriendo. Sabía que no harían nada por detenerme, pero estaba asustado de lo que podría suceder cuando los volviera a ver en la casa, donde no había nadie para juzgarlos... o por lo menos no había nadie que les importara.
En ese momento de veras deseaba poder llamar un taxi, o por lo menos estar acostumbrado a ir en autobús, pero como no tenía celular ni nada, simplemente comencé a caminar sin un rumbo en específico. En realidad ya no me importaba si no podía encontrar el camino a casa.
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I kissed a boy.
Romance*ESTE PROYECTO ESTÁ RETIRADO* Alexander asiste a la preparatoria. Desde el día que le confesó a sus padres que es gay, su vida se ha vuelto prácticamente un infierno. Sus dos mejores amigos lo dejaron solo, sus padres ya no lo trataban como antes, c...