Fresa
Nota: tal vez en una parte les parezca que habrá lemon, pero lamento informarles que no soy buena en ello, también este aviso va para aquellos que no les gustan ese tipo de escenas, así que no se preocupen, pueden seguir leyendo en cualquier momento :D
Fresa
Habían pasado tres meses desde que nos enteramos que seriamos padres, por lo que mi Hinata ya tenía cuatro meses de embarazo, se veía aún más hermosa que nunca, ahora que en su vientre se comenzaba a notar su estado.
Como lo había dicho Tsunade, ya sabíamos más sobre la marcha de este, el embarazo duraría 9 meses, y al parecer yo estaría sufriendo los síntomas hasta el último día de la gestación, lo cual hacía que fuera objeto de burla por parte de Sasuke y Ero-senin. ¡¿Cómo es que no se cansaban de reírse por lo mismo?! Que si me daban mareos: risa, si tenía nauseas: risa, si me desmayaba o vomitaba: carcajadas.
-Etto... Hokage-sama, necesito que firme estos documentos – Me dijo mi secretaria.
- Claro – Le conteste secamente, era uno de esos días en el que me había asaltado otro síntoma: fatiga. Mi madre se la pasaba regañándome diciendo que era un holgazán, y no lo niego, pero estas veces no era algo que dependiera de mí.
Este síntoma no lo entendía en lo más mínimo, bueno, a decir verdad no entendía ninguno de ellos. Pero la fatiga, era un cansancio como si no hubiera dormido en un largo periodo, ni siquiera en mis antiguas misiones que solían durar más de un mes, me sentía tan agotado como ahora.
Pero a pesar de lo duro que lo estaba pasando (y lo que me faltaba) no me quejaba en lo más mínimo, pues si era un precio que debía pagar para que mi Hinata-hime* pasara su embarazo cómodamente, lo pagara con mucho gusto.
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Estaba preparando la cena, me alegraba poder algo que no fuera Ramen, (así es, mi Naru-chan seguía repeliendo el Ramen), complacer a mi marido con una variedad de platillos era la forma en la que le daba las gracias por hacerme la mujer más feliz y también para apoyarlo a sopesar los tragos amargos que estaba pasando.
Me tranquilicé un poco al ver que él estaba disfrutando de sus malestares, o eso fue lo que me dijo una noche en la que me vio preocupada, y no le hubiera creído de no ser porque pude leer la verdad en sus ojos.
-Hina-chan! – Saludo mi esposo desde la entrada.
- ¡Naruto-kun! Okairi* – Le respondí.
- Hinaa-chaaaan – Volvió a decir mientras corría a abrazarme.
En cuanto estuve en sus brazos, me levantó del suelo y comenzó a girar. Me agradaba cuando los cambios de humor eran positivos.
- Por la forma en que te veo, parece que te fue bien hoy – Le pregunté entre risitas.
- Así es, pero... te extrañe dattebayo! – Confesó mientras me depositaba en el suelo. Recargo su cabeza en mi hombro y pude sentir cómo las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos.
- Lo sé, yo también Naru-chan – Le dije mientras pasaba mi mano por su cabello.
- Pero... Pero... – Decía entre lágrimas.
- ¡No hay porque llorar! Ya estamos juntos y eso es lo que importa – Le dije mientras lo consolaba.
- ¡Tienes razón! – Me contestó con una sonrisa amplia, cambiando otra vez de humor.
- ¿Qué te parece si comemos? – Le dije.
- ¡Sí, muero de hambre dattebayo! – Después de decir eso beso mi mejilla.
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Creo que estoy embarazado
FanficDespués de tres años de casados ¡Naruto y Hinata serán padres!, pero... Naruto tendrá que experimentar en carne propia lo que significa estar embarazado.