Cap. 18 "Café"

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–Hinata, yo... – Comenzó a decirme mi Naruto pero un de repente sentí una sensación desagradable, como si mis entrañas estuvieran siendo desgarradas, por lo que esta vez sí grité sin siquiera intentar contenerme.

Vi en sus ojos una batalla interna, y recordé esa noche posterior a la misión en Suna, en la que me había contado todo lo ocurrido.

–... Ya que pasó todo, tuve la oportunidad de hablar en privado con él. Me dijo que agradecía que lo ayudáramos y que en verdad esperaba que yo no pasara por lo mismo.

Me explicó que la razón por la que me pidió que lo sacara de ahí fue porque el dolor era tan insoportable que no se sentía capaz de aguantar "inquebrantablemente" aquel sufrimiento en presencia de Matsuri. Dijo que sabía que solo iba a conseguir ponerla más nerviosa.

Quería que lo supieras porque, aun no sabemos si lo mismo pasara cuando llegue nuestro turno, aunque... ¡Yo te prometo que estaré a tu lado me pese lo que me pese ttebayo!

La voz de Naruto en mi mente me dio a entender lo que estaba pasando con él. Y aunque en aquel momento, no me había dejado "preocuparme" por ello, yo ya lo había hecho, más de una vez me pregunté: ¿Qué haría yo si a Naruto le pasara lo mismo?

Sabía que físicamente no iba a poder hacer nada, ya que por desgracia era una simple humana y todas mis fuerzas estarían enfocadas al parto, pero lo que sí podía hacer era apoyarlo emocionalmente. Sabía que su mayor miedo era dejarme sola, por eso, yo me prometí ser fuerte y prepararme para ello.

–N-Naruto – Le susurré. Se dio la vuelta para mirarme y se arrodilló a mi lado, no sé si por el cansancio, el dolor o algo que no lograba entender. Me esforcé por sonreírle, quería que viera y comprobara que a pesar de todo, estaba bien y que era capaz de hacer esto. Acarició mi mejilla con lágrimas acumuladas en sus ojos, y ahora yo era la que se sentía impotente por no poder consolarlo. Lo miré a los ojos y después de un breve instante, me di cuenta de que había entendido mi mensaje: "Haz lo que tengas que hacer"

Cerró sus ojos dejando que una lágrima escapara, ¡Como odiaba verlo así y no poder hacer nada por él! Se levantó y besó mi frente. Me atrevería a decir que ha sido el beso más tierno y cargado de amor que he recibido en mi vida. Fue breve, pero duró lo suficiente para recordarlo por el resto de mi vida.

–Te amo – Me susurró con sus labios aun contra mi frente, aunque no era necesario, ese beso lo había dicho por él – Sasuke – Lo llamó después de darse la vuelta, su amigo se acercó sin más se llevó a mi rubio.

Y yo te amo a ti – quise decirle pero no lo hice. Sabía que si lo hacía probablemente no querría irse, y eso, es algo que él tenía que hacer. Así que me quedé ahí, luchando internamente por no intentar ponerme de pie y arrastrarlo a mi lado. En cierta forma agradecí que las contracciones me mantuvieran atada a la mesa de parto en todas las formas posibles, de otro modo, no sé qué habría hecho.

–¡Aaaahhh! – Grité ante otra contracción.

–¡Vamos Hinata esto apenas ha iniciado! – Me ¿Animaba? Tsunade-sama.

Estaba consciente de ese hecho, y verdad estaba intentando ser fuerte, pero era imposible. Sabía que el gritar no aminoraría el dolor pero también sabía que si no lo hacía y guardaba ese "penar" para mí, probablemente enloquecería. Pero mis ganas de ver a mi pequeño era lo que me motivaba a no rendirme, y de repente encontré una pequeña anestesia, pues me surgieron algunas dudas y el intentar darles respuesta mantenía a mi mente lo suficientemente ocupada como para no pensar solo en el malestar físico.

–Kushina, ¿Qué tal está su pulso? – Preguntó Tsunade-sama

–Estable – Respondió después de sujetar mi muñeca y esperar unos segundos en los que medía mis palpitaciones.

Creo que estoy embarazadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora