-Oye, baka, no piensas decirnos quién será el esclavo de quién – Preguntó el Teme
- No, eso lo decidiremos el día en que tengan que empezar con sus castigos – Le contesté.
- Hmn, ya lo sabía, tu cerebro no te da para pensar más, por eso lo dejarás descansar hasta ese día—Se burló.
- ¡Sasuke! Más te vale callarte si no quieres que... - De repente olvide lo que estaba a punto de decir, en mi mente sólo estaba una cosa, un deseo, así que me dirigí a un lugar donde muy probablemente encontraría lo que buscaba.
El lugar: La cocina, mi antojo: un pastel de limón, pero al llegar a la cocina – Que idiota eres Naruto Namikaze – Pensé para mí mismo, es casi improbable que mi madre tenga un pastel en su cocina, y menos de un sabor que no figura dentro de sus preferidos, así que decidí invocar un clon para que fuera a comprar uno y regresé a la sala resignado a encontrarme con los demás.
-¿Qué paso Naruto? ¿Ya practicaste tu discurso de derrota en esta conversación? – Me pregunto Sasuke en tono burlón
- ¡Sasuke teme! – Comencé a avanzar hacia el para darle su merecido pero... - Aaaggghh ya no aguanto, ¡¿Qué tanto hace?! – Me pregunte a mí mismo molesto
- ¿Ahora qué Naruto? ¿Por qué estás tan molesto? – Me pregunto mi madre
- Es mi clon, que aún no vuelve con... - Llamaron a la puerta - ¡Debe ser él ttebayo! – Brinque de emoción mientras corría a abrir, y efectivamente se trataba de mi otro yo el cual traía en sus manos lo que en ese momento deseaba.
- Esto es lo que me pasa – Les explique a todos señalando el suculento postre – Les invitaría, pero... debido a mi estado, no me pueden dejar con el antojo – Les dije aprovechando la situación a mi favor.
-¿No quieres Hina-chan? – Le pregunto mi clon a mi esposa, mientras ambos nos sentábamos en el suelo quedando en medio de la habitación
-No, muchas gracias Naruto-kun, pueden comerlo entre los dos si quieren – Nos dijo a mi clon y a mi revolviéndonos el cabello como si fuéramos un par de niños – Por lo que ambos sonreímos y comenzamos a devorar el dichoso pastel. ¡cómo amaba los antojos!, eran lo mejor del embarazo, porque las cosas sabían tan deliciosas, aunque era una lástima que aún me rehusara a comer Ramen, lo extrañaba, ya llevaba casi 6 meses sin probar ni un bocado del platillo que se supone es mi favorito.
- Oigan chicos... ¿ya tienen todo listo? – Preguntó de repente Sakura-chan
- ¿A qué te refieres? – Le pregunté antes de meterme otro trozo de pastel a la boca.
- Hmn, por esa respuesta supongo que no... me refiero a las cosas para cuando nazca el bebé – Explicó mi amiga.
- ¿Eeehh? ¿Qué cosas? Además, para eso falta tiempo – Le dije de manera despreocupada.
- ¡Cómo que falta tiempo baka! – Me dijo antes de golpearme la cabeza – Falta solo un mes, además puede ser que la fecha se adelante, realmente no entiendo cómo es que Hinata puede soportar tus estupideces – Me reclamaba enojada.
- Sakura-chan, eso dolió, y no fue eso lo que quise decir, es que... aaaghh no te entiendo, qué cosas – Le pregunté realmente confundido.
- ... - Sakura suspiró para tranquilizarse – Cosas como, ropa, biberones, pañales, una cuna, y ese tipo de cosas NA-RU-TO – Me explicó.
- Oh, eso, pues... - Comencé a decir y pude ver como Sakura comenzaba a apretar uno de sus puños.
- A-algo así – Le contesté.
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Creo que estoy embarazado
FanficDespués de tres años de casados ¡Naruto y Hinata serán padres!, pero... Naruto tendrá que experimentar en carne propia lo que significa estar embarazado.