Una vez que llegamos a la entrada de Konoha nos separamos, el Teme se fue a su casa, Shikamaru dijo que tenía varios reportes de misiones atrasados, Kakashi-sensei... digamos que se perdió por los caminos de la vida y mi padre, aunque hubiera querido hacer otra cosa, no hubiera podido, ya que en cuanto puso un pie en la aldea, una cabellera roja lo embistió y se adhirió a él.
–¡Mina-chan! – Kushina utilizaba un tono meloso.
–Mamá, ¿Dónde está Hinata? – Me ignoró.
–Mina-chan – Restregaba su mejilla contra la de mi padre el cual simplemente se dejaba hacer.
–¡Mamá! – Esta vez le grité para llamar su atención. Se giró molesta a ver quién la estaba molestando, pero sin previo aviso, al ver que se trataba de mí, dejó a su esposo por la paz y se lanzó a mí de la misma manera que lo había hecho con él.
–¡Naru-chan! – Canturreaba de la misma forma que lo hacía cuando era niño.
–¡Mamá suéltame dattebayo! – Le reclamé inconscientemente en el mismo tono que lo hacía hace años.
–¡Pero Naru-chan! Te extrañé mucho dattebane! – Exclamó.
–Kushina, te pregunté por Hinata – Le dije mientras ella revolvía mi pelo.
–¿Hinata? – Se preguntó a si misma – ¡Oh Hina-chan! – Exclamó mientras me soltaba – Esta en casa de sus padres – Me informó. Estaba a punto de dirigirme hacia la mansión Hyuga cuando ella me interrumpió.
–Ahora que recuerdo, me encontré a Ero-sennin y me dijo que te esperaba en tu oficina – Me informó.
–Gracias, pasaré después de ver a Hinata – Le dije.
–Dijo que era algo importante – Cambió su expresión a una de total seriedad lo cual me indicó que debía ir primero a ver a Ero-sennin.
–Está bien, iré a ver a Ero-sennin primero – Acepté con mucho pesar.
Deseaba ver a mi Hime, pero sea lo que sea que tuviera que decirme Ero-sennin debía ser importante para que mi madre me lo dijera en ese tono y que me hiciera cambiar de opinión sobre visitar primero a Hinata, ya que por lo general cada que podía se las arreglaba para que Hina-chan y yo pasáramos tiempo con ella.
Sin más demora llegué a la torre Hokage, saludé a las personas con las que me topaba en mi camino hacia mi oficina. Llegué a mi destino y extrañamente sentí esa sensación que me indica que estoy en problemas, pero decidí ignorarla y abrí la puerta encontrándome con algo que no esperaba.
Había alguien sentado en mi silla, alcancé a ver que mi sombrero Hokage se asomaba por la parte superior de esta. La silla se giró dejándome ver a la persona que estaba ocupando mi lugar, o algo así, ya que en el momento de encararme, utilizó el sombrero para cubrir su rostro pero algunos cabellos que se colaban sobre su pecho y su ya crecido vientre me dejaron ver de quien se trataba.
–Hina... – El "chan" se quedó atrapado en su garganta al ver mi expresión – ¿Hinata? – Esta vez pronunció mi nombre con cierto miedo, e internamente me alegré pues esa era la reacción que quería.
–¿Cómo te fue en Suna, Na-ru-to-kun? – Le pregunté colocándome su sombrero y cruzándome de brazos.
–Etto... Jeje – Respondió con una risita de travesura – ¡Esa Kushina le dije que no...! – Exclamaba mientras intentaba escapar por la puerta.
–¡¿Qué no que?! – Lo detuve – ¡¿Y a donde crees que vas Naruto Namikaze?! – Le grité poniéndome de pie y golpeando el escritorio
–C-cálmate Hi-hina-chan recuerda que estas embarazada ttebayo! – Comenzaba a temblar.
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Creo que estoy embarazado
FanficDespués de tres años de casados ¡Naruto y Hinata serán padres!, pero... Naruto tendrá que experimentar en carne propia lo que significa estar embarazado.