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Marcus está inclinado sobre su mesa, diseccionando Belle de jour escena por escena. Habla sobre la necesidad de Séverine de entregarse a sus propios deseos, total y completamente, hasta que fantasía y realidad se funden, y ella es incapaz de distinguir la una de la otra. Y yo estoy de rodillas delante de Marcus, lamiéndole la mano extendida.
Estoy de rodillas. Llevo una correa al cuello con el nombre de mi dueño grabado. Lo cual indica que:
Soy la mascota del profesor. Soy la perra de Marcus.
Él es mi amo.
Estoy sentada sobre los cuartos traseros, con las patas delanteras apoyadas en su torso y la cabeza enterrada en su entrepierna. Soy una perra en celo y olfateo el sexo de mi amo. Le froto la entrepierna con el hocico, olisqueo su aroma, lo inhalo. El almizcle secreto que me indica que soy suya y solo suya. Inunda mis fosas nasales, inunda mi cabeza. Floto en una nube de amor y no hay ningún otro lugar donde prefiriese estar. Gimo y ladro para mostrar mi contento.
Le miro la entrepierna e inclino la cabeza al percatarme de un pliegue en sus pantalones de vestir marrones. Lamo su entrepierna, recorro el pliegue con la lengua y noto cómo se le hincha y ejerce presión contra la tela.
Estoy manchándole la entrepierna de los pantalones a Marcus con la lengua y me aparta, con brusquedad, sin previo aviso. Me empuja con tanta violencia que me doy un golpe de costado y me quedo despatarrada en el suelo. Él me grita enfadado y me riñe.
Perra mala.
Lo miro y empiezo a gimotear, patética. Y eso lo enfada aún más. Mi amo odia mis lloriqueos, y eso me entristece. Tengo ganas de hacerme un ovillo, ocultarme en un rincón y ponerme a masticar un rico y sabroso hueso.
Marcus está hablando sobre los secretos que ocultamos en los sueños, sobre los secretos que ocultamos y amenazan con consumirnos.
Estoy a gatas sobre la mesa, con la cabeza hundida entre las patas delanteras y el culo en pompa, tan alto como puedo. Marcus tiene dos dedos metidos en mi coño y el pulgar apoyado en mi agujero del culo, como si estuviera en la autopista haciendo dedo. Yo meneo el culo y gimo de placer. Y todo está perdonado.
Soy la perra de mi amo.
Anna llega tarde a clase. Anna entra, y todos los hombres se ponen firmes. Marcus se pone firme. Y Anna está de rodillas delante de él. Tiene la cabeza hundida en su entrepierna. Está inhalando la esencia secreta que solo yo conocía. Está tumbada en el lugar donde estuve yo una vez.
Pero no estoy celosa. No me preocupa que haya dejado de quererme por otra. Me alegro de compartir mi obsesión. Me alegra compartir a mi amo con mi mejor amiga.
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LA SOCIEDAD JULIETTE
SonstigesAntes de que empieces a leer este libro, dejemos las cosas claras. Quiero que hagas tres cosas por mí. Uno. No te ofendas por nada de lo que leas a continuación. Dos. Olvida tus inhibiciones. Tres (y muy importante). A partir de ahora, todo lo que...