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Hoy se ha suicidado una chica de la universidad. Se llama Daisy. Se llamaba Daisy.
Era una chica guapa. Una chica dulce. Y lista. Yo no la conocía, pero Jack sí. Trabajaba en la oficina para la campaña electoral.
El campus entero está en estado de shock. Casi puedes notarlo en el aire. Cuando sucede algo así, afecta a todo el mundo, los une a todos. Los campus universitarios son como pueblos. Todo el mundo está conectado a todo el mundo por dos o tres grados de separación. Por eso todo el mundo conocía a alguien que, a su vez, conocía a Daisy. Y todos necesitan entender, para encontrar algún sentido a lo que no lo tiene, para poder asimilarlo, dejarlo atrás y seguir con sus vidas. Pero la muerte tiene una forma de hacerse presente mucho después de que haya ocurrido. Y tiende a permanecer.
De todas formas, es algo que lleva un tiempo ocurriendo.
Daisy no ha sido la primera. Ha sido la tercera de este año. La segunda del semestre. Chicas a las que parecía que todo les iba sobre ruedas. Y decidieron que no tenían nada.
Sé que Jack está realmente afectado. Aunque no para de decir que está bien. Es muy machito, a su manera. Se niega a mostrar su debilidad, quiere que yo crea que puede lidiar con ello solo, y yo sé que puede, pero de todas formas estoy preocupada.
Bob DeVille ha cerrado la oficina para la campaña electoral durante la tarde, como señal de respeto. No ha sido una decisión política fácil a menos de dos meses de las elecciones, pero sí ha sido la correcta. El personal ha decidido guardar luto por Daisy. Bob hará una aparición en público y dirá unas palabras; los guiará en la oración y levantará el ánimo a sus tropas. Un auténtico líder en tiempos de luto.
Jack siempre hace la broma de que sería un buen presidente. Yo siempre le digo que piensa en un futuro demasiado lejano. Bob ni siquiera ha llegado al gobierno. Pero Jack tiene grandes esperanzas, admira a Bob como si fuera una especie de figura paterna, y quién soy yo para
disuadirlo. A lo mejor tiene razón.
Quiero acompañar a Jack esta noche. Quiero estar con él y
apoyarlo.
—No —me dice—. Tú no la conocías. Es mejor que vaya solo. Y entiendo el porqué, pero estoy preocupada por Jack. Quiero
ayudarlo. Está excluyéndome. Se cierra en banda y me deja fuera. Me siento frustrada. Solo quiero estar a su lado y él me rechaza. Y eso me parte el corazón.
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LA SOCIEDAD JULIETTE
RandomAntes de que empieces a leer este libro, dejemos las cosas claras. Quiero que hagas tres cosas por mí. Uno. No te ofendas por nada de lo que leas a continuación. Dos. Olvida tus inhibiciones. Tres (y muy importante). A partir de ahora, todo lo que...