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Finalmente Bruno terminó comprando los dos conjuntos que quería. Se parecía un poco a como me vestía yo normalmente. No sé si lo hacía para agradarme más o sólo le gustaba. La cosa es que la pasé súper bien con él y con Mateo. Es más, Mateo me dio algo más de confianza y valor. Él es la primera persona que sabe de este doble secreto. Me sentí aceptado, cómodo y con valor por mi amor hacia Bruno. Me sentía incluso hasta más fuerte.

El lunes siguiente, volvía a mi casa solo totalmente distraído caminando. Pensaba en cualquier cosa cuando de pronto sentí un par de pasos detrás mío que se asemejaban a un paso verdaderamente apresurado, casi corriendo así que apresuré el mío también sintiendo como alguien se acercaba cada vez mas a mi. Era cada vez más intenso y no quería voltear; agachaba la cabeza un poco hacia adelante para sentirme con un poco mas de confianza y seguridad. Hasta pensé en cruzarme de calle de una manera algo suicida sin siquiera mirar a los costados hasta que de repente, detrás mío, saltó Bruno para asustarme y terminó parado enfrente mío evitando que diera un paso hacia adelante más. Terminó en una pose como "voilà", como si hubiese hecho un gran experimento o creación y me la estuviese mostrando totalmente maravillado de su producto, con una sonrisa de oreja a oreja mientras que yo tan sólo me quedé totalmente duro en el lugar, con los ojos abiertos mirándolo y creo que hasta se me escaparon algunas lágrimas del susto. Por lo general me da de miedo salir solo por la calle y aún más cuando son calles algo solitarias. Bruno tan sólo se reía mientras yo trataba de recuperar el aliento sin largar más lágrimas porque sabía que si lo hacía lloraría. De verdad que me asusté demasiado. Luego de 10 segundos aproximadamente reaccioné y empecé a largar algunas lágrimas más mientras las secaba con la manga de mi buzo. Bruno se afligió. Me tomó en sus brazos lo cual me hizo sentir aún más débil y también me hizo confiar mi peso en sus brazos, los cuales eran uno de los mejores lugares en los que preferiría estar. Cuando ya estuve en ellos tan sólo levanté la mirada y allí estaba mirándome y sonriendo. Pegó su frente con la mía y me calmó pidiéndome perdón y diciéndome que nada malo pasaba. Yo sólo puse una sonrisa algo quebrada y lo abracé fuerte hundiéndome en su pecho. Luego me aparté.

-¿Sabés qué? Creo que vivimos cerca. Normalmente tomo otro camino a casa pero este también es bueno ¿A donde vivís?

-Eh... Tan sólo restan tres cuadras. Dos por aquí derecho y luego hay que doblar a la izquierda. 

-¡Te acompaño! Yo vivo a otras tres cuadras de allí- algo dentro de mí dio un salto de alegría.

-¿En serio? Genial, no lo sabía - sólo quería que volviese conmigo a casa todos los días.

-Si... Em, bueno. Te seguí por una razón y espero que no me digas que no a la siguiente propuesta. La verdad que me gustó mucho estar con vos el jueves. De verdad me caes bien y es lindo pasar tiempo juntos - me quedé mirándolo un rato y sonreí antes de hablar.

-Gracias - Me reí - Pienso igual. No estuvo mal. 

-¿Te parece repetirlo algún día de nuevo? 

-Claro, ¿por qué no? 

-Pero solos...- me sonrojé de nuevo y me reí.

-Por supuesto que si.

-De acuerdo. 

De repente, recordé que mis padres viajarían éste fin de semana desde el sábado por la mañana hasta el domingo a la tarde, casi llegando a la noche dejándome un tiempo solo. Podríamos hacer algo más que sólo salir, pensé, así que se lo dije.

-Mis padres no van a estar este fin de semana desde el viernes por la noche hasta el domingo por la noche así que podríamos organizar algo cualquiera de esos días. Podrías venir a casa, o podríamos ir a algún otro lado mejor que tan sólo el centro comercial o el parque.

-Me parece buena idea... ¿Sabes qué? Te digo un secreto: sé conducir motocicletas y hay un lugar muy lindo que me encantaría mostrarte. Sería bueno que me dieras con el gusto de llevarte allí el sábado por la tarde, que acampemos por la noche y volvamos al día siguiente, si es que gustas. 

La verdad me tomaba por sorpresa y tenía miedo de que nos pasara algo y alejarme de casa sin autorización de mis padres pero sinceramente estaba cansándome de hacer las cosas bien y pensar tanto así que sin más le dije: 

-¡Me parece perfecto! El sábado, entonces. 

-Por supuesto. Paso a las 4. Procura estar listo y bien equipado. Es una pequeña casa de campo, no muy lejos de de la ciudad, que tengo. Y estaremos los dos solos. 

-¡Genial!- de alguna forma ya habíamos llegado a mi casa así que me despidió allí con un beso en la mejilla. A medida que se iba se daba la vuelta para verme y saludarme de nuevo. Y cada vez que lo hacía, era de una forma diferente. Me reí mucho. Y cuando ya había desparecido por la esquina y pensé que no lo vería más, sentí un silbido y era el de nuevo saludándome desde lejos.

Cuando entré al jardín de casa, lo vi a Bautista entrando a la suya la cual está enfrente de la mía cruzando a la calle así que corrí a saludarlo. Le conté lo sucedido con Bruno y estaba algo raro. Tal vez cansado. Pero bueno le dije que cualquier cosa podía contar conmigo, llamarme, lo que fuese. Yo estoy para él.

Con respecto a Bruno me sentía tan feliz. Estaba experimentando tantas cosas buenas y tan lindas  a la vez. Por primera vez en tanto tiempo me sentía vivo. Rompiendo las cadenas que me ataban para poder ser libre al fin. Siempre la clase de chico correcto e inseguro pero creo que el estaba rompiendo con todo eso y cambiándome en cierta forma. Tampoco sabía si era óptimo atribuir tantas cosas buenas a alguien que podría desaparecer de un segundo a otro como el polvo en el viento y nunca mas volver, pero por el momento me sentía muy bien con él. No podía esperar al viernes.

Christopher Brown y su corazón de hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora