Jared El Mutilador (Creepypasta)

Capítulo 9: Rachel Collins

*Narrador Omnisciente*

-Jared iba a dirigirse hacia la casa de su próxima víctima cuando no muy lejos una patrulla andaba por la zona, y lo mas seguro es que le estuviesen buscando a el, por lo tanto tenia que adentrarse en el bosque lo mas rápido posible, de modo que sus planes habían dado un giro inesperado.

Cuando llego a su caseta tiro las cosas hacia la cama bruscamente y se sentó cabreado en un sillón, odia que los planes se le jodan y mas si se trata de una venganza. La ira se apodero de su ser, no podía aguantarlo mas ¿que podía hacer ahora?

Necesitaba lo mas pronto posible asesinar a alguien, estaba nervioso, su cuerpo temblaba y el odio que sentía por dentro era incontrolable, realmente le fastidiaba, así que después de tanto pensar y pegar algún que otro puñetazo a la pared se le ocurrió la brillante idea de llamar a esa persona, Rachel Collins...

Esta chica le hizo muchísimo daño, Jared nunca tuvo novia ni nada por el estilo, todas las chicas le rechazaban, salvo ella, ella fue la única que se suponía que se había enamorado de el, era una chica popular en el instituto, muchos soñaban con estar con ella...incluso Jared soñaba lo mismo, pero de sobra sabía que esa chica jamas se fijaría en el, ni aunque fuera un poquito, hasta que un día se toparon por el pasillo, sin querer chocaron y como la típica escena de película a ella se le cayo todo lo que tenia en sus manos, ella le pidió perdón por lo sucedido y el sin decir nada se agacho a ayudarla, cuando alzaron la mirada, las mejillas de Jared no pudieron evitar sonrojarse y ella sonrió falsamente para no quedar mal, pero el no lo tomo así, por lo tanto creyendo que ella por fin se había fijado de la manera que el quería le pidió una cita para conocerse mejor, ella puso los ojos en blanco, le miro de arriba abajo y se negó sin pensárselo dos veces, Jared se marcho con tristeza y sin poder evitarlo se le cayó alguna que otra lagrima, creía que por fin podía tener algo con alguien.

Al día siguiente de lo ocurrido Rachel se topo con sus amigos Joshua Harrinson y Amy Hamilton,( si , era muy amiga de esos dos), ella les contó lo que le paso ayer con el chico emo sin apenas amistades y ellos no pudieron parar de reír pero al instante se miraron el uno al otro con la mítica mirada de tramar algo y ademas nada bueno y ella extrañada les pregunto:

-¿Que es lo que traman?

-Bueno...puede que se nos haya ocurrido una gran idea para molestar a ese marginado social - Dijo Josh entre risas.

-¿Y que es lo que habéis pensado? - Dijo ella con intriga y ansias de saber lo que se traían entre manos.

-¿Y si aceptas esa cita con Jared y finges enamorarte de el, esperas a que te pida salir, que de seguro que no tardaría y después le das calabazas cuando ya este mas pillado por ti?

-¡QUE CRUEL! Aunque...no es mala idea, puede ser muuuuy divertido.

Rachel de inmediato se fue a los pasillos del instituto y espero a ver si por casualidad se encontraba a Jared para aceptar su propuesta y comenzar el plan, al cabo de 5 minutos la campana sonó y todo el mundo salió de sus clases, ella rápidamente fue directa hasta su clase y espero, Jared como no tardo mas que el resto en salir, pero al final lo hizo y como siempre iba solo, camino hasta llegar a su taquilla y ella le sorprendió con un:

-¡Muy buenas chico emo! - Dijo con su sonrisa encantadora.

-H..Hola... - Dijo Jared con desgana.

-¡Acepto!

-¿Eh? ¿Como que aceptas?, Aceptar...¿el que?

-La cita, la cita que me propusiste para conocernos mejor, lo e pensado y...me apetece quedar contigo.

Jared sorprendido de inmediato le propuso hora y lugar para ir a cenar y ella con mucha "ilusión" asintió y se marcho a su casa.

Por fin había conseguido una cita con una chica, y ademas una chica muy guapa para el, debía ir muy bien vestido, necesitaba causarla buena impresión y con su vestimenta de emo punk no iba a ninguna parte, miro en su armario y saco unos pitillo vaqueros que se había puesto tan solo dos veces en su vida, cogió sus vans a cuadros rojos y negros, una camisa a cuadros a juego con las vans y un gorrito negro que le quedaba de lujo.