Cap 5

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-Hola hermoso, ¿qué te sirvo?

La voz del barman me perseguía. Estaba en el estacionamiento del Bar The Palace, al que habíamos ido mis amigos y yo... Y tenía una furiosa erección por la forma en cómo sentí que casi me acariciaba íntimamente con su voz y su mirada, el guapo barman.

-Soy Alistair... ¿Y tú eres?

¡Joder!

Miré el cielo nocturno, sintiendo un gran vacío en mi pecho por haber salido corriendo en cuanto tuve una oportunidad. El barman era un chico demasiado apuesto como para que fuera legal. Estaba para morirse.

En cuanto me había acercado y había escuchado su sedosa voz, me había visto obligado a levantar la mirada, como hipnotizado. El muchacho de unos 21 años, con el cabello rojo en todas direcciones y una sonrisa perfecta y blanca me tenía hechizado. Mi cuerpo reaccionó con fuerza, tirando de mí hacia el hermoso chico que me devoraba con la mirada, como si estuviera calculando el tiempo que le tomaría el rasgar toda la ropa fuera de mi cuerpo.

Y el problema había surgido cuando mis pensamientos siguieron exactamente esa línea. ¡Yo también quería arrancarle toda la ropa al guapo barman! Y recorrer los tatuajes que se adivinaban bajo su camiseta con la lengua, besar cada centímetro de su cuerpo...

Solté un gemido lastimero.

¡Él era un hombre! Maldita sea, este día estaba resultando ser un verdadero reto para mis hormonas. Pasé de un año completo en la más aburrida monotonía, sin nada que me emocionara, a descubrir que era un voyeur, a hacer un trato con Cedric y a que me gustaran los hombres...

¡No me gustan los hombres!

-Soy Alistair... ¿Y tú eres?

Suspiré profundamente. Vale, quizá no me gustaran los hombres en plural, pero estaba claro que sí me gustaba el chico. Y ese detalle me cagaba completamente de miedo. ¿Qué se suponía que hiciera con esa nueva información? ¿Cómo iba a enfrentarme a ese pequeño detalle? En cuanto el chico me había comenzado a coquetear, me había quedado completamente en blanco, sin tener idea de qué demonios hacer. ¿Cómo podía uno coquetear con alguien de su mismo sexo? ¿Serían las mismas reglas que cuando coqueteo con una mujer? ¿O había un protocolo completamente distinto? ¿Cómo se suponía que supiera qué hacer en una situación como esta?

Casi deseaba regresar a mi segura monotonía.

-Hola hermoso, ¿qué te sirvo?

Sacudí la cabeza con irritación, negándome a dejarme controlar por los recuerdos de esa sexy voz. No podía sucumbir, el problema es que no podía encontrar ni una sola razón lógica para negarme... Y si ni siquiera la razón me acompañaba, no podía comprender por qué me negaba...

Sólo no podía correr hacia él. Era una hombre y...

-Oye Ethan, ¿qué demonios te sucede?- me pregunta Cedric apareciendo a mi lado. Malorie iba a su lado, colgada de su brazo. Caden y Summer también estaban allí.

-Yo... eh... Nada- digo negando con la cabeza. La verdad es que no tenía ninguna gana de hablar con ellos en ese momento.

-Malorie y yo nos vamos, ¿nos acompañas?- me pregunta Cedric realmente emocionado. Yo lo miro sorprendido. Mi erección no había bajado en absoluto desde que había cruzado mis ojos con los bonitos azules del barman... pero no tenía ganas de verlos a ellos en ese momento. Quería ver más a mi joven barman que a ellos.

La verdad es que había encontrado realmente interesantes sus ojos. Si bien yo sólo tenía 18 años, el chico no se veía demasiado mayor. Yo asumía que tenía alrededor de 21, pero su cara no representaría mucho más de 19... Aunque sus ojos eran otra historia. Aparte del obvio deseo hacia mí que se vislumbraba en ellos, había algo más, una especie de conocimiento, de experiencia de la vida que hacía que pareciera varios años más viejo de lo que representaba.

Maldición de Sangre (Maldiciones de Bosque Azul 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora