Cap 12

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Inspiré profundamente, recobrando ligeramente la consciencia. No recordaba mucho de lo que había sucedido antes de desmayarme, pero la verdad es que no estaba preocupado de eso. Por lo incómodos que se sentían mis Bóxers, me di cuenta que me había corrido antes de quedar en el piso. La cara de Alistair se me vino a la mente y supe que lo había pasado muy bien antes de quedar KO.

Me acomodé en el piso, sin ninguna intención de levantarme aún. No tenía prisa y el suelo estaba fresco, por lo que era muy agradable.

Recordé que Alistair había sostenido mis manos sobre mi cabeza mientras me besaba el pecho y el estómago, intercalando lametones y mordidas. Se sentía muy bien... y se sintió aún mejor cuando su mano llegó a mi erección y comenzó a estimularla. Me acordaba de sentirme completamente dominado y protegido entre sus brazos. No podría haberlo querido de otra forma...

Pero antes de eso Alistair me había asustado mucho. Casi me meaba encima al ver sus ojos. Me hizo beber de su muñeca y decía que lo sentía, pero que era para protegerme... Yo no entendía qué quería decir con eso. No tenía ningún sentido. ¿Protegerme de qué? La verdad es que él nunca lo dijo, y yo me olvidé completamente del asunto cuando él comenzó a jugar conmigo.

Sin embargo, me acordaba también del miedo que había sentido después. Alistair me miraba con desesperación, luchando por alcanzarme, mientras una mano no bienvenida sostenía mis bolas con firmeza. Estaba completamente a merced de otro...

Sacudí ligeramente la cabeza, negándome a pensar en eso en ese momento. Me enfoqué en las sensaciones a mi alrededor, sorprendido de que éstas fueran tan nítidas.

El lugar olía a verano, a brisa marina... Pero también estaba mi olor por todas partes. Podía oler a otras personas en mi habitación también, pero no intenté identificar a nadie. Había otro olor que me golpeaba con fuerza: sexo. Sí, yo casi había tenido sexo con Alistair la noche anterior, y había sido alucinante.

Pero eso no era lo único que podía sentir.

Sentía el viento en mi piel, refrescándola, bajando ligeramente la temperatura de la habitación. Me daba cuenta que la brisa era casi imperceptible, pero yo podía perfectamente sentirla. Era muy agradable, en contraste con el calor de la habitación que me molestaba. Sentía que estaba algo abochornado y no me encontraba del todo cómodo.

La otra cosa que era molesta era la gran luminosidad en la alcoba. Se notaba que era de día, pues había mucha luz, y era de lo más irritante. Moví mi mano ligeramente buscando algo con lo que tapar mi cara para poder esconderla en algo de tela...

Solté un grito desgarrador al sentir como si hubiera metido mi mano en un jarro de ácido. Me puse de pie de un salto y me pegué en la pared de la puerta, gruñéndole a la ventana, sosteniendo mi mano lastimada en mi pecho.

A través de las corridas cortinas pasaba un halo de luz del sol...

Me puse completamente rígido al caer en la cuenta de lo que había pasado. Había puesto mi mano en la luz y me había quemado. ¡Joder, el sol me había quemado! No podía ser, Alistair no... Oh, mierda. Esa otra tipa, la que me había... Sacudí la cabeza y decidí enfocarme en el presente.

Miré mi mano con horror y vi que estaba de un furioso rojo, con algunas ampollas a causa de la quemadura.

-¡Oh, joder!- exclamo horrorizado al ver la maldita evidencia justo frente a mis ojos y la puerta de mi habitación se abre de golpe. Caden estaba parado en la puerta, buscando el origen del problema, pero yo lo ignoré completamente. Miré la ventana con todo el odio que pude reunir, sabiendo que sólo era cuestión de tiempo que el sol siguiera avanzando y yo no podría hacer nada, pues no quería acercarme a esa ventana y quemarme con el sol.

Maldición de Sangre (Maldiciones de Bosque Azul 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora