Cap 7

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-¿Diga?- contesta Chase a su teléfono tranquilamente, mientras alguien le gritaba algo al otro lado de la línea. Yo rodé los ojos al darme cuenta que era la voz de una chica, la cual debía estar en la cama con él. Resoplé divertido.

-Sigues siendo un hedonista, como siempre primo- digo burlón.

-¡No vuelvas a llamarme, loco de mierda!- exclama Chase furioso.

-¡No te atrevas a cortar la comunicación, Chase Morgan!- exclamo con voz de acero. Eran aproximadamente las diez de la mañana de un apacible día sábado... O, bueno, yo pensaba que era apacible. No es como si pudiera asomarme por la ventana para ver. ¡Me quemaría!

-¿Quién eres?- pregunta mi primo.

-Soy Alistair... Lo prometo. Sé que mi madre no se tomó muy bien la noticia, y no quiere creerme, pero de verdad, tienen que salir de allí- afirmo con desesperación.- ¿Podemos juntarnos? A la hora del almuerzo, en el café Taboo, en la carretera, a una hora de la ciudad, en dirección a la costa. ¿Por favor?

-¿Cómo sé que no eres un impostor y que es una trampa?- dice mi primo cautelosamente.- ¿Por qué quieres reunirte conmigo tan lejos de la ciudad? ¿Así me puedes coger más fácilmente?

-Porque no puedo entrar en la ciudad. Si voy allá, los tipos que me persiguen lo sabrán... Y si se enteran que estoy por allá, los matarán a todos ustedes, por favor. Si quieres puedes ir con más gente... Aparte que va a ser un lugar público....

-Una pistola bien escondida no está vedada en un lugar público- espeta Chase enfadado...

-Yo creo que has visto demasiadas películas- espeto con irritación. Vale, estaba siendo hipócrita. Yo era un vampiro, un real vampiro, que bebe sangre, no puede salir a la luz del sol y que no envejece en absoluto, y lo estaba acusando de ver demasiadas películas por ser demasiado precavido.

-No, tú has visto demasiadas películas, amigo. Si piensas por un segundo...

-Están en peligro Chase. Por favor. Sé que es difícil de creer, pero no puedo hacer nada desde aquí. Tienen que venir acá, estar a salvo, en donde pueda protegerles- le ruego.

-Vale. Iré, pero no prometo hablar contigo si me pareces demasiado sospechoso- dice Chase de malos modos.

-Mi cabello es corto y rojo, en puntas en todas direcciones. Vestiré completamente de negro, con una chaqueta de cuero y cadenas. Estaré en la esquina más oscura del local. No faltes- le digo a mi primo cortando la comunicación.


Llevaba alrededor de media hora sentado en mi rincón, esperando que Chase se apareciera por el lugar. De verdad esperaba con todas mis fuerzas que él apareciera, porque si no lo hacía, ya no tenía formas de ayudarles. Si ellos no me creían y Kenneth se cansaba de ellos, estaban muertos, y yo no podría hacer ni una maldita cosa para evitarlo.

Tenía una cerveza sin tocar frente a mí, y la miraba como si fuera un oasis en medio del desierto. Lástima que ni siquiera fuera capaz de soportar otro líquido aparte de la sangre... Bueno, podía soportarlo, siempre y cuando estuviera mezclado con ese líquido carmesí... Cosa que no podía pedir a un camarero en absoluto. No iba a correr riesgos en mitad del día, menos cuando estaba en el límite del territorio de una brutal manada de hombres lobo. No quería tentar mi suerte.

De pronto la puerta principal se abre, y Chase entra en el local, mirando a su alrededor, buscándome. En cuanto me ve, se pone completamente pálido, se da media vuelta y se marcha. Yo tuve que apretar los dientes con fuerza, enfadado ante su reacción. Maldita sea, no podía seguirlo allí afuera...

Maldición de Sangre (Maldiciones de Bosque Azul 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora