Cap 21

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La garganta me dolía horrores. Apenas podía tragar, pues la sentía completamente en carne viva... La verdad es que prefería seguir inconsciente. El dolor era espantoso. Había sido un alivio el sucumbir a la oscuridad cuando Katherine comenzó a destrozar mi cuello con sus dientes. Lo único que había lamentado era no haber tenido más tiempo con Alistair...

Bueno, por lo menos había tenido algo de tiempo...

Un momento... Sentía algo más que el dolor, algo más que la horrible sed de sangre que lógicamente iba a tener... Había algo, una cosa muy dura, que estaba dentro de... Oh, joder...

Solté un gemido ahogado, sin poder creer el placer que estaba sintiendo, el cual rivalizaba con el dolor en mi cuello. Pero eso no evitó que me horrorizara al descubrir que tenía un pene enterrado profundamente en mi culo. ¿Por qué había alguien follándome mientras estaba inconsciente y al borde de la muerte?

-Vamos Ethan, reacciona por favor, pareja, no puedes dejarme- la voz de Alistair sonaba algo lejana, pero era inconfundible. Sería capaz de reconocer esa voz incluso en medio de una multitud de gente gritando como loca o de conversaciones sobrepuestas...

-Alistair... ¿por qué me estás follando?- murmuro luchando conmigo mismo para abrir los ojos.

-¿Me aceptas como tu pareja, Ethan?- me pregunta Alistair seriamente. Yo fruncí el ceño y asentí ligeramente con la cabeza.

-Sí, Alistair. Sabes que sí, pero...- murmuro cuando un cuello se pone sobre mi boca. Había una diminuta incisión en el cuello que me dejaba saborear la sangre. Yo, sin poder evitarlo, sintiéndome embargado por el olor de mi pareja, mordí su cuello, sintiendo cómo se intensificaban las sensaciones en mi trasero. Joder, por mucho que me chocara el tener un pene en mi culo, la verdad es que se sentía condenadamente bien...

Entonces Alistair también mordió mi cuello. No pude resistirlo más. Grité mi liberación, sin querer quitar mis colmillos del cuello de mi pareja. Sentí una especie de conexión y cómo se me cortaba el aire. Con los ojos como platos, me di cuenta de lo que acababa de pasar.

-¿Quieres unirte a mí para siempre? ¿Seremos uno?- me pregunta Alistair tomando mi barbilla para que lo mirara a los ojos. Él estaba muy serio, como si lo que sucedía fuera algo de vida o muerte... no lo entendía. Se suponía que estaba prohibido los primeros cinco años, que iba a tener que esperar para poder enlazarme con mi pareja... Eh, que no me estaba quejando. La verdad es que lo único que había querido era mandar esa estúpida ley al infierno y ya estaba. Sólo me asustaba. Había un maldito concejal alrededor, que podía acabar fácilmente con nosotros si osábamos romper aunque fuera la más mínima de las leyes.

-Alistair... se supone que no podemos... yo...

-¿Quieres?- insiste Alistair con fuego en los ojos. Parecía que nada más importaba, más que mi respuesta en ese momento. Decidí confiar en mi pareja.

-Sí, por supuesto pareja... contigo al fin del mundo, pero...- le digo y veo, completamente desconcertado que Alistair pasa una de sus garras por su lengua, partiéndola.

-Debes hacer lo mismo, pareja- dice él mirándome con ternura y amor. Yo estaba algo aturdido. No entendía lo que estaba sucediendo (¿de verdad nos estábamos enlazando, o era otra cosa?), pero se sentía correcto, por lo que dejé de lado mis preocupaciones y copié las acciones de mi pareja.

Entonces Alistair me besó. Nuestras sangres se juntaron en nuestras bocas mientras ambos luchábamos por el dominio del beso. Y algo sucedió. Fue como el lazo que acababa de unirnos, pero mucho más fuerte. Me sentí entrar en el cuerpo de mi pareja, mientras Alistair entraba en el mío. Nuestras mentes se fusionaron por un instante y yo no sólo puede sentir lo que su cuerpo sentía, sino que sentí todas sus emociones: el amor, la ternura, la desesperación, el miedo...

Maldición de Sangre (Maldiciones de Bosque Azul 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora