Cap 2

537 67 20
                                    

Suspiré con resignación, mientras me levantaba al anochecer. Mi habitación estaba completamente oscura, pero eso no era un problema. Había dejado de serlo hace unos cuantos años.

Miré el calendario con desgana, sobresaltado al darme cuenta que habían pasado cinco años ya. Era el aniversario de mi muerte. Joder. Ahora era legalmente libre. Había aprendido todo lo que un vampiro tenía que aprender y podía marcharme y hacer mi vida cómo a mí se me viniera en gana, sin tener que seguir ya más las órdenes de mi Sire. Sólo el Dux tenía poder sobre mí ahora, y como yo no tenía planes de seguir en el Aquelarre, era completamente libre.

Sonreí emocionado y me puse de pie de un salto. Corrí las ventanas con emoción e inspiré fuertemente, llenándome de la esencia del aire nocturno. Vivía en la gran mansión del aquelarre, la cual estaba a unos kilómetros de la gran ciudad, lo que hacía una especie de engaño para nuestros sentidos, pues no estábamos lo suficientemente cerca de la urbe como para que nuestros sentidos se vieran sobrepasados por la civilización; pero tampoco tan lejos como para desligarnos completamente de ésta.

Miré la luna fijamente y sonreí. Brillaba con fuerza, casi completamente llena. Ésta iluminaba el cuidado jardín trasero de la mansión, manchando con sus halos plateados sobre los árboles y los arbustos, sobre el césped y la enorme fuente de agua que había justo al medio.

Suspiré con melancolía. Extrañaba la luz del sol. Lamentaba mucho no poder volver a verla nunca más, porque si osaba a asomarme durante el día, muy bien terminaría siendo cenizas. Es cierto que no estallábamos en llamas en cuanto un rayo de sol nos llegaba directamente, pero sí nos quemábamos. Y dolía condenadamente demasiado.

Agradecía al cielo que yo nunca hubiera sido un amante de las salidas al aire libre durante el verano, de tomar sol largas horas en la playa, que mi vida comenzara al amanecer y terminara al anochecer... Creo que habría sido mucho más difícil haber lidiado con la maldición de sangre que suponía convertirse en un vampiro.

Sacudí la cabeza, molesto conmigo mismo por dejarme llevar por aquellos pensamientos cuando la noche de mi liberación estaba recién comenzando.

Según la ley de los vampiros, un neófito es considerado como tal durante los primeros cinco años. En otras palabras, somos considerados vampiros sin capacidad de controlar nuestra sed de sangre y, por tanto, un peligro no solo para los humanos, sino para el secreto de los vampiros en sí. Por lo que, si un vampiro convierte a un humano, éste está obligado a enseñarle todo lo que sabe por los primeros cinco años, y el neófito está obligado a cumplir al pie de la letra todas las órdenes que su Sire le dé.

Para los casos especiales, existen los Aquelarres, los cuales se hacen cargo de cualquier neófito que esté residiendo en su área si éste ha perdido a su Sire o su creador le ha abandonado. En el segundo caso, el Consejo busca al vampiro creador, le da caza y lo elimina, por haberse deshecho de su responsabilidad para con su neófito.

Ahora bien, existen otras formas de llevar a cabo la enseñanza hacia el neófito. Si el vampiro creador no quiere la responsabilidad que supone un neófito sin control, lo puede llevar personalmente a un Aquelarre o con su propio Sire, aunque en caso contrario, el Sire de tu Sire no puede llevarte sin el consentimiento de tu propio creador o creadora.

En mi caso, mi Sire, una vampiresa llamada Katherine, nunca dejó que yo saliera de su vista. Ella me convirtió a propósito, porque ella me quería. Katherine deseaba que fuera suyo. Estaba obsesionada conmigo, lo que empeoró horriblemente cuando me negué a sus avances, principalmente porque jamás pude concebir la idea de estar con una mujer. Soy gay de los pies a la cabeza.

Ahora bien, Katherine no aceptaba un no por respuesta, y cuando quedó claro que yo no iba a cambiar de opinión, ella me convirtió. Como tenía la etiqueta de neófito, yo estaba obligado a someterme a mi Sire, y ella no me dejaría escapar ni por todo el oro del mundo.

Maldición de Sangre (Maldiciones de Bosque Azul 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora