11.Can I be close to you, where the trees are filled the feelings never told?

36 2 0
                                    

Can I be close to you, where the fields are painted gold and the trees are filled with memories of the feelings never told?

  Me dolió. Me dolió cada palabra que pronunció en lo más profundo de mi ser.
¿Por qué le producía tanto rechazo?
Era increíble como los sentimientos salían a flote cada vez que estaba con Harry.
-Ya, creo que tu odio es bastante excusa para marcharte de aquí, ¿no crees?-.
Iba a contestarme, pero mi madre irrumpió el momento de tensión y se lo agradecí internamente.
-Oh, Harry querido-le besó la mejilla ignorándome-¿por qué no te quedas a almorzar?-ofreció.
-No, lo siento, no me podré quedar esta vez-dijo intentando sonar lamentado. Rodé mis ojos, estaba deseando que se marchara de una vez.
-Está bien, mandale saludos a Anne-. Él asintió y se fue, pasando por mi sin saludar.
Luego de que se fuera, mi madre me miró de forma reprobatoria.
-Creo que te has olvidado de tus modales, jovencita-.
-¿Te refieres a mi futuro prometido? Creo que tengo bastante tiempo para tratar con él, digamos que, por el resto de mi vida-dije irónicamente.
Su cara enrojeció de furia y se acercó, haciendo resonar sus tacos altísimos hasta quedar frente a frente.
-Eres una desagradecida, todavía que logro conseguirte un cónyugue decente, no lo sabes valorar. Porque si fuera por ti, morirías sola, ¿te imaginas eso? Nuestra familia se fundiría por tus tontos caprichos de niña estúpida-.
-Me estás haciendo exactamente lo que hicieron contigo, ¿es que no te das cuenta? Hicieron de tu vida una mierda, decidieron tu futuro privándote de muchas libertades, ¿no crees que tu hija merece algo mejor?-.
No obtuve respuesta, por lo menos una respuesta indolora.
Sentí su mano caer de lleno en mi mejilla, otra vez. Se negaba a aceptar la verdad, y su frustración se descargaba conmigo.
-Ni siquiera te atrevas a salir de aquí-advirtió, se dio media vuelta y se fue.
Toqué mi mejilla, no sabía de donde mi madre sacaba tanta fuerza. Y se le estaba haciendo una costumbre.
Me recosté en mi cama y coloqué mi brazo sobre mis ojos. Este día iba de mal en peor.

[...]

El tono del móvil me hizo sobresaltar.
Dos llamadas perdidas, desconocidas. Las eliminé, si necesitaban algo urgente volverían a llamar. Ya eran las seis de la tarde.
Me levanté un poco mareada, no había consumido nada en horas.
Justo como por obra del destino, Bianca llego a mi cuarto, con comida en una bandeja.
-Muchas gracias-le agradecí y comencé a devorar todo.
Hace tan solo unas horas, había besado a Harry, pero se sentía como una eternidad. Lo anhelaba tanto en este momento, me sentía tan sola. Si todo esto no hubiera ocurrido, en este momento no me estaría lamentando.
Lo odiaba... No, definitivamente no lo odiaba. Me detestaba a mi misma por permitirme pensar en estas cosas. Maldita ilusa.
Agarré el celular y marqué el número de Ethan, me resultaba extraño que no me haya mandando ni siquiera un mensaje de texto.
Como supuse, no contesto. Intenté no preocuparme al respecto, pero se me hizo imposible.
Decidí escaparme hacia su hogar, necesitaba hablar con alguien.
Bajé lo más silenciosa posible hasta la cochera, tomé mi bicicleta y me encaminé hacía su casa. Por suerte no quedaban tan lejos la una de la otra y en, aproximadamente veinte minutos, llegue.
Marqué su número, pero no obtuve respuesta.
Me adentré en el camino que daba a la enorme mansión, pero mi móvil comenzó a sonar. Era el número desconocido. Atendí.

-¿Si?-.
-Hola, estamos llamando desde Hospital Local de Chester-dijo una voz femenina-¿Puede ser que usted conozca al señor Ethan Ackerman?-preguntó.
-Si, es mi amigo-contesté confundida, comenzaba a preocuparme de verdad.
-Recurrimos a usted, porque era unos de sus contactos más frecuentes-hizo una pausa, para continuar-Su amigo está internado, sufrió unas fuertes contusiones que no sabemos como se originaron-.
Me quedé de piedra, seguramente haya sido su maldito padre.
-¿Pe-pero se encuentra estable?-.
-Sí, tranquila, no es tan grave como se ve-dijo, pero no logró calmarme, le pedí la información de su habitación. Por suerte estaba dentro del horario de visita aún.
Cambie el rumbo y no deje de dar pedal hasta llegar. Casi me pasa un coche por arriba, pero no me importó. Tiré la bici en la entrada y subí corriendo hasta llegar a él. Mi corazón latía rapidísimo.
Entré sin tocar la puerta y lo vi recostado en la camilla.
La mitad de su rostro estaba hinchado y morado. Llevé las manos hacia mi boca, se veía fatal. Tenía los ojos cerrados.
-Ethan-chillé desesperada y me acerqué a su lado.
Los abrió lentamente. Su mirada expresaba dolor. Estaba desesperada, quería sacar toda esa mierda de él.
Hizo una mueca, imaginé que había querido ser una sonrisa.
Acerqué mi mano, y le acaricié el cabello. Quería llorar y no parar, pero ni una sola lágrima cayó de mi, como si estuviera seca por dentro.
-¿Que sucedió?-pregunté.
-Intenté contarle a mi madre lo que está aconteciendo desde ya hace años, pero no lo logré porque mi padre llego en ese momento y presintió lo que estaba a punto de hacer, entonces luego de que mi madre se marchara, comenzaron los golpes. Intente defenderme, también y aquí me ves-se encogió de hombros.
Negué con la cabeza, indignada.
-¿Cuántos días te dieron?-.
-Unos dos o tres, primero tienen que chequear que todo este bien, ya que sufrí varios golpes en la cabeza-señaló las vendas allí.
-¿Cómo terminaste aquí?-.
-Cuando me dejó en paz, antes de caer inconsciente marqué el número de la emergencia, pero para cuando llegaron yo ya estaba desvanecido y mi padre había desaparecido-contestó con rencor.
-Tengo que ayudarte Ethan, te juro que pararemos con esto-.
-Va a ser imposible Vee, pero gracias-.
-Así que no fui la única que recibió una paliza hoy-comenté bromeando pero su rostro enrojeció de cólera.
-¿Quién fue?-.
-Mi madre, pero no fue nada, cálmate Ethan-.
Comenzó a reprocharme por no hacer nada, pero estábamos en el mismo escalón así que desistió.  



Stuck In Love {Harry Styles}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora