2.

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Rápidamente cojo un vestido rosa y unas botas café, entro a la ducha y me baño, procuro durar los menos minutos posibles y me visto, no hay tiempo para secarme el pelo, lo cepillo y me lo dejo suelto, me echo base, un poco de rimel y brillo de labios.

Ya estoy lista, agregue a mi vestimenta un collar y unos aros, cuando veo la hora son las 9:20, mierda.

Baje y vi a mi tía preparando un bol de palomitas.

—¿No ha venido nadie? –Pregunte.

—Solo vino un auto pero acaba de irse.

—Mierda. –Susurre.

—¿Qué pasa? –Pregunto agarrando un par de palomitas y se las metió en la boca.

—¿Sabe dónde está el Universal Studios?

—Sí, está a unos veinte minutos de aquí.

—¿Podría llevarme? –Puse mi mejor cara angelical.

—Pero esta por empezar una de mis novelas. –Hace un puchero.

—¡Tía!

—Está bien, está bien.

Toma las llaves del auto y se mira un poco al espejo.

—¿Irás así? –La mire de arriba abajo.

—¡Claro! No tengo intenciones de bajar del auto.

Se puso unas pantuflas y salimos a la calle en busca de su auto, estaba aparcado al frente de su casa pero como sea.

Estábamos cantando Hands To Myself de Selena Gomez hasta que mi tía para.

—¿Ya llegamos? –Pregunte emocionada.

Mi tía me miro nerviosa.

—Puede que... Se me haya olvidado ponerle gasolina. –Sonrió.

—¡Tía! Esto es de vida o muerte. –Dije dramáticamente.

—¡Pues vete en metro!

—¡Eso haré!

Me baje del auto molesta y tome mi bolso, cuando baje me tropecé pero no importa, esto es importante.

Camine hacía el metro, pase mi tarjeta y tome un mapa, no vaya a ser que me tome una vía equivocada, le eche un vistazo a mi celular y había un mensaje de Matt.

"¿Dónde estás? Te estamos esperando".

Le respondí con un:

"Estoy en el metro, mi auto quedo en pana, perdón por la demora".

Bloquee mi celular y subí al metro que se suponía que iba al Universal Studios, me senté en un asiento y saque mi celular nuevamente, otro mensaje de Matt estaba en él.

"Pero no se puede llegar en metro..."

Esperen... Si esto no me lleva al Universal Studios... ¿Hacía donde estoy yendo?

Decidí llamar a Matt.

—¿Hola? Te estamos esperando.

—Lo sé, pero estoy en problemas. –Me mordí el labio de los nervios.

—Dime que no te has subido a ningún metro. –Dijo preocupado.

—Bueno...

—Oh Dios, bájate ahora mismo.

Baje en la siguiente parada que había parado unos minutos después de que Matt me dijera eso y seguimos hablando.

—Ya me baje.

—¿Dónde estás?

—No lo sé, no soy de aquí.

Oí a Matt maldecir y llamo a un hombre.

—Quédate ahí ya vamos.

Colgó y me dejo con la duda, ¿Cómo sabrán dónde estoy?

Después de unos minutos de espera ellos llegaron a donde estaba, okey esto es extraño.

—Ya sube.

Matt bajo el vidrió y se quitó sus gafas, realmente era mucho más guapo en persona.

Subí al auto y sonreí, era bonito.

—¿Por qué sonríes? –Matt levanto una ceja.

—Es bonito el auto, bien hecho. –Le guiñe un ojo.

Soy buena para comunicarme y siempre me adapto rápido a un grupo, Matthew no iba a ser la excepción.

—Guárdate tus encantos para las actuaciones. –Matt sonrió y volvió a ponerse sus gafas.

—Eso haré, créeme. –Reí.

¿Qué si le estoy coqueteando? Tal vez le esté coqueteando, tal vez no. De todas maneras recién lo conozco, esto es solo para quedar bien y obtener algún papel.

—Llegamos.

Matt se baja del auto y yo me quedo mirando el lugar, realmente es hermoso.

—¿Qué no bajas?

Matt me llamo desde una distancia considerable.

Nota mental: No es un caballero.

—¡Ya bajo!

Baje y me puse al lado de Matt.

Empecé a ver todo impresionada, esto es tan nuevo para mí.

—Pareces una niña de cinco años. –Rio.

—Seré todo lo que pueda ser. –Lo mire de reojo y sonreí.

Esto será divertido.

Bienvenida a Los Angeles ; matthew espinosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora