capítulo 3 (parte 2)

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El fin de semana se había marchado dejando una nueva sensación que comenzaba a vaciar mi mente hasta dejarla en blanco. Los días eran normales el mismo clima y el mismo ambiente, tan rutinario que era pesado. En la escuela todos me daban el pésame por la perdida de mis padres lo cual me convertía automáticamente en una huérfana, pero no me quede del todo sola pues si bien mis tíos decidieron tomar mi tutela lo cual no me agradaba por el hecho de que era unos completos desconocidos que quizás solo querían sacar provecho pues mis padres tenían dinero para mi en el banco digamos que esa es la única razón por la que trabajaban. Era el centro de la atención en mi salón de clases lo cual me genero estrés la mirada de todos se  clavaba en mi posiblemente empezaran a tener lastima por mi lo cual seria lo mas detestable que podrían sentir. Algunos de mis amigos se acercaron al pupitre entonces rosa hablo.
-lamento mucho lo que te sucedió pero sabes- sonrió- no estas sola-. No se como debía reaccionar ante ello pues tampoco me importaba creo que hasta me sentí enojada lo cual no me explico. –se que no estoy sola- respondí de manera un poco amable cuando en realidad pensé “no me importa estar sola, quiero estarlo así que largo” pero no iba a decir eso quizás no ahora. Realmente algo estaba pasándome algunas cosas y pensamientos míos estaban cambiando es como tener interruptores dentro que puedo manipular, mis emociones estaban apagadas ¿realmente eso es posible?, lo dudo pero es algo así lo que siento quizás solo es neutral pero me gusta. Los que eran mis amigos en el pasado me seguían hablando pero yo en cambio los ignoraba, los consideraba innecesarios. Mi cumpleaños se acercaba y ellos lo sabían.
-vale, ¿como pasaras el día de tu cumpleaños?- dijo Andy con una torpe sonrisa que era irritante pues podía ver sus dientes chuecos y amarillentos ser exhibidos en una forma que era algo no agradable al menos para mi.
-no lo se, igual no creo estar de humor para esas cosas- efectivamente no tengo humor para esas cosas ni mucho menos tengo ganas de lidiar con el grupito con el que solía juntarme. En la conversación se unió alondra. -oh vamos vale últimamente te estas haciendo muy emo-  decirme emo fue fastidioso. –no quiero nada espero que lo comprendan- dije la frase final y me aleje de ellos, ellos solo se quedaron ahí supongo que preguntándose porque me volví así tan repentina y creo que el pretexto adecuado es que la perdida de mis padres me había afectado.
Realmente no sabía exactamente que debería sentir o pensar estaba tan más abrumada con el pasar de los días, pasaban tan lento y yo seguía la misma rutina una rutina rotundamente agobiante donde solo sigues un solo camino como si fuera un instructivo de vida, ¿que clase de control enfermo es seguirlo?, Preparándome para el futuro donde debo trabajar hasta envejecer pero tristemente es así y es algo con lo que debo cargar toda la vida, pero yo rechazo esa vida.
Mis ansias regresaron mas fuertes y la necesidad de hacerme daño a mi misma me estaba volviendo masoquista pues amaba lo que sentía al pasarme una y otra ves la navaja  por mis brazos, ya no dolía tener abiertas las heridas, el dolor se volvió parte de mi, incluso podía dejar de sentirlo con pensarlo pero  creo que me sentiría rara si no lo sintiera. Mis padres ahora solo eran un recuerdo vago. Empecé a aislarme mas y mas de todos me encerré en mi misma, en mi habitación, me olvide de la escuela,  Falte un día y un día se convertía en dos, después en tres y sucesivamente hasta que deje de asistir a clases, estuve encerrada solo viendo entrar y salir el sol por las ventanas, mientras la noche llegaba mas rápido de lo que antes podía darme cuenta. Me olvide de muchas cosas algunas veces hasta de comer, lo cual ocasiono que adelgazara, mas ojerosa y pálida así me contemplaba en el espejo esto… ¿estaba mal?, los días no eran tan malos a decir verdad disfrute de mi soledad a niveles tan raros que me complacía estar conmigo misma, escuchaba mis pensamientos mucho mejor. Si bien todo de mi había cambiado, mi confinamiento a estar sola sin salir al exterior era voluntario. Mientras estuve así mis pensamientos se aclararon mejor era momento de darme una condición fisca buena, mis tíos nunca venían a pesar de ser mis tutores así que convertí  la casa en un salón de entrenamiento, me cree rutinas y cuando las alcanzaba creaba mas me había vuelto estricta conmigo misma, era mas exigente, al comenzar a crearme la condición física que necesitaba tan bien mi apetito  creció, comía los suficiente para mantenerme fuerte.
Practique hasta que el cansancio me hacia dormir en cualquier parte donde estuviera, caí varias veces, me lastime las mismas veces que mi cuerpo no aguantaba tal presión, cada día me esforzaba mas y mas, no era suficiente, aun no lo era, tal parecía que me estaba obsesionando y eso me hacia mas impulsiva pues quería llevar mi cuerpo al máximo esfuerzo, a romper sus limites a jugar con el peligro o mejor dicho mi vida.
Durante las noches comencé a subir a la azotea una locura eso hubiera creído si le hiciera caso a mis sentidos comunes o si al menos sintiera miedo, caminar por las orillas de la azotea pasos leves mientas veía la oscuridad del suelo el cual no tenia suficiente iluminación por parte de los faros, mi casa siempre tan oscura  daba la impresión de que no habitaba nadie. Seguí caminado pero ahora  más aprisa conforme pasaban los minutos subía más la velocidad de mis pasos hasta correr, seria una muerte segura si calculo mal un pasó y resbalo pero creo que la probabilidad de eso seria un 50% aunque morir no me asusta. La condición de mi cuerpo era excelente creo que he hecho un buen trabajo era lo que pensaba mientras caminaba con mis manos soportando mi peso en las alturas, si el ser humano se fija una meta y no se rinde puede lograr grandes cosas. Podre escapar sin dificultades de cualquier lugar, mas bien podre moverme como los gatos ahora solo debo aprender más sobre armas y crearme una buena puntería.
El estudio es bueno, aprender lo necesario es primordial pues es la clave para alcanzar mis metas. Comencé mi investigación día a día y noche tras noche divididas en estudio, aprendizaje y entrenamiento, era como estar mecanizada pues mi mente solo se centraba en eso solo pensaba en eso, a veces cuando me sentía exhausta escuchaba una voz que me decía “déjame ser libre para ayudarte” tal vez era el cansancio y mi cerebro que me la jugaban así que no le daba mucha importancia.
Seguía estudiando cuando el teléfono sonó a lo que yo conteste, eras mis tíos, llamaron para decirme que vendría el día de mañana con una persona que tal parece evaluaría su papel de tutores y así darles el beneficio de administrar el dinero de mis padres, lo cual no me parece pues si no se lo dan yo puedo reclamarlo cuando tenga 18 años, me parece mejor a que se lo gasten ellos, pues solo es una excusa lo de cuidarme porque no lo hacen. Desordene mas la casa, Sali a la calle por primera vez para comprar algunas cosas, estoy decidida a arruinarlo, al regresar a casa entre al baño, prepare un tinte, decoloraría mi cabello, me aplique el peróxido que empezó a decolorarme el pelo pero demonios quemaba súper fuerte si tengo suerte espero no quedarme calva, pasaron los minutos que tenia que esperar para lavarme el pelo, después aplique el tinte según las instrucciones, el resultado debía ser blanco o gris dependiendo el tipo de color natural del pelo, espere nuevamente hasta eso me había vuelto paciente, enjuague mi pelo y lo seque, el resultado fue mejor del que creí quedo se mi blanco pero con toques grises estaba bien y me hacia ver diferente, mi comportamiento de mañana ya lo había planeado, aria notar su incompetencia ante la persona que evaluaría la situación. 




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