La pequeña reunión que la señora y el señor Arturo tuvieron término, estaba todo en orden para que yo pudiera quedarme en este lugar el cual no terminaba de darme mala espina por su silencio exagerado, se suponía que en este lugar había niños de todas edades pero hasta el momento no había visto ninguno, ella dijo que todos estaban en clases pero realmente no parecía muy creíble, no después de haber escuchado aquella voz detrás de una puerta que estaba cerrada con seguro.
–valentina desde ahora estarás a su cuidado.
–entonces ahora viviré ¿aquí?–no estaba muy de acuerdo mas no me negué por el simple hecho de que podría escaparme cuando lo deseara, el se fue dejándome en ese sitio la señora me guio al mismo cuarto donde escuche aquella voz pero esta vez la puerta estaba ya sin llave.
–en los cajones encontraras el uniforme que debes llevar, por el día de hoy no aras nada pero mañana iniciaran los albores que debes hacer ah y una cosa mas, No toleramos a los problemáticos– después de pronunciar eso cerro la puerta un poco fuerte, realmente tiene cara de pocos amigos. El cuarto es un poco espacioso tal parecía debía compartirlo con otra persona. Las paredes eran blancas aunque algo desgastadas por el tiempo, había dos pequeños muebles donde supongo va la ropa, una pequeña mesa donde seguramente se ponen a estudiar o que se yo, el cuarto tenia un olor agradable también había una enorme ventana de donde se podía ver patio trasero donde había un pequeño jardín de rosas rojas y un árbol de jacaranda. Me senté en la cama, me puse a observar a detalle la habitación por las siguientes horas inclusive no baje a cenar de repente la puerta se abrió lento y entro una chica que parecía tener mi edad, una chica de pelo ondulado y corto hasta los hombros, su tez era blanquecina pero no tan pálida como yo, usaba lentes grandes, usaba una falda azul marino junto a una camisa blanca de manga larga abotonada hasta el cuello con un moño rojo bien acomodado en el cuello, calcetas negras hasta la rodilla con zapatos normales color negro ese debe ser el uniforme que usan. Paso dirigiéndose al cajón del mueble sacando un lo que supongo debe ser su pijama, la seguí observando hasta que volteo a verme.
–¿t-te podrías cubrir los ojos?– dijo con voz tímida.
–¿porque?.
–n-no quiero que me veas.
–eres una chica al igual que yo porque debería cubrirme tienes lo mismo que yo.
Agacho la mirada y se quedo en silencio, no entiendo porque me pide eso, no tenemos nada fuera de lo común, debería ser normal cambiarse enfrente de chicas, realmente debe ser muy tímida. Se quedo sentada en su cama con su ropa en las manos sin despegar la mirada del suelo, que chica tan mas extraña, tal vez espera a que yo duerma pero eso dudo que pase pues ya no suelo dormir bueno ya no tan pronto. Siguió en silencio lo cual me incomodo de cierta forma así que decidí ceder a su petición.
–bien, me cubriré los ojos– dije de mala manera. Cubrí mis ojos con mis manos, mientras ella se cambiaba la ropa.
–y-ya termine.
–muy bien–me descubrí los ojos y la mire nuevamente, ahora usaba una blusa de tirantes color gris y un pantaloncillo de cuadros. Se quito los lentes y los puso sobre la mesita, verla sin ellos cambio su cara, también tenia ojeras, la ceja ligeramente poblada pero no de forma exagerada. Ella se recostó en su cama y se cubrió con la sabana. –¿U-usas peluca?– pregunto de la nada, quizás al no dormir busca distraerse hablando un poco conmigo aunque parece que le cuesta dirigir la palabra.
–no, es mi pelo solo que lo teñí de este color.
–¿p-porque?
–solo fue para cambiar, aunque por este cambio termine aquí.
–este lugar es un infierno…
–¿a que te refieres?
–nos encierra cada vez que alguien viene… nos castigan o nos obligan a hacer cosas…
–era tu voz la que escuche antes ¿verdad?
–si…
Se podía notar el miedo y angustian en su voz, este lugar era un infierno me resulto interesante lo que me dijo respecto a este lugar, me dio la curiosidad de saber mas, no es un internado normal, entonces tampoco debo acatar ordenes o seguir las reglas. No pienso usar el uniforme, ni hacer lo que me pidan, será un reto, no escapare aun.
–¿porque te trajeron?– dijo con voz mas tranquila tal parece que ya no estaba nerviosa de dirigirme la palabra.
–mis padres murieron y encontraron a mis tutores incompetentes para cuidarme.
–debió ser duro.
–no, realmente me da igual.
–no te sientes…¿sola?
Sola… vaya nadie me había preguntado eso, era una pregunta que sostenía un poco de peso pues había vivido la soledad pero también conocí lo que era tener compañía aunque fuera por unos pocos días. –he estado sola siempre así que no se responderte si me siento o no–fue todo lo que pude decir. Sin darme cuenta estábamos hablando como si entre nosotras hubiera alguna pisca de confianza o quizás solo esta preguntando de más. ¿Debería cortarle la lengua?, debería ahogarla con la almohada.
–¿quieres ser mi amiga?–su voz sonó nuevamente con tono tímido.
–¿amigas?, ¿Por qué?
–p-porque… quizás tu… no te sientas sola… pero yo… si…
–¿no se supone que deberías ya tener amigas?, digo convives con mas chicas eso debe darte la oportunidad de tener amigas.
–pues…
–déjame adivinar nadie te habla– la interrumpí sin pensarlo pero posiblemente era el motivo de su timidez y el que quisiera conversar conmigo, aunque también pudiera estar equivocada.
–si… p-pero si no quieres esta bien yo lo entenderé… b-buenas noches.
Se cubrió con la sabana hasta la cabeza, realmente no la entiendo pero tampoco me interesa mucho tener amistades en este sitio, no creo que me sirva de algo así que los estaré evitando, tengo cosas mas importantes en las que debo pensar y concentrarme. Me hace sentir rara estar compartiendo habitación con otra persona, estoy demasiado acostumbrada a dormir sin compañía y el escucharla suspirar mientras duerme me provoca una sensación extraña pero esta vez no de querer ahogarla ella es agradable de cierta forma, es preguntona y algo curiosa, me recuerda un poco a mi, pero debe tener cuidado porque la curiosidad mato al gato.
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VALENTINA
Teen FictionUna niña normal, una vida poco común pero es abrazada por la oscuridad que habita en cada ser humano, la tragedia la transformó en otra persona. ¿Encontrará el camino correcto? o sólo será el mounstro que ellos crearon.