VALENTINA

CAPITULO 5 (parte 2)

El eco de mis pensamientos resonaba fuerte en mi mente, gritando que debía hacer pagar a Sandra por haber herido a un ser tan puro como Sofía. Cargue a Sofía y la puse en la cama, acaricie su rostro envuelto por gotas de sangre mescladas con sus lagrimas la ira que sentía estaba desbordándose quizás si no la hubiera dejado sola no hubiera salido lastimada pero que mierda pasa con el mundo al tener la maldita necesidad de lastimar a personas que no tienen culpa de ser diferentes o simplemente actuar de otra manera.

Los recuerdos de lo que ami me habían echo se manifestaron proyectándose en la imagen de Sofía. Sandra me las pagaría pero a estas horas no puedo hacer nada ni seria prudente que me dejara llevar por el impulso de salir corriendo a buscarla y cortarte el cuello, si voy a hacer algo será por la noche.

Salí de la habitación para buscar un botiquín el cual encontré en la enfermería donde estaba la vieja lola quien siempre estaba drogándose y dormida en la camilla por lo cual no se daría cuenta que entre, tome agua oxigenada y varias banditas junto a una caja de gasas, mientras buscaba que mas pudiera ocupar encontré unas tijeras junto a varias jeringas las cuales tome, también tome la botella grande alcohol. Los ronquidos de la vieja lola eran molestos esta vieja ni entiendo porque tiene titulo de enfermera si en el poco tiempo que llevo aquí nadie viene a aquí porque supuestamente seria como dejarse morir en manos de ella. Que asco, Salí de la enfermería y regrese a la habitación, puse las cosas en el piso.

-Sofía voy a curarte- dije mientras mojaba una gasa con el agua oxigenada y le limpiaba las heridas que a pesar de no ser grandes le dolían, limpie su cara donde se comenzaban a manifestar moretones, la continúe revisando, ella estaba demasiado golpeada, verla asi hacia que mi pecho sintiera una presión como si me estrujaran alguno de mis órganos, como si los golpes los hubiera recibido yo. Coloque las banditas.

-¿como te sientes?
-me duele todo...
-tendrás que soportarlo, en la enfermería encontré de todo menos medicinas para el dolor- me senté en la orilla de la cama. -lamento no haber estado para defenderte. Dejarte sola fue un error.

-siempre hacían esto... no es tan nuevo para mi, no es tu culpa.

-yo se que no lo es pues tu eres una chica demasiado débil tanto física como emocionalmente. Pero por esa razón yo debía protegerte.

-si debo tener que soportar este tipo de cosas para que tu estés aquí vale la pena que me golpeen.

-Sofía siempre eres tan extraña al decir las cosas. Pero algo ten seguro ya nadie mas volverá a hacerte daño. Pues el echo de que eres débil te hace muy vulnerable y por alguna razón al haberte encontrado así me lleno de furia pero también dolía como si cada golpe me lo hubieran echo a mi, por esa razón te defenderé.

-me confundes, no se si realmente me quieres o no...

-no puedo responderte eso porque ni yo misma lo se. Como te dije no entiendo nada de lo que siento- Sofía se levanto despacio, tomo mi cara y junto sus labios a los míos, sus ojos cerrados sus cejas fruncidas y sus mejillas levemente ruborizadas que los moretones se perdieron por un momento, después de unos segundos se separo.

-te he regalado algo que nadie mas va a tener. Algo que significa mucho o tal vez para ti no será nada pero tenia que hacerlo.

-¿como debo llamar a este regalo?

-mi primer beso.

Había es cuando lo que era el primer beso cosa que solo había visto en películas de Disney o de otros géneros. Por lo que entendía era valioso y algo único, era un pacto o una promesa, era algo que se le daba a la persona que mas amabas. Sofía me acababa de regalar su primer beso a mi, sentía una descarga eléctrica en cada fibra de mi corazón. Esto lo causo ese beso... pero si era una promesa que ¿prometimos?, o ¿que pacto se acaba de sellar? No se exactamente como interpretarlo pero hicimos una promesa que no se cual será.