De competencias y deportes de riesgo

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¡Listo! Para compensar el hecho de que mi última actualización tardó tanto, aquí está el siguiente cap.

La verdad no tengo mucho que decir, prometo que intentaré que mi próxima actualización sea dentro de dos semanas máximo, aunque no puedo prometer nada.

Sin más por el momento, los dejo para que puedan leer. ¡Espero que lo disfruten!

De competencias y deportes de riesgo

Tras la guerra contra Gea, los campamentos de semidioses habían empezado a volver a la normalidad lentamente, entre lo que se incluía que los jóvenes que habitaban ambos lugares habían vuelto a sus ocupaciones de adolescentes normales, pues aunque tenían poderes que bien hubieran podido ser catalogados como sobrenaturales, había veces en que sus capacidades semidivinas no eran usadas para despachar monstruos, sino para mera diversión y ocio.

Percy, por ejemplo, no dejaba pasar la oportunidad de volcar una o dos canoas en el lago si no tenía nada mejor que hacer, además de que disfrutaba de ganar la carrera anual de remos asegurando que no había hecho trampa, aunque eso no explicaba por qué o cómo era que una sola persona había remado con más fuerza que seis integrantes de la cabaña de Ares.

Los hijos de Ares, por otro lado, eran más afectos a deportes de alto riesgo y extremos de lo que jamás serían a un ajedrez o a un Maratón, en donde los habitantes de la cabaña 6 encontraban su fuerte. Aunque, bien visto y si presionabas lo suficiente, los hijos de Hefesto y Hermes también se sumaban a los de Ares en las actividades más peligrosas que el promedio; no eran los más dispuestos a ello (a menos que fueran Leo Valdez, pero ese chico estaba fuera de sus casillas), mas si jugabas un poco con su orgullo, obtenías rivales formidables.

Era bien sabido que tu progenitor divino intervenía en lo que eras bueno, así que era de esperarse que los hijos de Apolo fueran excelentes en el voleibol, los de Ares en el futbol americano y las de Afrodita en la danza, y esas habilidades especiales habían sido comprobadas después de que hubieran sido observadas en más del noventa y cinco por ciento de los integrantes de una misma cabaña.

Sin embargo, y como siempre existía ese cierto aire de misticismo que rodeaba a los descendientes de los Tres Grandes, justo porque en los anteriores siglos no se habían visto precisamente muchos hijos suyos.

De Percy, por ejemplo, se sabía que podía controlar el agua, así que los deportes acuáticos se le deban estupendamente, pero, un cuanto a, quizás, Jason, que podía controlar los vientos... ¿podía asimismo conducir un paracaídas o un parachute? ¿Y qué con los hijos de Hades, su habilidad con las sombras los convertía en un gran oponente contra el que no era buena idea jugar a las escondidillas en la oscuridad o contar historias de terror?

La respuesta era un respetuoso silencio, porque ni Jason se había aventado en paracaídas, ni Nico jugaba a nada que no fuera captura la bandera —y aun eso con algunos ruegos— aunque, ¿quién decía que no era posible? Todo el mundo tenía habilidades más desarrolladas o pulidas, en qué decidías ocuparlas ya era decisión tuya.

—*—*—

También había cabañas que estaban irremediablemente peleadas unas con otras, ya fuera por algún rencor entre sus padres —cosa poco probable porque a lo largo de los milenios casi todos los dioses se habían peleado unos con otros, así que eso realmente no tenía mucha importancia para los semidioses— o, como era más común, debido a simples discrepancias en los puntos de vista entre una cabaña y otra.

La cabaña de Apolo, por ejemplo, odiaba que los hijos de Ares siempre terminaran con el abastecimiento de la enfermería, ya fuera porque ellos le habían propinado una paliza a alguien o porque alguien se las había proporcionado a ellos.

También la cabaña de Afrodita se había granjeado un par de enemigos, como la cabaña de Iris, pues parecía que todos sus integrantes, además de disléxicos eran daltónicos, pues nunca atinaban a combinar colores; o la cabaña de Atenea, que tampoco habían hecho buenas migas con los hijos de la cabaña 10 debido a que cuidaban poco su aspecto y preferían dedicarse al estudio. Y ni qué decir tenía que tan pronto las Cazadoras de Artemisa ponían un pie en el campamento, las hijas de Afrodita afilaban sus miradas para fulminarlas.

Por otro lado, los hijos de Hefesto aborrecían a los de Hermes por su falta de cuidado en absolutamente todo, y los hijos de Hermes a menudo evitaban a los de Hécate por que sus cabellos no fueran cambiados de color en venganza de una broma anterior.

Pero la verdadera pregunta sobre una competencia era... ¿quién ganaría una competición o juego de ingenio, un hijo de Tique, diosa de la suerte, o un hijo de Nike, diosa de la fortuna?

En cuanto a eso, nadie lo sabía, pues nunca se había puesto a prueba la hipótesis, y aunque había apuestas por los descendientes de una y otra diosa, todos evitaban hacer el experimento por temor a que chispas mortíferas empezaran a volar por los aires. Aunque eso sucediera de todas formas.

—*—*—

Por su propio lado, había una duda que más bien —por una vez— aludía a las ciencias y al mundo mortal que al mundo mitológico.

Sucedió que, después de haber reprobado dos meses seguidos de Física según las leyes de su escuela mortal mientras que Annabeth y Leo prácticamente exentaban la materia, Frank no pudo menos que preguntarse qué estaba mal con el mundo. Es decir, que Annabeth fuera aplicada en una materia no tenía nada de nuevo, pero... ¿Leo Valdez?, ¿el hijo de Hefesto? Y, al igual que todo lo que no se podía comprender, Frank apuntó a los dioses como responsables.

Y fue así cómo se descubrió que sí, tanto en la cabaña 6 como la 9, los semidioses se habían visto beneficiados en cuanto a las ciencias exactas. Dioses, incluso Percy era bueno cuando se trataba de densidad y presión bajo el agua.

De esta forma, la pregunta se convirtió en "¿quién es mejor en Física, los hijos de Atenea o los de Hefesto?"

Y la respuesta a esa pregunta —por una vez— también era sencilla: ambos eran buenos en ello, sólo que la especialidad de los de Hefesto era la aplicación, aunque eran incapaces de explicar la teoría, pues actuaban casi por instinto una vez que tenían las herramientas en sus manos, mientras que los de Atenea sabían de cabo a rabo lo que explicaban los libros de texto y podían fácilmente resolver problemas escritos, pero no podían construir ni siquiera una catapulta.

Aunque, al final, y como tanto la cabaña 6 como la 9 se molestó en apuntar, Frank no tenía derecho a quejarse de su calificación en una materia escolar cuando él tenía la capacidad de cambiar de forma. En serio, hablando de pedinches.

¡Esto es todo por ahora! ;)

Los agradecimientos de hoy son para Guest, con la idea de Tique y Nike, para OliWiss1 con su pregunta sobre si Jason puede controlar un paracaídas y para un amigo mío, Bosques que, aunque dudo que lea esto alguna vez, fue quien me preguntó sobre los hijos de Hefesto y Atenea. Y bueno, si se lo preguntan, a la que le iba mal en física originalmente no era a Frank, sino a mí, fue así como me resigné a que no soy hija de Atenea sino de Hécate. Pero bueno, los números sencillamente no se me dan. XD

Y bueno, si tienen alguna duda existencial que les gustaría ver por aquí, no se olviden de dejármela en la cajita de comentarios.

¡Nos leemos pronto!

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