La brisa helada me golpea y por un momento siento que puedo respirar con normalidad; no me había dado cuenta de cuánto rato llevaba necesitando aire puro así que me permito cerrar los ojos y respirar profundo.
Hace horas que oscureció y parece no haber nadie más en la cubierta, lo que me viene genial ya que en estos momentos no deseo hablar con nadie. Izzie no estaba en la habitación cuando desperté desorientada luego de una siesta de tres horas que no planee tomar, simplemente caí rendida cuando mi cuerpo se cansó de llorar por un chico que no me merecía. Tal vez mi amiga salió con Emily a pasar el rato y eso podría demorar. Como no tenía ganas de seguir sumergiéndome en mi propia miseria, decidí que me haría bien abandonar esas cuatro paredes y tomar algo de aire fresco. Así que ahora estoy aquí, mirando hacia la inmensidad del mar oscuro.
Tomé todas las precauciones posibles para no encontrarme con Thiago de camino aquí, por lo que ahora estoy en el lado más alejado del barco, afirmada en la baranda para no perder el equilibrio porque estaré deprimida hasta el punto de no querer comer pero de ahí a tirarme por la borda en un intento de suicidio hay mucha diferencia y aclaro por si hay dudas, no es algo que quiera hacer.
Sus palabras no dejaron de dar vueltas en mi cabeza durante toda la tarde; el único momento en que las olvide, fue cuando sin querer me quedé dormida pero para mi mala suerte, a mi inconsciente se le ocurrió soñar con él. ¿Es que no puedo estar tranquila ni cuándo duermo? Una parte de mí quería creerle, quería poder volver a sentir sus brazos rodeándome y sus labios sobre los míos pero mi parte racional me decía que seguía mintiendo, que no debía confiar nunca más en él porque el que miente una vez, lo volverá a hacer. Sinceramente, ya no sé ni qué pensar.
—¿Por qué tan sola? —la voz de Kyle me devuelve al mundo real y pego un salto, llevándome una mano hacia el pecho. Pone cara de arrepentimiento y levanta ambas manos—. Lo siento, no pretendía asustarte y además, creo que he sonado bastante espeluznante —finge un escalofrío y me saca una pequeña risa, la primera real en días.
—No te preocupes, solo no te escuché llegar.
—Has estado bastante desaparecida estas semanas, ¿estás bien? —luce realmente preocupado, no lo dice solo por decir, de verdad le interesa lo que me pasa y eso me hace sentir un poco culpable.
—Siento mucho haberte dejado plantado hace unos días, yo...no me sentía muy bien.
—No te preocupes por eso, no tienes que explicarme nada. Ya habrán más salidas... Solo si tu quieres, claro.
—Por supuesto. Me encantaría.
Ky me sonríe y saca un cigarrillo de su bolsillo. Mientras lo enciende, yo solo fijo la vista al frente, hacía la oscuridad pensando en lo pequeños que somos en comparación con el mar que tenemos debajo.
—¿Quieres uno? —pregunta Kyle y nuevamente me saca de mis cavilaciones. Dudo un momento, hace mucho que no fumaba y la verdad no esperaba volver a hacerlo pero antes de poder responder, mi amigo se lleva una mano a la cabeza—. ¡Oh! Qué tonto, lo siento. Supongo que las bailarinas se cuidan y no se matan los pulmones con esta basura.
—A veces las bailarinas rompen algunas reglas —respondo con una leve sonrisa, estirando la mano en la que él deja una cajetilla casi vacía para que lo saque yo misma. Luego me pasa en encendedor y nos quedamos en silencio mientras doy la primera calada.
El humo entra por mi garganta y al instante mi mente retrocede un par de años; los años en los que estaba con Nate, el tiempo en el que fumar me ayudaba a quitar la ansiedad de comer y así resistir aún más días con el estomago vacío.
Tenía dieciséis años cuando Nate me invito a una de las fiestas a las que siempre asistía, yo no era muy fanática de ir a lugares en los que no conocía a nadie pero en ese entonces yo hacía de todo para gustarle al amigo de mi hermano; así que me arreglé lo mejor que pude y fui. Cuando llegué, el ambiente me mareó un poco, ya que era la primera fiesta a la que iba en la vida. Había visto en un par de películas lo descontroladas que eran estas pero nunca creí que en la vida real fueran iguales, o peores. Y créeme, esa era de las peores.
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Renaciendo de las cenizas (Re-subiendo)
RomanceAlai Smith no sabe lo que quiere hacer con su vida. Solo está segura tres cosas: que su nombre significa alegría; que por más que lo ha intentado, no conoce el verdadero significado de esa palabra y lo más importante, que el ballet es su pasión. Su...