❛ FOLLOWING YOUR RULES ❜ ━ editando.

Capítulo 25

-Hipo-
Caminé por todo el instituto tratando de encontrar a Sebastian pero no estaba, parecía que iba a faltar hoy a la escuela.
Asi que decidí caminar hacia el aula yo solo y algo raro, en cuanto entre la mayoría de mis compañeros ya estaban en sus grupitos o en sus pupitres algunos descansando y otros en sus celulares.

Me senté hasta el último y puse mis libros en mi pupitre.

La profesora no tardo en llegar, en cuanto llegó todos los alumnos fueron a su pupitre y la profesora comenzó a dar la clase.

............

-Si mamá, estaré bien, solo que quiero quedarme a terminar el cuadro de artes-dije tratando de tranquilizar a mi madre.

-Esta bien, te cuidas, cuando termines directo a la escuela-.

Yo solo le respondí con un "claro" y colgué.
Dejé mi celular a un lado y comencé con mi trabajo que me habían dejado de Artes.

Varios minutos después oí risas, supuse que era el equipo de la escuela así que no le tome importancia.

-JACK-
Terminamos de entrenar y en cuanto se acabó fuimos a las duchas.
Terminamos y cada quien se fue a su casa,fui a mi casillero y le puse el candado pero noté algo raro.

Normalmente cuando las clases acaban las aulas permanecen cerradas pero la aula de Artes no estaba cerraba, estaba entre abierta.
Intentaba ignorar eso pero me dio curiosidad y fui a ver, lo que encontré me dio una sorpresa.

Era el pecoso dibujando,Sonreí y entre al aula, el no pareció notar mi presencia.

-Que bonito dibujo-dije cerrando la puerta.

El dio un saltó y cuando me vio se tenso.

-¿Q-que haces aquí?-preguntó

-Nah, sólo vine a ver el aula después de entrenar-dije mirando alrededor.

-No sabía que eras parte del equipo-.

-Casi nadie le digo-dije caminando a mi alrededor y mirando todos los cuadros.

El siguió pintando o mas bien trato de pintar.

-Eres bueno pintando-dije.

El solo asintió, pero una idea se me vino a la mente.

-Tu ya sabes en que soy bueno ¿cierto?-el se giro y negó

-No-.

-Claro que si sabes... Sabes en que soy extremadamente bueno.

[ANAPINES]

El pecoso trataba de no hablar o hacerle caso al albino.
El albino se acercó a el y lo tomó por los hombros y le susurro al oído:

-Sabes de que habló pecas-dijo mientras mordía delicadamente su óvulo.

Y metía sus manos en la playera del pecoso.

Beso su cuello donde desesperadamente dejaba marcas púrpuras en su cuerpo.

El albino se separó de el y por un movimiento suave y lento se quitó su playera (es malo imaginárselo? ).