#11

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Las semanas pasaron, nos habíamos olvidado de Bret. Fiestas. Fiesta. Fiestas, se volvió mi casa y los chicos. Al fin aceptaron mi noviazgo con Jev y me alegraba. Cada día lo trataban mejor.

Este día quedamos de ir a comer fuera de la ciudad, pero me negué, teníamos una comida con sus padre. Vino por mi y salimos. Sabía que no me gustaba andar en auto, pero igual lo trajo. Me subí y empezó a conducir.

-Mis padres hacen muchas preguntas -dijo.

-No te preocupes, voy a intentar hablar tranquila.

-Te van a amar, little.

-No creo.

Sus padres no hicieron preguntas del otro mundo, fueron las típicas, a que se dedican mis padres, cuantos hermanos tengo, a que nos dedicamos, porque no estudiamos. La tarde se fue volando.

El cielo estaba obscuresido. Manejo hasta mi casa. Se estacionó. Hablamos un rato. Unas personas empezaron a rodearnos, los ignoramos. Golpearon a Jev y nos subieron a una camioneta blindada. Me pusieron algo para que respiraba y caí en sueño, igual a Jev.

Cuando reaccioné estábamos en una habitación oscura y sucia. Jev estaba inconsciente a mi lado.

-Jev despierta -le susurre. Nada, no reaccionó.

Una puerta se abrió y entraron dos chicos. Uno lo reconocí, era Bret.

-¿Me extrañaste? -me preguntó.

-¿Dónde estamos? -pregunté un poco asustada.

-Fuera de la ciudad, tú hermanito Jake debe estar muy preocupado, y los padres de este idiota -le pegó-. Vamos, despierta -lo empezó a golpear. Jev abrió los ojos.

-Déjalo -le grité. Sonrió.

-Como digas, tus palabras son mis ordenes.

-¿En serio?

-Si, entonces déjanos ir.

-No tan rápido, antes vamos a hacer algo que debí haber hecho hace semanas.

-No le vas a hacer nada -le gritó Jev.

-Mira idiota, es mejor que no hables o te cortaré la garganta.

-Sabes que no vas a lograr hacerle nada, nos deben de estar buscando.

-Lo estan haciendo y no los van a encontrar hasta mañana o tal vez hoy en la noche.

-Ni se te ocurra tocarla.

-No puedo hacer esto -me sujetó de la barbilla y me besó, mordió mi labio-. Déjanos solos -le dijo a ese chico.

-Eres un bastardo.

-Vamos a ver.

Para mi mala suerte, estaba usando una blusa de botones y una falda hasta la cintura.

-Ya te he mirado, pero lo volveré a hacer -dijo con una sonrisa. Empezó a desabrochar cada boton hasta quitarme la blusa, colgaba de mis brazos-. Ahora entiendo porque te gusta tanto -le dijo a Jev, me miraba de pies a cabeza.

-Maldito bastardo -masculló Jev.

-Me estas agotando la paciencia.

-No me interesa, no voy a dejar que la lastimes.

-Mira -sacó una navaja de su bolsillo-. Te lo advertí.

Tomó el rostro de Jev. No podía hablar, estaba sin palabras, mi mente estaba vacía.

Jev le escupió en la cara, Bret se limpió y le dio una sonrisa. Con la navaja empezó a jugar en el cuello de Jev, me tensé. En un abrir y cerrar de ojos la pasó por la garganta de él, sangre comenzó a caer por todo el piso, se estaba desangrando. Una y otra vez la pasó.

-No -grité horrorizada. Rompió la playera de Jev e hizo una "B" en el pecho-. Déjalo, eres un malnacido.

-Se lo merece, ahora vamos a poder jugar nosotros -me acarició de la cara,sus manos estaba llenas de sangre.

-No, no. Jev -llore. Bret me limpió las lágrimas, evitaba sus manos, pero no podía.

-Una princesa como tú no merece estar aquí.

Me quito la cinta que tenía en la cintura, colocó un poco en mis labios para que no hablara y gritara. Me puso en su hombro y me llevó a otro lugar. Era una habitación en color gris. Me puso en la cama y se desnudó. Quería salir y correr, pero no podía. Tenía mis piernas y brazos con una cinta muy resistente.

El Mejor Amigo De Mi Hermano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora