Capítulo 8

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Otra vez en aquel lugar. 14 años habían pasado rápidamente y otra vez me encontraba en el cementerio, eran los mismos testigos con la diferencia que está vez mi hermano estaba a mi lado. Parecía que ayer había estado en el entierro de mi madre y hoy estaba aquí, por mi padre. Christian se encontraba frente mío junto a toda su familia mientras estaba entre los brazos de Thomas. Llovía con fuerza, el clima no ayudó a hacer mejor las cosas. Mi mirada estaba clavada en la nada, mi corazón apenas y podía latir, el dolor que mi alma sentía era inenarrable. Vi, con tristeza aquel cajón en el que mi padre sería sepultado junto a mi madre, ahora estarían juntos otra vez. Thomas me abrazaba con un brazo y con el otro sostenía el paraguas.

Como era costumbre el cura comenzó a recitar aquellas palabras que me sabía de memoria, la historia se volvía a repetir frente a mis ojos. Pero esta vez sentí que sería diferente. Su fantasma no me atormentaría como lo hacía el de mi madre. No lo volvería a ver jamás.

                                                                                            ***

Tres semanas habían pasado desde el sepulcro de mi padre. Había hablado con Christian y le había explicado que me iría por un tiempo corto a Cumbria con Thomas para ayudarlos a salir adelante, y después regresaría a América ¿Pero cuál era el motivo que me haría regresar? Era Christian, el amor que sentía por él fue el que me hizo prometerle que regresaría a América

Habíamos rentado dos camarotes cinco estrellas en el barco que nos llevaría a Inglaterra. Sería un viaje muy largo y no planeaba pasar una mala noche. Me despedí de todas la personas que conocía y en el momento que puse un pie en el barco, dejaba todo atrás junto con el apellido de mi padre. Ahora era una Sharpe.

Esa noche, una tormenta azotó el mar por lo que el viaje sería mucho más largo de lo normal. Estaba recostada en mi cama, terminando unos bosquejos. Llevaba un suave pijama blanco, en el cuello tenía varios detalles cocidos, era largo y acampanado. Mi cabello caía como cascada por sobre mis hombros. Bostecé cansada, había sido un día muy largo. Apague las luces y me acosté en la cama.

Inmediatamente los recuerdos de mi padre inundaron mi mente. Las lágrimas no tardaron en salir de mis ojos. Nunca más lo vería de nuevo, nunca más lo abrazaría, nunca más le leería por la noche, nunca más le diría "Te amo". Cuando estaba por dormirme, sentí la puerta abrirse lentamente, rápidamente abrí los ojos pero no me moví de donde estaba

Sea lo que sea que estaba conmigo en el cuarto camino lentamente hasta llegar a la cama. Cerré los ojos con fuerza al sentir a esa cosa acomodar mi cabello con delicadeza

-Ten cuidado- Me susurró antes de darme un suave beso en la mejilla. Logré reconocer aquella voz, me senté en la cama con rapidez para descubrir que estaba sola. Miré para todos lados pero no había señales de que alguien hubiese entrado, la puerta estaba cerrada al igual que todas las ventanas. Suspiré cansada y volví a acostarme para quedar profundamente dormida.

                                                                                                    ***

Cumberland, al norte de Inglaterra. Las montañas eran estériles y el cielo, cubierto por denso manto de neblina. Abrigaba con varias mantas iba recostada en el hombro de Thomas, dormitando en el carruaje. Fui despertada poco a poco por Thomas, su cálida mano acariciaba la mía

-Elizabeth, ya hemos llegado- Me dijo Thomas. Abrí los ojos lentamente, Thomas me sonreía con cariño.

El caballo condujo el carruaje a la entrada de la residencia de los Sharpe. La estructura de la propiedad y de la casa aún se conservaba. Cortas columnas sostenían el arco de hierro en el que predominaba el escudo de armas de la familia, el cual solían representar en los libros con un rojo brillante, haciendo alusión a la arcilla carmesí de las minas Sharpe, e incluía un cráneo encadenado bastante oscuro y gótico a mi parecer. Recordé que el mismo escudo estaba impreso en el reverso de la carta que me había enviado Thomas. Debajo del escudo, forjadas en hierro, se leían las palabras "ALLERDALE HALL"

® Secrets in The Darkness ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora