Capítulo 4

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-Muy bien señor Sharpe, comience con lo que vino a decir- Le pidió Eric mientras se sentaba al lado del señor Filias Fogg, su abogado.

-Si señor Craven. Las minas de arcilla Sharpe han sido los proveedores de la más pura arcilla escarlata desde 1796. En su forma líquida, es tan rica y maleable que puede producir los ladrillos y azulejos más fuertes- Les comenzó a explicar mientras Thomas les entregaba muestras de la arcilla que tenía- La minería excesiva en los últimos 20 años ha provocado que nuestros viejos depósitos se colapsen-

-Sin duda es la arcilla más roja que he visto- Comentó uno de los socios de mi padre. Yo que me encontraba afuera de la sala de juntas, decidí entrar sin hacer ruido, las ganas de escuchar aquella entrevista eran inmensas y sabía que mi padre no se molestaría

-¿Y tiene alguna máquina que ayude en sus minas señor Sharpe?- Le preguntó mi padre seriamente

-Sí señor, está es una cosechadora de arcilla de mi propio diseño- Dijo mostrando un pequeño modelo a escala de su invento, rápidamente aquel objeto captó mi atención- Esta cosechadora transporta la arcilla hacia arriba mientras cava profundo. No tengo ninguna duda de que esta máquina revolucionara la minería de arcilla tal y como la conocemos- Les explicó encendiéndola.

-Por favor, apáguela- Le pidió mi padre levantándose de su asiento, percatándose de mi presencia- ¿La ha probado, a gran escala?- Le preguntó acercándosele

-Pues aun no señor, pero estamos casi listos. Esperábamos que con una mejor financiación...-

-Entonces lo único que tenemos aquí es un pequeño juguete y unas bonitas palabras- Dijo de manera fría

-Señor Craven, yo...-

-Ha intentado llevar a la realidad esta "Revolucionaria" idea y ha fracasado rotundamente en Londres, Edimburgo, Milán...y ahora está aquí- Le explicó leyendo cada papel que le entregaba el señor Filias

-Está en lo correcto señor- Dijo Thomas con un nudo en la garganta, se notaba claramente que estaba avergonzado.

-Los hombres que estamos sentados en esta mesa, surgimos del trabajo duro y honesto; Todos excepto tal vez el señor Fogg, como sabrá es un abogado- Todos, incluso yo, se rieron con aquel chiste- Empecé como un trabajador del acero, levantando los edificios antes de que pudiera poseerlos. Mis manos, siéntalas- Le dijo mi padre estrechando amabas manos con las de Thomas

-Son...-

-¿Bastante ásperas verdad? Ellas son el reflejo de lo que soy. Pero cuando sujeto las tuyas, son las manos más suaves que haya sentido alguna vez- Le aseguró. Thomas, ofendido, se separó del agarre rápidamente- En América, apostamos al esfuerzo y no al privilegio, así fue como este país fue construido-

-Señor estoy aquí con lo único que tengo, un nombre, un pedazo de tierra y la voluntad de hacerla producir. Lo menos que usted puede hacer es concederme un poco de su tiempo y la oportunidad de demostrarle a sus amigos y a usted que mi voluntad es no menos igual a la de usted-

-Su tiempo señor Sharpe se terminó- Le dijo mi padre con voz autoritaria-Si quiere un poco más de tiempo, regrese mañana a la mañana- Thomas agarró sus cosas y haciendo una reverencia se fue del lugar, no sin antes mirarme a la cara.

***

Cuando el sol se había escondido aquel día, una tormenta se presentó en un abrir y cerrar de ojos, sin embargo eso no permitiría que el baile de Lady Walker no se llevara a cabo. Mi padre y yo estábamos invitados a aquel evento social, pero debía terminar el ensayo y desocuparme lo antes posible.

® Secrets in The Darkness ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora