A la mañana siguiente la tormenta había cesado, sin embargo aún nos negábamos a abandonar aquella cama. Estábamos abrazados, enredados entre las blancas sabanas compartiendo ligeros y suaves besos y caricias. Al principio no habíamos sabido que hacer, aquello que habíamos hecho la noche anterior era completamente inmoral ante los ojos ajenos pero el amor que parecía profesarme Thomas me había hecho olvidar del resto de las personas y me enfoqué solo en él, en sus besos, en sus caricias, en sus palabras llenas de amor.
Era feliz
Luego de que volviera a hacerme suya, comenzamos a vestirnos entre besos y abrazos y una vez que cruzamos la puerta volvimos a aparentar normalidad, manteniendo una distancia prudente para que nadie sospechara de nada; cargaron la válvula al carruaje y nos subimos para poder partir de regreso a la mansión. Durante el viaje mantuvimos una conversación tranquila hasta que me quedé dormida apoyada en su hombro, cuando llegamos Thomas acaricio mi mejilla suavemente en un intento de despertarme.
-Elizabeth, ya estamos en casa- Dijo Thomas con voz suave, besando de manera disimulada la comisura de mis labios. Sonreí y abrí lentamente los ojos. Thomas bajó primero para luego ayudarme a bajar del carruaje, le dediqué una tierna sonrisa antes de besar su mejilla y entrar a la casa.
-¡Lucille ya hemos llegado!-Exclamé caminando por el la sala principal buscando alguna señal de mi hermana- ¿Lucille?- pregunté en voz alta mientras entraba a la cocina.
Me acerqué rápidamente para ver la sartén en la que al parecer Lucille estaba preparando el desayuno, agarré con un trapo de cocina el mango y comencé a revolver el desayuno mientras lo alejaba del fuego, inmediatamente apareció Lucille con una canasta llena de carbón. En su rostro se podían apreciar las ojeras de una persona que no había dormido durante toda la noche, su expresión cansada confirmaba que no había pegado un ojo en toda la noche.
-Estaba preparando el desayuno- Dijo tranquilamente mientras se acercaba a la cocina
-Sí, pero se estaba quemando por eso lo moví-le expliqué con una leve sonrisa, me alejé un poco dejándole espacio.
-¿Dónde estaban?- preguntó mientras se agachaba para abrir el horno, colocando más carbón - No regresaron a dormir anoche-
-Tuvimos que pasar la noche en el deposito- le intenté responder de la manera más normal posible. Lucille cerró la puerta de metal lentamente, sujetó el mango de la sartén y se levantó de la misma manera para mirarme fijamente, sus ojos estaban llorosos y en su rostro había una mueca de terror absoluto, cosa que me confundió.
-¿Durmieron ahí?- Preguntó con la voz entrecortada
-No podíamos regresar Lucille. La tormenta era demasiado fuerte como para salir en medio de ella- le expliqué.
Lucille derramó una pequeña lágrima antes de acercarse a gran velocidad hacia donde estaba, azotando la sartén contra la mesa haciendo que la comida salga volando. Retrocedí rápidamente chocando con el armario detrás de mí, estaba completamente asombrada y asustada por la reacción de mi hermana.
-¡¿Esto es un maldito juego para ti?!- me preguntó completamente fuera de sí- ¡Estaba completamente aterrada!-
-¿De que estas hablando?- Le pregunté sin comprender nada de lo que estaba sucediendo
-Ustedes dos...solos...en la tormenta- La mirada de Lucille se apaciguó hasta volver a calmarse- Pensé que algo les había pasado-dejó el juego de llaves sobre la mesa y comenzó a agarrar el resto del desayuno con las manos- Estaba completamente sola. Yo no puedo estar sola... estas cartas, ¿Son de América?-
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® Secrets in The Darkness ©
Fanfiction¿De que somos Capaces por amor? Elizabeth es la hija de James Sharpe y media hermana de Thomas y Lucille. Tras el repentino asesinato de su padrastro, Sir Eric Craven, se ve obligada a irse con sus hermanos a Cumberland, sin saber todo lo que espara...