El Cantar al otro lado del Espejo

Capítulo 12

El dolor es el peor enemigo, incluso

Del Guerrero más fuerte.

Es el talón de Aquiles.

Cada uno de los Cinco Grandes se preparó. Algunos regresaron a sus respectivos lugares mientras que otros se quedaron en Aurum Fortis. Eucalión fue uno de éstos últimos, quien incluso supervisó el entrenamiento de Vicente. Al joven le pareció que aquel hombre era más que un Líder, inclusive, el trato hacia Phorbes era paternal. De hecho, la relación pareció hacerse más intensa una vez que el joven guerrero se enterase del sacrificio que Eucalión estuvo dispuesto a hacer por él.

Vicente nunca se había sentido tan grato en un lugar, pero como en todo, también hubo aquellas personas desagradables, entre éstas, el Consejero de un Rey. Istariot al lado de él quedaba como un ángel. El hombre y sus hijos tenían aspectos de altaneros y gruñones, mientras que la mujer de éste era demasiado hermosa y maravillosa para él. Vicente se preguntaba qué le había visto a aquel sujeto como para casarse con él, sobre todo al ver la actitud sumisa de ésta caminando atrás de éste como una fiel sirvienta, más que como una esposa sumisa.

--Ella fue la prometida de Eucalión—le dijo uno de los guerreros cuando estaban entrenando en una zona especial para ello y ésta pasó detrás de su esposo e hijos.

--¿Cómo?­—preguntó asombrado Vicente intentando imaginar el por qué lo había cambiado, si a leguas se notaba quién de los dos era mejor partido.

--Así es. Pero la Familia del Consejero tenía mucho más dinero y posición para ofrecer.

--Oh, ya entiendo—comentó Vicente.

Ahora lo comprendía.

--Yo digo que deberíamos dejarle caer algo encima.—dijo otro guerrero.

--¿Dejarla viuda?—preguntó el primero.

--No es mala idea—comentó un tercero.

--El General se lo merece.

Vicente no pudo evitar sonreír, aunque se colocó serio al ver a Phorbes un tanto triste y que no participaba de la maquinación de sus compañeros. Estaba sentado lejos en una banca arreglando sus muñequeras. El joven se fue a sentar a su lado.

--Has estado más triste que contento desde que hemos llegado. Voy a tener que acudir ahora a contarte sobre unas cucarachas que tuve.

Phorbes sonrió un poco para luego volver a su semblante triste.

--Pues he pasado por más malos momentos que de costumbre. Una Sacerdotisa enamorada de mí, Eucalión que me elige como Sucesor, un Supremo Emperador que estuvo punto de sacrificar a uno de sus Cinco Grandes por mí...

--Pero hoy parecieras mucho más triste.

--Pues la verdad es que sí. ¿Recordáis lo que dije sobre mi padre?

--Sí.

--Pues...

--¡¡Oye,Phorbes!! Necesitamos de vuestras garras y colmillos...­--se acercaron los guerreros contándole el plan maquiavélico para asesinar al Consejero y pasarlo por accidente. Si bien se trataba de una broma, Vicente sintió que si lo colocaban en acción efectivamente conseguirían su propósito. Observó a Phorbes pensando que estaría contagiado por el buen humor de sus compañeros, pero se asombró al ver que parecía haber un efecto contrario.