20 de Diciembre de 1808 - Fuerte de Buenos Aires
La situación de la ciudad y de se había complicado bastante por la caída del Rey Fernando VII. El virreinato estaba al tanto de todo y los sucesos en el viejo mundo le daba un empujón demasiado grande al sueño de la independencia. Los abogados librepensadores aparecían de abajo de las piedras para proclamar sus ideas. Por otro lado la relación entre Liniers y Álzaga estaba muy distante a la que tenían durante la reconquista y la defensa de la ciudad. Lo que quedaba de la hermandad estaba a cargo de Joaquín Belgrano ya que Saavedra no quiso aceptar hacerse cargo. Muchos hablaban de un joven ciudadano llamado Bernardino Rivadavia a quién Liniers le había puesto toda la confianza últimamente para ser Alférez Real del Virreinato, esto no le caía bien a muchos ya que el mismo Liniers estaba metiendo mucho en decisiones de Buenos Aires.
Esa mañana varios invitados que pedían la audiencia del Virrey. Liniers se encontraba en el fuerte, desde ahí organizaba bien las tropas ayudando a la hermandad a buscar a los templarios. Era normal que Álzaga se encuentre con él pues el alcalde de la ciudad necesitaba estar al tanto de lo que ocurría dentro del Virreinato, especialmente en el puerto y la aduana. Liniers le había pedido a Álzaga que tenga un control total de las personas que entren a la ciudad, pero las que salgan debían pasar por su ojo antes de ser autorizadas. Álzaga desaprobaba eso, obviamente que desconocía el por qué, pero lo veía como un abuso de autoridad de un militar retrógrado. Las puertas se abrieron y los soldados anunciaron a el gobernador de Montevideo quien había pedido audiencia. El hombre entró vestido de uniforme blanco con una capa roja se acercó mirando hacia arriba con un rostro orgulloso.
-Gobernador Elío -dijo Liniers saludándolo -¿Qué lo trae por la ciudad?
-Necesitamos hablar Liniers, es necesario formar una Junta como se están formando en españa, debemos imitar a nuestros compatriotas que se han rebelado contra el usurpador Bonaparte.
-Gobernador Elío, Buenos Aires no va a hacer ninguna Junta ni a llamar a Cabildo Abierto. Nosotros le respondemos sólo a la Junta de Sevilla y obedeceremos todo lo que salga de ahí.
-Debí suponer que haría algo así -dijo Elío molesto en voz alta -Después de todo usted es tan francés como el usurpador Bonaparte.
Álzaga quedó callado pues aprobaba todo lo que Elío decía.
-Debo recordarle que usted también le debe respeto a la Junta de Sevilla -Dijo Liniers sin levantar el tono de voz.
-Yo le soy fiel al Rey, un rey que fue obligado a dejar su trono. Si nosotros creamos Juntas en Sudamérica vamos a ser fuertes, mientras que seamos un Virreinato vamos a ser súbditos del rey de España, que en este caso es ese borracho de José Bonaparte.
-Tiene razón en una cosa señor Elío, somos un Virreinato y el Virrey soy yo -Liniers se puso de pie con voz fuerte -Limítese a obedecer las órdenes de su superior señor Gobernador.
-Ya te van a quitar del medio maldito francés -dijo Elío dándose vuelta y marchándose del recinto.
-No sabes lo que haces Liniers -dijo Álzaga molesto -Debemos unirnos, podríamos constituir una Junta.
-Álzaga, necesito que me apoyes esta vez más que nunca -Liniers estaba realmente cansado.
-Liniers, yo hablo por un pueblo que cada vez entiende menos tu actuar - Álzaga se dio vuelta para marcharse -Ah, me olvidaba, vino una fragata con la bandera francesa al puerto. No sé si a la población le va a gustar que te vean con los franceses, así que encárgate de ellos, yo no puedo responderle a la gente más por tus decisiones.
Álzaga salió del despacho de Liniers y en el camino se encontró con Rodrigo.
-Hazle comprender a tu amigo que se está equivocando y feo.
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Assassin's Creed Independencia
FanfictionSon los últimos años del siglo 18. España está perdiendo poder en el mar como en su territorio, mientras tanto en Sudamérica sus habitantes ven la oportunidad con terminar de una vez con el dominio europeo. Existen fragmentos del Edén protegidos po...