El Motín de las Trenzas

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7 de Diciembre de 1811 - Ciudad de Buenos Aires

Habían pasado unos meses luego de la muerte de Mariano Moreno, las Provincias Unidas del Río de la Plata estaban regidas por un gobierno conservador: El Triunvirato. Las cosas no mejoraron a la velocidad que esperaban y la situación estaba bastante tensa entre la sociedad. Pero esa tarde una diligencia vino desde el norte y se estaciona delante de la casa de Álzaga. En ese lugar hace unos pocos meses y casi sin querer, comenzó a formarse una hermandad impulsada por los hijos de Álzaga. Los dos jóvenes comenzaron a llamar "Mentor" a Rodrigo que ya con cuarenta años, y luego de todo lo vivido, no se tenía fe alguna en que la hermandad funcione en la ciudad.

De pronto una figura entra en el recinto.

-Son ciertas las noticias que me han dicho, finalmente la hermandad ha renacido en la ciudad.

-¿Manuel Belgrano? -exclamó Rodrigo con sorpresa al verlo entrar -Creí que te habías ido hacia el Paraguay.

-Si, volví casi obligado por el Triunvirato, me están pidiendo que comande a los Patricios.

Álzaga miró seriamente a Rodrigo.

-¿Qué sucede? -Belgrano supuso que algo pasaba.

-Elegiste un mal momento -dijo Álzaga -Los Patricios se encuentran en el ojo de la tormenta, pero mi hijo Cecilio te podrá explicar mejor.

-Los Patricios gozan de ciertas libertades desde las invasiones inglesas, esas libertades hacen que se crean los padres de la patria. No les vendría bien una limpieza y un poco de firmeza, desde las invasiones que creen que están por encima de todo.

-¿Todos ellos? -Preguntó Belgrano.

-No, un pequeño grupo, pero son los más carismáticos y veteranos. El Triunvirato logró poner prisioneros a unos cuantos pero en el cuartel hay prisioneros civiles.

-Voy a ir a hablarles al Cuartel de las Temporalidades, si voy a comandarlos entonces debo demostrar que tengo madera de líder.

-¿Quieres que te acompañe? -preguntó Rodrigo.

-Prefiero hacerlo solo.

-Entonces te vigilaremos desde lejos, no vas a estar solo.

Belgrano entró a los cuarteles y captó la vista de todos, inclusive de los rebeldes que se encontraban separados de los demás.

-¡Regimiento de Patricios! ¡Presentensé y formense! -Gritó Belgrano.

Los Patricios se formaron menos un grupo numeroso quedó a un costado reunido como si no hubiesen escuchado nada.

-¿Novedades en el regimiento oficial? -dijo Belgrano a uno de los Patricios que estaba formado.

-Hay algunos rebeldes que están armando desorden y no quieren acatar al llamado.

-Comunque a esos hombres que al que faltara al llamado en el futuro se les cortará el pelo.

-Sea mi coronel -el oficial se acercó a los rebeldes.

-A ver soldados, de aquí en más a todos los hombres desordenados y desaseados se les cortará el pelo, orden del Coronel Belgrano.

-Cortarnos las trenzas es una ofensa que no vamos a tolerar -dijo uno de los Rebeldes -queremos la destitución de Belgrano.

-¿Pero qué dice Insolente? -dijo el Oficial -¿Cuales son los términos?

-Nosotros, el regimiento de Patricios de la Ciudad de Buenos Aires queremos: Primero, que se nos trate como a ciudadanos libres. Segundo, que sean liberados todos los presos de los calabozos y tercero, queremos garantías por nuestra vida.

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