La Caída de la Junta

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20 de Septiembre de 1810 - Estancia de Alta Gracia - Córdoba

Había pasado un mes desde la muerte de Liniers, la hermandad había mandado a retirar todos los cuerpos del monte de los papagayos y fueron llevados a Alta Gracia. El único sobreviviente fue Rodrigo quien aún estaba postrado en una cama, tenía varios disparos en el pecho y uno bastante importante en la rodilla izquierda. Siempre, en su inconsciencia, repetía "Deben proteger el artefacto".

Luego de un mes pudo sentarse en la cama y ser visitado por Juan Bautista.

-Veo que adquiriste un poco de movilidad -se reía Juan Bautista -los médicos dicen que te vas a poner bien, pero vas a tener una larga recuperación.

-¡El artefacto! -dijo Rodrigo intentando ponerse de pie.

-El artefacto siempre estuvo a salvo, Liniers fue inteligente en escapar hacia el norte para despistar a las tropas de Castelli, La Junta cree que se llevó el artefacto hacia el norte.

-Castelli no es estúpido y Moreno tampoco, tarde o temprano se van a enterar de Alta Gracia. Debo volver a Buenos Aires.

Rodrigo se intentó poner de pie pero terminó en el suelo, los ayudantes reaccionaron ante la señal de Juan Bautista para que lo vayan a ayudar a pararse.

-No puedes volver a la ciudad en ese estado

Rodrigo se miró al espejo y se vio todo vendado, pálido y débil.

-Pero no puedo dejar que los templarios triunfen.

-Ya debes aceptar que el Gran Maestre escapó a Europa -Juan Bautista se acercó -Tú no puedes dar ni tres pasos.

-Tengo que volver, debo arreglar algunas cuentas.

-Si vas a arreglar algunas cuentas más vale que te recuperes, estuviste al borde de la muerte, además date tiempo para que te olviden, creen que estás muerto y esa es una gran ventaja.

-¿Cuánto tengo que esperar?

-Espera hasta el año que viene, creo que es tiempo suficiente para que sanen tus heridas físicas, pero por ese fuego que tienes dentro creo que hay otras heridas que vas a tener que aprender a sanar.

Los días pasaron y Rodrigo pudo caminar con muletas mientras caminaba por la vieja estancia acompañado por Juan Bautista.

-¿Dónde enterraron a Liniers? -Le preguntó Rodrigo a Juan Bautista.

-Lo enterramos junto al resto de los miembros de la hermandad que perecieron aquel día, porque temíamos que vengan a saquear las tumbas para encontrar la reliquia enterramos sus cuerpos en una fosa común bajo la palabra "CLAMOR".

-Lo recordaré para el momento que todo esto pase y podamos darle un buen destino a sus restos -Rodrigo agachó la cabeza -¿Qué sucedió con su familia?

-Su familia está segura, gracias a tu amigo Álzaga estarían próximos a un viaje a Europa.

-Espero recuperarme pronto, necesito arreglar cuentas.

-Ya hace mucho tiempo que debes haber apagado el fuego en tu interior, mi recomendación sería que te olvides de todo y le des un nuevo giro a tu vida, Liniers no lo soportó; Saavedra está en camino de perderlo todo. Al parecer la hermandad no funciona en este continente al igual que en Europa.

-Yo necesito...

-No, no lo necesitas, pero ¿Quién soy yo para detenerte? Haz lo que creas que es correcto, pero luego debes aceptar las consecuencias sean cual sean, si te sirve de ejemplo yo todavía estoy soportando las que yo provoqué.

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