Cuanta diversion

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Me desperté. De nuevo mis pantuflas moradas. Esta vez no prendí la luz, camine a ciegas hasta que llegue a la cocina y me serví cereal.
No me acordaba que hoy era la salida al parque de diversiones. Salí corriendo hasta mi cuarto me vestí. Me puse una playera de franela y unos jeans viejos con mis botas. Salí de mi casa vi si estaba Sofía pero como no, me fui directo a la escuela. Llegue justo a tiempo.
Necesitabas juntar a 10 personas para cada camioncito en el que nos íbamos a subir. En el íbamos a ir iban: Melisa, Sally, Sofía, Jorge, Eduardo, Daniel, Roberto que tenía cara de haber llorado toda la noche, Víctor y Miguel dijeron que no tenían con quien irse y como nos faltaban 2 pues aceptamos y yo.
Había un lugar más en el camión. Fuimos a buscar a una persona de las que están solas. Estaban varios. Encontramos a una chica de mi grado. Se llamaba Paula nunca había hablado con ella. Melisa le pregunto que si quería ir con nosotros. Ella dijo emocionada que si.
Nos subimos al camión. En la banca de tres iban Pau, Miguel y Víctor. Pau se fue hasta la orilla. Saco su celular y ahí se quedo entretenida un buen rato hasta que nuestro pequeñas voces se convirtieron en escándalo. Decidió unirse.
Cuando llegamos Sally fue la primera en bajar. Ella casi no sale a cosas asi de la escuela. Nos fuimos en bola hasta la entrada del parque. Nos pusimos de acuerdo para que juego nos íbamos a subir primero. Decidimos ir a la montaña rusa que da vuela tras vuelta. Los carros de los juegos eran para dos y no queríamos dejar a Pau sola. La acompañe a buscar a alguien que se subiera con ella. A lo lejos de la fila vio a un chavo como de segundo o tercero de prepa, rubio con ojos azules. Ella se le acerco y le empezó a hacer platica.

Narra Pau
Un chavo guapísimo al final la fila. Me empece a dirigir hacia el. Que le diría, lo tenía que ir pensando en el camino hasta que llegue a el. Suspire. Empece con algo casual.
-Hola- dije, note como me sonrojaba. Miro hacia todos lados hasta que su mirada choco conmigo.
-Disculpa, me hablas a mi- pregunto confundido. Asentí con la cabeza. ¡Que estaba haciendo! ¡En qué estaba pensando! -¿Hola?
-Vienes solo-  Pregunte. Porque demonios lo había hecho. Bueno fingí que en mi interior solo había una adolescente normal, no yo.
-Estaba con mis amigos, pero me dejaron sólo en la fila y se fueron a comer. Así qué si. Estoy solo- dijo, en mi mente no dejaba de retumbar la idea de que tal vez se subiría con el.
-Y mmm como te llamas- pregunte. Espero que no se le haya hecho incómoda la pregunta. Y si sí pues ya ni modo ya pregunte.
-Rodrigo, y tu- lo dijo en un tono muy normal y eso me relajo.
-Paula o me puedas decir Pau- espero que no me haya sonrojado
-Ok Paola, no tengo problema en que subamos juntos. Mejor eso a estar sólo.- Caminamos hacia los carros. Pero grrr me dijo Paola y yo soy Paula. Odio cuando la gente hace eso. Seguí caminando hasta llegar, me senté atrás de Sofía y Roberto. Que bueno que no estaba hasta adelante.

Narra Luna
Me iba sentar en el carrito con Eduardo. Se le ocurrió que no sentáramos hasta delante. Mi interior deseaba negarme pero mi corazón se negó. En cuanto empezó avanzar sentí como las mariposas se despertaban. Antes de que comenzara a ir de bajada a toda velocidad, voltee a ver. Sofía abrazo Roberto, Pau se le quedo mirando Rodrigo y a el se ponían mejillas rojas porque veía la bajada empinada. Sally y Mel tenían cara de sáquenme de aquí inmediatamente al igual que todos.

En la bajada grite como si no hubiera un mañana. Acabando la bajada fue cuando deje de gritar pero hacia unas caras demasiado extrañas, espero que el no se haya dado cuenta, porque si no hubiera hecho un ridículo muy grande. Vuelta, girada, vuelta, prácticamente ese fue todo el recorrido.

Salimos todos mareados, sentí que iba a vomitar en cualquiera que se pusiera enfrente. Caminamos un buen rato hasta que encontramos otro juego, se veía mas ligero comparado en lo que nos habíamos subido antes. Era una canoa de las que se balancean de un lado al otro. La fila era mas pequeña que la anterior, en menos de unos 5 minutos ya estábamos arriba. Las bancas eran de 5 personas. Jorge seguía mareado y no se quiso subir. La atracción duraba menos de 10 minutos. Cuantos mas tiempo pasaba mas se inclinaba hacia un lado y al otro, poco nos faltaba para que estuviéramos de cabeza. Crujidos en los engranes. De la nada se dejo de mover, se había atascado.

El comienzo de un recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora