Capítulo 12.
Entré a mi habitación, seguida por el simio parlante, y me senté en mi cama a esperar qué era lo que me tenía que decir.
Según él, luego de dejar a Tomás sentado en la sala de estar viendo la televisión, debía hablar conmigo sobre Dusty y sus cuidados. Me crucé de brazos ante lo que me dijo ya que, obviamente, ambos sabíamos que no iríamos a hablar sobre el gato ninja, por lo que simplemente cedí y ambos subimos a hablar a mi habitación.
Y era bastante incómodo estar ahí con él porque, la ropa que yo tenía puesta era más provocativa de lo que a mí me gustaba y Julian, bueno, él estaba sin camisa por lo que sumando esos dos factores obviamente me iba a sentir incómoda. Digo yo.
-¿Qué es lo que tienes que decirme?- pregunté descansando una pierna sobre la otra.
-Tienes que llevarte a Dusty fuera de aquí- dijo él y yo arqueé una ceja.
-¿Hablas enserio?- dije con un toque de sarcasmo.
-Escúchame, Sabatini- dijo llamándome por mi apellido, el cual me avergonzaba totalmente por ser el apellido de mi padre también-. Le dijimos a Tomás que venías a por Dusty para cuidarlo, mientras que yo estaba con una chica, así que hay que hacer que se vea creíble.
-Escúchame, tú idiota- dije furiosa por su comportamiento-. Yo te encubrí. Si fuera por mí, iría y le diría a tu preciado amigo Tomás que vivo contigo- vale, eso de vivir con él sonó bastante extraño.
-Pues ve, y dile. Si te atreves- me retó él señalando la puerta.
-Eso haré- dije decidida y caminé hasta la puerta, la abrí, y estaba a punto de salir cuando Julian me tomó entre sus brazos y me dejó en su hombros.
¡Me estaba cargando como si me tratara de un saco de patatas! Pateé fuertemente intentando que me bajara, mientras gritaba que me dejara en paz, pero lo único que recibí en respuesta fue que cerrara la puerta con pestillo y me tumbara en la cama, con él encima para que no escapara.
Luego de intentar soltarme como por tres minutos, me rendí. ¿De qué servía seguir luchando si ambos sabíamos que su fuerza era mil veces mayor que la mía?
-¿Estás más tranquila ahora?- me preguntó sin quitarse de encima mío.
-Depende. ¿Me vas a violar?- pregunté con cara de póquer y él negó con la cabeza.
-No, ¿por qué lo dices?
-Si no te das cuenta cerraste la puerta con pestillo, estoy recostada en una cama, y tú estás encima mío... ¡y sin camisa!- exclamé esto último.
-Mm... ahora que lo mencionas es un buen momento para hacerlo- dijo él luciendo pensativo.
-¡Julian!- lo regañé frunciendo el ceño. Él soltó una carcajada.
-De acuerdo, de acuerdo, sólo bromeaba- dijo él y se quitó de encima mio-. ¿Mejor?
Lo miré neutralmente. Este chico definitivamente era muy estúpido. Miré la puerta de reojo, miré a Julian de nuevo, y mi siguiente movimiento fue intentar escapar de ahí. Pero claramente en velocidad y fuerza Julian me ganaba.
-¡Suéltame!- exclamé yo como una niña indefensa mientras intentaba zafarme de los desnudos brazos de Juliano el simio.
-¡No!- negó él poniéndose frente a mí y afirmándome por los hombros, haciéndome ver sus ojos color vómito fijamente.
Sí, no eran marrones, eran... vómito.
-N-no pue-puedes... Agh, ¡no puedes decirle nada a Tomás sobre que vivimos juntos!- dijo él empezando nervioso y terminando la frase enfadado.
Desvié la mirada por unos segundos, y luego la volví a posar sobre la mirada de color vómito de Juliano, mirándolo fijamente a los ojos. Me acerqué un paso más a él, haciendo que quedáramos frente a frente, y espeté atrevidamente:
-¿Y qué si lo hago?
Vaya, ¿dónde habría estado la Oriana atrevida que no había salido durante todos estos años?
-Y-yo...- empezó a decir él, pero se quedó en silencio tan sólo acabar esa pequeña palabra, completamente trabado.
Seguí mirándolo a los ojos furiosamente, esperando alguna respuesta de su parte. Sin embargo, lo único que recibí de su parte, fue el silencio. ¿Qué le pasaba a Juliano últimamente?
-¡Eh! ¡Idiota!- dije llamándole la atención pasando mi mano repetidas veces frente sus ojos para que entrara en sí nuevamente.
Pero él siguió ahí, mirando mis ojos fijamente.
Suspiré, resignada.
-Ni modo- dije encogiéndome de hombros y me zafé fácilmente del agarre de Juliano, caminando en dirección a la puerta, decidida en sacarle el seguro.
Pero unos fuertes brazos que me abrazaron deteniéndome por detrás me lo impidieron.
Oh, joder, si no nos poníamos de acuerdo definitivamente jamás lograríamos terminar con esto.
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Viviendo con la nerd | Orian | Adaptada
RandomJulian Serrano es el chico más mujeriego, estúpido, popular y guapo de la escuela. Oriana Sabatini es la chica más antisocial, nerd, de bajo perfil y extraña de la escuela. Que ellos congeniaran sería como mezclar agua con aceite. Si ellos se hablar...