Capítulo 25
Cerré la llave de la ducha y envolví mi cuerpo en la pequeña toalla.
Si iba a salir al cine iría bañada, prefería que las demás personas no sintieran el olor a alcohol que yo desprendía por culpa de dormir con un simio borracho. Me reí de tan sólo pensar en un mono parlante que anda con una botella de ron. Sin embargo, además de ese loco pensamiento, otro se me vino a la cabeza: ¿por qué había dormido con el simio? No lo recordaba, y no sabía por qué. Quizás era porque la noche anterior había tenido mucho sueño o algo por el estilo.
Recordaba haber dejado a Julian durmiendo en su cama, luego ir a ordenar algunos desastres provocados por la casa, luego fui a ver al simio para decirle que se pusiera su pijama ya que se podía resfriar por andar en esas tandas, y después de eso... caí rendida a su lado como una estúpida que muere de sueño.
Genial. Había dormido con el simio por voluntad propia.
Abrí la puerta de mi baño, salí y fue ahí cuando me di cuenta de que una mirada marrón me observaba de pies a cabeza, desde mi cama donde él estaba sentado.
Oh, qué vergüenza, el simio idiota de Juan me estaba viendo en pura toalla.
-¿Q-qué haces aquí?- pregunté nerviosa y sintiendo mis mejillas arder de la vergüenza.
-Y-yo...- tartamudeó Julian en respuesta y desvió la mirada de mí al instante- Lo-lo lamento, es que te demorabas mucho y-y...
-Me...- tragué saliva intentando no balbucear- Me tengo que vestir, ¿te importaría irte?- dije amablemente, cabizbaja para que no notara mi fuerte sonrojo.
-S-sí. Disculpa- dijo velozmente, se levantó de mi cama de golpe y luego de lanzarme una última mirada que me avergoncé demasiado para corresponder, se fue del cuarto.
Solté todo el aire que retuve en mis pulmones desde que lo vi ahí sentado. Genial, simplemente perfecto, ahora el simio me había visto en toalla, había revisado mi ropa interior, me había visto con ropa holgada y ropa femenina, me había visto enojada, me había visto en pijama. ¿Ahora qué faltaba?
Me vestí con un suéter blanco a rayas negras, unos shorts azules, mis zapatillas converse, un collar de listón negro y mis inolvidables (y bastante útiles) gafas negras. Cepillé mi cabello aún mojado por el baño y lo tomé en una bonita coleta.
Ya lista salí de mi habitación, bajé las escaleras y me paré frente al simio que descansaba en el sillón mientras jugaba con su móvil.
-¿Vamos?- le pregunté amistosamente. No dejaría que alguna pelea saliera entre nosotros, no hoy, quería que nos lleváramos bien por una vez en la vida.
-Sí, claro- dijo desinteresado mientras seguía observando su celular. Bufé al ver su comportamiento bipolar.
-Julian- llamé su atención, pero de todas formas me ignoró-. Julian- volví a decir.
-Cállate, Oriana- dijo molesto mientras seguía jugando en su móvil.
Enarqué una ceja incrédula.
-Julian, vamos, hay que ir al cine- le dije cruzándome de brazos.
Él se encogió de hombros.
-Da igual.
-Julian...- insistí.
-Cállate, boba- dijo él frunciendo el ceño.
De acuerdo, eso me había enfadado, y mucho. ¿Boba? ¡Bobo él!
-Bien. Disfruta tú tus estúpidos juegos de celular. Yo me voy al cine- dije decidida e intentando escucharme independiente, esperando que cambiara de opinión a último momento queriendo ver la película.
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Viviendo con la nerd | Orian | Adaptada
RandomJulian Serrano es el chico más mujeriego, estúpido, popular y guapo de la escuela. Oriana Sabatini es la chica más antisocial, nerd, de bajo perfil y extraña de la escuela. Que ellos congeniaran sería como mezclar agua con aceite. Si ellos se hablar...