Capítulo 20
Guardé silencio por un largo rato, sin moverme ni un poco, escuchando la furiosa respiración de Julian en la otra sala. Estaba allí, afuera de la cocina, mirando la puerta debatiendo entre si entrar o irme a mi habitación.
¿Qué debía hacer? Tomás llamaba para saber de mí y Juliano se negaba. ¿Qué rayos estaba pasando? ¿Desde cuándo Tomás sabía que yo vivía con Julian? Muchos malentendidos al parecer. Definitivamente necesitaba descansar, demasiado.
Estaba a punto de voltear e irme a mi habitación, para poder descansar mis pobres neuronas que estaban cansadas de pensar, cuando un pequeño susurro no dirigido precisamente hacia mí me detuvo.
-¿Qué mierda me estás haciendo, Oriana Sabatini?- murmuró en queja Julian.
Mis ojos se abrieron como dos grandes platos. ¿A qué se refería con eso? No podía ser... No, no, simplemente no, debía estar pensando mal las cosas por el cansancio y el hambre. Debía descansar antes de que pasara otra cosa. Sin embargo, mi mala suerte se presentó al momento en que la puerta de la cocina se abrió, dejando ver tras ella al simio idiota que hace unos segundos había estado hablando por teléfono.
Se quedó mirándome por un largo rato, sin decir nada, al igual que yo. ¡No sabía qué decir! ¿Debía fingir que no había escuchado nada? ¿Debía mencionar algo sobre el clima? ¿Debía salir corriendo? ¿¡Qué rayos debía hacer!? ¿Saben? Debería existir un manual para saber qué rayos hacer en situaciones así.
Me habría ayudado bastante.
Julian dio un paso hacia adelante, tomándome por sorpresa, y a la vez quedando más cerca de mí, permitiéndome ver sus ojos vómitos fijamente. Maldición, tenía unos ojos de color vómito tan hermosos.
-Oriana...- murmuró mi nombre con su voz ronca y lenta, para luego acariciar suavemente mi mejilla.
Demonios, ¿qué estaba haciendo? Era el simio idiota, yo era la nerd, éramos diferentes. ¿Por qué rayos estábamos en una situación así? Intenté buscar en sus ojos alguna señal de que se trataba de un mal chiste, pero nada.
Necesitaba escapar de aquella situación.
Di un paso hacia atrás al instante y ordené un mechón de cabello tras mi oreja, para a la vez desviar mi mirada de la suya, dirigiendo la mía en dirección al sillón. Él imitó mi gesto viéndose nervioso.
-Dis-disculpa- tartamudeó nervioso tornándose de color rojo.
Dios, qué tierno.
No, alto, era un simio, UN SIMIO. No podía ir pensando esas cosas positivas sobre él.
«Igual te gusta»
Oh, cállate voz maldita mental.
-No... no importa- balbuceé incómoda.
Bajé la mirada, quedando cabizbaja, y miré a Juliano de reojo. Un suspiro inevitable salió de mis labios. Era ahora o nunca. Si no le preguntaba en ese momento me arrepentiría. Sólo dilo, Oriana, sólo dilo.
-¿Qué estabas hablando con Tomás?- pregunté repentinamente y los ojos de Julian demostraron su asombro.
Quizás debí aplicar anestesia verbal.
Un silencio total nos rodeó, un silencio que sinceramente no quería que ocurriera, a pesar de que sabía que pasaría. Una sonrisa incómoda para llenar el espacio se formó en el rostro de Juan.
-Te lo diré mañana. Te lo prometo- dijo él y, evitándome olímpicamente, se fue a su habitación, dejándome paralizada en la sala de estar.
«¿Qué mierda me estás haciendo, Oriana Sabatini?». Demonios, esa frase me seguiría por el resto de mi noche, y probablemente, por el resto de mi vida.
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Viviendo con la nerd | Orian | Adaptada
De TodoJulian Serrano es el chico más mujeriego, estúpido, popular y guapo de la escuela. Oriana Sabatini es la chica más antisocial, nerd, de bajo perfil y extraña de la escuela. Que ellos congeniaran sería como mezclar agua con aceite. Si ellos se hablar...