#30: Te quiero

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Capítulo 30

JULIAN POV:

Sus labios se movieron tímidamente al compás de los míos. Sonreí interiormente al sentir cómo correspondía el beso, de una manera suave y delicada, como ella acostumbraba a ser la mayoría del tiempo.

La acerqué más hacia mí tomándola por la cintura, no queriendo que se separara de mí, pero sabiendo que tendría que pasar.

Besarla definitivamente era otra experiencia, era diferente a las otras chicas con las que había estado y eso me encantaba, porque Oriana  tenía algo especial, algo especial que me había tardado años en encontrar.

Me alejé lentamente de ella, sin querer separarme de sus labios pero sabiendo que el beso no podía ser infinito, y la miré a los ojos, los cuales ahora me miraban  desconcertados y asustados, como si al fin hubiera reaccionado.

Abrió la boca para decir algo y la volvió a cerrar. Y era claro, obviamente estaba nerviosa, era de esperarse, conociéndola... Abrió la boca de nuevo dispuesta a hablar, y la volvió a cerrar luego de decir «Ah-eh» balbuceando.

Intentando que entrara en confianza, y aprovechándome de la situación, tomé su mentón suavemente, lo alcé un poco para que me mirara directamente a los ojos, y la besé levemente de nuevo. Sentí cómo aquel acto la relajaba un poco.

Me separé de ella y dejé de sostener su mentón, para luego notar sus encendidas mejillas y su mirada fija en el suelo de la cocina. Sonreí enternecido por su sonrojo y decidí hacer algo para no tener que pasar por algún momento de tensión.

-¿Tienes hambre?- le pregunté escuchándome casualmente.

Ella alzó la mirada y la fijó esta vez en mis ojos, dejándome hipnotizado por los suyos, aquel color verde que adoraba.

-N-no- dijo ella nerviosa y tímidamente.

Reprimí la gran sonrisa que amenazaba con dibujarse en mi rostro. Se veía tan dulce comportándose de esa manera.

-Mmm...- dije pensativo- ¿y qué te parece si hacemos unos batidos?- le pregunté recordando que siempre en casa habían aquellos materiales de cocina.

-Y-yo...- dijo ella no muy segura y mirándome en aprietos.

-Anda, no voy a incendiar la cocina- bromeé un poco-. ¿Tu fruta favorita?

-Fru-frutilla- dijo bajando la mirada de nuevo.

-Genial. Hay unas cuantas en el refrigerador- mencioné yo.

Saqué las frutillas del refrigerador y dejé la caja sobre el mesón de la cocina.

-¿No crees que se armara un desastre?- me preguntó perdiendo un poco la timidez.

-¿Por qué lo dices?- le pregunté curioso mientras abría la caja y sacaba una frutilla para comerla.

-No pasa nada bueno cuando entras a la cocina- dijo ella sacando una frutilla también.

-¿A qué te refieres?- dije mientras seguía comiendo de aquella caja que había enfrente mío.

Ella volcó los ojos entretenida.

-Hiciste explotar las palomitas la otra vez, Julian- me dijo masticando otra frutilla.

-Fue un accidente- me excusé de inmediato.

Ella rió.

-Seguro- dijo con sarcasmo.

-Bueno, ya- dije no queriendo desviar más el tema-. Hay que hacer el batido.

Viviendo con la nerd | Orian | AdaptadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora