Su hijo/a se pierde en el supermercado

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Piero:

La rutina de compras de cada semana era siempre la misma: tú comprabas la fruta y la comida del diario mientras Piero, Marie y Angelina compraban galletas, cereal y "cosas divertidas" – según las niñas, eso era divertido -. Estabas esperando a que te entregaran un paquete de pescado y tu celular empezó a sonar con el tono de Piero. "¿Que pasa Piero?" Preguntaste al teléfono. "¿Angelina está contigo?" Preguntó él, agitado. "No, tú te fuiste con ella." Se quedó en silencio. "Piero, dónde está?" Dijiste asustada. La llamada se cortó y apareció Piero con Marie junto a ti. "¿Dónde dejaste a nuestra hija?" Le preguntaste regañándolo. "Estaba junto a nosotros y desapareció." Se defendió, y comenzaron a revisar pasillo por pasillo, hasta que llegaron a la zona de juguetes. "¡Mamá! ¡muñeca!" Exclamó Angelina emocionada con una muñeca en sus manos. Te pusiste a su altura y la abrazaste. "Nunca te vayas corriendo, entendiste?" Asintió rápidamente.


Ignazio:

Ignazio y Enzo tienen el mismo apetito, aunque entre ellos hayan 30 años de diferencia el apetito es exactamente igual. No te sorprendió cuando un miércoles estaban en el supermercado escogiendo que galletas iban a comprar, mientras tu y Alice los esperaban cerca de las cajas. "Muy bien, tengo las galletas, vámonos." Dijo Ignazio colocando la caja en el carrito. "Papá, no tengo un hermano?" Preguntó Alice e Ignazio se puso pálido al ver que Enzo no estaba con él. Los tres corrieron al pasillo de las galletas y Enzo no estaba ahí. "Mierda, mierda, mierda..." Repetía Ignazio muchas veces, mientras Alice buscaba por todos lados. "AQUÍ!" Gritó ella, adentrándose a un pasillo – el pasillo de los dulces – donde Enzo estaba comiendo una bolsa de gomitas. "Ehm... Perdón?" Dijo el pequeño, con la boca llena del dulce.


Gianluca:

Gianluca, tu y con las gemelas en coche habían recorrido cada pasillo, cada rincón del supermercado, unas 10 veces, y Marco no estaba en ningún lado. Tratabas de ser positiva, pero la situación no te lo permitía mucho. "¿Por qué no pedimos que lo llamen por las bocinas? Los de seguridad sabrán que hacer." Te dijo Gianluca tratando de tranquilizarte. Cuando iban al módulo de seguridad escucharon una pequeña voz gritar "¡Mami!" Y al dar la vuelta vieron a Marco acompañado por un policía. Corrió hacia ustedes y notaron que estaba llorando. "Tranquilo campeón, ya estamos aquí." Le dijo Gianluca al levantarlo del suelo. "¿Cómo le decimos al señor?" Le dijiste a Marco, quien se limpiaba las lágrimas. "Gracias señor policía." El policía les sonrió amablemente y se fue. "¿Por qué fuiste con un policía?" Le preguntó Gianluca a Marco. "Los policías siempre te ayudan cuando hay muchas niñas papá, ellos siempre ayudan."







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