Piero:
["Maneja con cuidado."]
Había un poco de lluvia y neblina, nada extremo, pero de todas formas peligroso. Hiciste escala en casa de Piero después de la universidad cuando la lluvia no paraba y necesitabas calentarte, y ahora sabías que en el momento en el que te levantaras del sofá y dejaras la comodidad de sus brazos, estarías congelándote de inmediato. El reloj marcaba las 9:15 pm y tu celular mostraba cientos de mensajes de tu mamá ordenándote que fueras a casa. "No quiero irme." Dices ocultando tu voz en su hombro después de besarlo. "Quédate, no tengo ningún problema." Ríes sarcásticamente. "Mi mamá tendría un problema, y uno cardíaco si se entera que me quedo a dormir contigo." Piero besa tu frente antes de levantarse, y a ti junto con él. Mantiene su brazo alrededor de tus hombros para calentarte un poco, pero en el momento en el que salen del edificio sientes el frío aire lluvioso contra tu cara. Corres a la puerta de tu coche y lo enciendes rápidamente para poner la calefacción y abrir la ventana para despedirte de Piero. "Oye..." Te dice antes de que arranques. Lo ves dudando sus palabras sin siquiera aún decirlas. "¿Qué pasa, Pié?" Piero te ve fijamente, serio. "Maneja con cuidado, ¿sí? Todavía hay mucha neblina y-" Lo interrumpes con un beso. "Avísame en el momento que llegues a tu casa que llegaste bien." Asientes con la cabeza. "Adiós." Dices antes de cerrar la ventana y, cuando arrancas, ves a Piero diciendo: "Ten cuidado." Dejas salir una risa y lo pierdes de vista al avanzar. En el segundo en el que bajas del coche, Piero te llama para preguntar si llegaste bien.
Ignazio:
["Cierra los ojos y extiende tus manos."]
Ignazio, el chico que tiene dos sonrisas: la normal que demuestra felicidad, y la sonrisa pícara que lo delata cuando está a punto de gastar una broma. Estaba parado frente a ti al regresar del estudio, las manos detrás de su espalda y una sonrisa que queda en medio de sus dos sonrisas conocidas. "¿Qué tienes ahí?" Se acerca a ti y besa la punta de tu nariz. "No voy a decirte." Lo ves, esperando que te diga, pero niega con la cabeza. "¿Vas a hacer que adivine?" Ignazio ríe un poco. "No." Ésta vez le lanzas una mirada de esas que dicen 'te detesto'. "¡Tranquila!" Exclama, antes de terminar con su juego. "Ya te dije lo que tienes que hacer. Cierra los ojos y extiende tus manos." Lo dudas, pero finalmente lo haces. "No hagas trampa." Lo oyes decir mientras escuchas al fondo que prende un encendedor. Al sentir algo sobre tus manos, abres los ojos. "Feliz aniversario de mudanza." Sonríes viendo el pequeño pastel que tienes entre las manos. La vela adornando el centro de éste ilumina los ojos de Ignazio y tuyos. Al mismo tiempo soplan para apagar la vela y se voltean a ver. "Hace exactamente un año te mudaste aquí, y ha sido el mejor año de mi vida." Cierras los ojos para evitar las lágrimas. "Gracias, Igna." Ésta vez besa tus labios y se quedan cerca el uno del otro por unos segundos. "Gracias a ti." Dice suavemente y te besa de la misma manera.
Gianluca:
["Está bien, compré dos."]
Planearon un fin de semana romántico fuera de la ciudad. Reservaron una habitación en un hotel no muy lejano, dieron el aviso en sus respectivos trabajos y empacaron las maletas. ¿Lo único que olvidaron? Revisar la distancia que tendrían que manejar. Lo que esperaron que fuera, máximo, una hora, se convirtió en un viaje en coche de tres horas para las cuales no estaban preparados. Y por 'preparados' me refiero a que no llevaban comida. Estaban a punto de arrancarle la cabeza al otro, la gasolina del coche estaba por terminarse, cuando a los lejos en la carretera vieron una estación de gasolina con una tienda a lado. "Voy a comprar algo de comer." Te avisa antes de bajarse del vehículo y entrar a la tienda, después de llenar el tanque. Retoman el camino pocos minutos después, Gianluca mientras enlistaba las cosas que compró: "Hay barras de cereal, una bolsa de papitas, Coca-Cola, galletas Oreo..." "¡Galletas!" Lo interrumpes emocionada, encontrando el paquete en la bolsa de la tienda y abriéndolo en tiempo record para meterte dos galletas en un mismo bocado. "Mmmmh, gracias amor. Eres el mejor novio del mun..." Te detienes al verlo con sus ojos clavados en ti. "No me digas que las compraste para ti. ¡Me hubieras detenido en ese momento! Gianluca lo siento mucho, mucho, mucho." Ríe y mete su mano en la bolsa. "No te preocupes mi amor, está bien..." Después de mover su mano alrededor de la bolsa blanca llena de comida, la saca triunfante. "...compré dos." Te estiras para besar su mejilla. "Nos conoces tan bien." Bromeas, haciéndolo reír. "Te amo por no dejarme pasar hambre... y por comprar dos de cada cosa." Gianluca toma tu mano y la besa. "Me gusta comprar dos de cada cosa si la segunda es para ti." Se quedan con las manos entrelazadas el resto del fin de semana.
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Preferencias de Il Volo
Random"La imaginación es el arma más poderosa que tenemos" - Dr Seuss