Las noches en la ciudad de Nueva York son completamente tranquilas.
Pero a media noche todo se transforma en prostíbulos, esquinas llenas de drogas y alcohol.
—Hola cariño... ¿Quieres pasar una buena noche? —Preguntó una chica rubia dándome un guiño
—No, pero necesito preguntarte un par de cosas —Es la décima chica que me pregunta lo mismo. ¡No quiero sexo!
—Preguntame lo que quieras
—¿Con qué clase de chicas te acuestas?
—Con las que quieren pasar una buena noche. Simple.
—¿Por casualidad te has acostado con una con un tatuaje de libélula en el cuello?
Sus ojos se abrieron de par en par. La conoce.
—¿Por qué lo preguntas?
—¿Te has encamado con ella o no?
—Lo hice...
—Necesito más información
—¿Eres policía?
—No lo soy. No tengo una placa que lo acredite.
—¿Para qué quieres saberlo?
—¿Quieres que le diga a tus padres que te encamas con cualquiera por unos pocos billetes?
—Se llama (Tn) Jauregui —Dijo con rapidez —Viene a menudo por aquí. No se acuesta con las mismas todos los días, digamos que le gusta... Experimentar con distintas chicas, y diferentes... Posiciones.
—¿Sabes algo más?
—Le gustan las chicas que tengan buenos pechos y buen trasero. —Dijo mirando hacia al lado apuntando disimuladamente a las chicas con esas características —Todas las chicas de aquí lo han hecho con ella... Y luego de que lo hacen, ninguna persona las hace sentir como te hace sentir (Tn)... Y debo decirlo, se siente increíble.
—Comprendo...
—Adiós
—Adiós
Si necesito obtener información, supongo que debo tomar riesgos.
Si esa chica rubia que dice que la primera vez es completamente increíble y no vuelves a sentirte igual, supongo que debo comprobarlo. Aunque, tal vez, me arrepienta luego de hacerlo
(...)
—Mamá ha estado preguntado por ti... ¿Donde estabas?
—¿Qué le has dicho?
—Que estabas en casa de una amiga
—¿No te preguntó más?
—No. Pero está furiosa
—¿Sigue despierta?
—Sí. Y ha estado gritando desde que no estabas. Por tanto, no he podido dormir.
—Eso no te hace bien. Ve a mi cuarto y no salgas de ahí.
—¿Qué está ocurriendo aquí? —Dije una vez en el sótano
—¡¿Donde demonios estabas?! —Preguntó mamá. Bueno, técnicamente gritó y no sé como debería clasificar eso
—Mamá, estoy aquí. Tranquila —Dije en un intento de calmarla
—¡No me digas que esté tranquila! ¡¿Donde estabas?!
—Fui a la casa de Demi
—¡Acabo de llamar a su casa y ella acaba de decirme que no estabas alli! ¡¿Donde estabas Selena?!
Estoy en un problema...
—Yo... Sólo... Am
Amaría si algo o alguien, interrumpiera éste momento...
Am... ¿Algo? ¿Alguien? Para mi maldita y jodida suerte... Nada ocurre
—¡Respondeme Selena! —Grita mamá cuando vuelvo a mirarla
—Yo fui a ver... Fui a ver una película
—¿A media noche?
—Sí, ya sabes. Para poder asustarme.
—¿Cual fuiste a ver?
—Ella no fue a ver ninguna película, mamá —Interrumpió Grace
—¿Grace? ¿Qué haces despierta, cariño?
Ella rió sarcásticamente
—¿Crees que con los gritos que das se puede dormir?
—Yo... cariño
—No. Mamá. Con tus gritos no se puede dormir.
—Ve a acostarte...
—No. No voy a ir. —La miró desafiante —¿Sabes por qué? Porque necesito que me abraces. ¡Necesito que me des tu apoyo! ¡Acabo de perder a mi mejor amiga y a mi novia! —¿Estoy sorda o ha dicho que perdió a su novia? —Sí. Soy lesbiana y me encanta serlo. Pero a ti te da absolutamente lo mismo. ¿Por qué? Porque estás tan centrada en Selena, que no te das cuenta de cuanto sufre tu otra hija. ¡A quién demonios le importa donde fue mi hermana! —Me siento un tanto ofendida —¡Ella está bien! ¡Deberías dejar de preocuparte por ella y poner un poco de atención en tu maldita hija menor!
A mamá no pareció importarle el discurso que dió Grace ya que la miró y golpeó su mejilla
—Las lesbianas no son aceptadas en esta casa. —Dijo mientras Grace lloraba —Vete. Vete y no regreses
Oh no...
Espero que les haya gustado este capítulo. Nos vemos en el siguiente.
Las quiero!
-Banana c:
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Enamorada De Una Asesina (Selena Gomez y tú)
Fanfiction"-Te amo -Pude leer de sus labios mientras la sentaban en la que sería la encargada de asesinarla: La silla eléctrica -Te amo -Respondí colocando mi mano en el cristal que nos separaba Los guardias dieron la orden y ella dió un último suspiro. Baja...