capítulo 16

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Brookland Day es una serie de edificios de colores claros arreglados juntos en un círculo y rodeados por césped cuidadosamente podado y pequeñas áreas donde flores y árboles cuidadosamente podados florecen, decorados con personas de pie, sentadas u holgazaneando.

Todos ellos están hablando y cuando Shari pregunta si debe venir conmigo, una pregunta llena de esperanza en su voz, no puedo hacer nada excepto observar. Todos parecen tan... no lo sé. Llenos de energía pero no al límite. Listos, pero no sospechosos. Hay una facilidad ahí, hay esperanza, recelo, lujuria y odio, cada emoción, y tan espesas que casi puedo olerlas, pero una cosa está ausente. 

Miedo.

No sabía qué había esperado hasta ahora, y sin eso, me sentía... perdida.

No entiendo a estas personas.

Quiero que Shari venga conmigo, ser observada en la forma que los pocos adultos que vero por aquí lo son, que me diera tiempo para pensar, para entender por qué aquí, por qué la escuela, conozco esa palabra, es así, parece tan equivocada.

Un lugar que no puedo alcanzar pero que puedo sentir. Me volteo hacia ella, pero antes de que pueda hablar hay un golpe en la ventana del auto, no fuerte pero ansioso, oigo voces diciendo:

-¡¡Aiden!!

-Hola chicas -dice Shari, bajando la ventana y yo inhalo perfume y soy rodeada por brazos cubiertos de negro, por voces diciendo mi nombre y saludando a Shari, por el aroma de perfume y cabello; negro, café, y un tono entre medio, que me envuelven también.

Y así es como conozco a Violet, Alaska y Abigail. Las amigas de Aiden.

Hay más brazos cuando salgo del auto, manos alejándose de mí para saludar a Shari cuando se aleja, y luego todas dan un paso atrás, me miran.

-¿Y? -dice una, de baja estatura pero incuestionablemente la líder, las otras dos de pie ligeramente detrás suyo y mirándola tanto como me miran a mí. Su cabello es largo y negro, su ropa incluso más llamativa que la mía, capas sobre capas de tela negra vaporosa y transparente que complementa su cabello.

 Su cabello es largo y negro, su ropa incluso más llamativa que la mía, capas sobre capas de tela negra vaporosa y transparente que complementa su cabello

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Se muerde las uñas, sin embargo. Se las muerde justo hasta la piel. Es una líder que vive con miedo.

-Hola, Violet, Abigail, Alaksa -digo, y la chica de cabello negro dice: 

-¿Ven? Les dije que nos recordaría. -Y luego me abraza de nuevo-. Dile a Violet que me debe veinte dólares.

Miro a las otras dos chicas. Una es de la altura de la primera chica, y tiene un rostro en forma de corazón con rizos circundándolo. 

 

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