capítulo 17

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Para el momento en que estoy en lo que creo que es el cuarto período, estoy exhausta, confundida por los pasillos, por la manera en la que todo el mundo que pasa es tan vibrante, tan vivo en su desfile interminable de ropa que luce igual pero que tiene toques individuales. Incluso si vistiera la ropa que todos llevan, no sería capaz de hacerla propia como ellos pueden.

No hay nada en mí, no hay un yo para destacar.

El profesor habla sobre el gobierno, y cómo está estructurado. No entiendo nada de eso, y los cuadernos que encontré en el casillero de Aiden (la combinación en el papel que Abby me dejó) están vacíos excepto por pequeños, simples dibujos, cajas y garabatos, y el nombre Sebastian, guardado en las esquinas de la mayoría de las páginas. Escribo mi propio Sebastian junto al de Aiden.

 Escribo mi propio Sebastian junto al de Aiden

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Lucen exactamente iguales. Está cálido en el salón, tan cálido que siento mi cuerpo tenso, muy tenso, relajarse un poco, y el profesor está hablando y hablando. Apoyo mi cabeza en una mano y bostezo.

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