capítulo 15

62 13 0
                                    

Aiden usa mucho negro. Su armario está lleno de ropa de ese color, así que voy a la escuela en jeans negros y una camisa negra con botas negras cuyos altos y puntiagudos tacones hacen que mis tobillos se sientan temblorosos. No me gusta la ropa, pero Shari está feliz de verde en ella, dice:

-Aiden cariño, luces... ¡luces como tú! Supongo que te mezclarás enseguida, ¿verdad?

¿Mezclarme? Si Aiden quisiera mezclarse, vestiría marrón y gris, y zapatos que no tuvieran tacones que hacen tic-tic cada vez que doy un paso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Mezclarme? Si Aiden quisiera mezclarse, vestiría marrón y gris, y zapatos que no tuvieran tacones que hacen tic-tic cada vez que doy un paso. También su bolso esta cubierto con palabras garabateadas como ¡PAZ, ODIO, AMOR y FUDGE! escritas en colores brillantes. Luce desordenado y grita: ¡Mirenme!

-No quiero llevar esto -digo, porque no quiero.

No quiero cargarlo; ni siquiera me gusta.

Shari luce sorprendida, pero feliz y dice:

-¿Estás segura?

Cuando asiento, ella va a su habitación y vuelve con un simple bolso gris. 

-Guardé esto después de que fuimos de compras antes del último período, con esperanzas de que tú... bueno, supongo, que por una vez estuviéramos de acuerdo en algo que vistes.

-¿No te gusta mi ropa?

-Oh no, no, yo... sé que te gustan -me dice.

-Pero a mí no.

-¿A ti no? -dice, y cuando asiento sus ojos se agrandan, la esperanza reuniéndose, y dice-: Tal vez tú... ¿sientes algo cuando te las pones?

Más distancia de lo que se supone que debo sentir. Y también, me duelen los pies...

-¿Como disgustada, tal vez? -me dice, y me doy cuenta de que ve algo en esa ropa, ve sus propios recuerdos en ella y ese algo, lo que sea que me trajo aquí, está bloqueado dentro de una Aiden de la que no me ha hablado. Una que viste ropa que a Shari no le gustan.

Que va a la escuela y vive una vida de la que Shari podría no saber nada al respecto.

Mi cabeza comienza a doler.

-No, nada como eso -murmuro, y cuando ella pregunta si estoy bien le digo que sí, digo: Sí y Sí de nuevo, y luego-. SÍ, dije SI ¿Está bien? -Cuando me pregunta por tercera vez y ella da un respingo, pero luego sonríe tan brillantemente, y dice:

-Esa es mi chica. -Sonando feliz y asustada al mismo tiempo y me doy cuenta de que sólo me ha contado historias felices, que todo lo que sé es que Shari ama a Aiden y Aiden ama a Shari, pero eso no puede ser todo porque incluso la felicidad tiene pequeñas porciones de amargura en ella.

No sé cómo sé eso, pero lo sé. Puedo sentir el ritmo de la verdad dentro de mí. Lo siento amargo en mi lengua.

Algunas veces, como ahora, no creo que quiera saber quien soy de verdad.

RetentivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora