Capítulo 7

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Desperté con el sonido de la ducha de fondo, sintiendo unos brazos a mi alrededor.

-¿Est... ? Por di... ...cy ¿Que t... ron...? Lo sien... Todo... mi culp... Lo siento tanto... - Con mi confusión y los llantos de mi hermana apenas pude entender lo que trataba de decirme.

Pero finalmente me había encontrado. Aunque ya fuese tarde...

-Las chicas que salieron deben de dirigirse a la policía... -Hablé como pude aún muy cansada, esperando que pudiese escucharme a través de la ducha - Cuando vengan no quiero que estés aquí...

-No - La voz decidida de Kate ni siquiera me dejó terminar

- Pero... Yo...

-Si, ya sé lo que has hecho ¿Crees que no vi los cadáveres?

-Entonces sabrás perfectamente...

-Ya callate. No dejaré que sigas protegiéndome de esa manera. ¡Se supone que yo soy la hermana mayor por el amor de dios! ¡Y sin embargo siempre has sido tú la que me ha protegido de todo! Incluso antes de nacer salvaste mi vida, y ahora esto... No puedo tolerarlo...

-Si no te vas ellos...

-Ellos creerán que fui yo quien los mató, y si me voy sabrán que has sido tú. En cualquiera de los casos una de nosotras se puede en prisión ¿No?

-No quiero que tu...

-Yo tampoco, ninguna de nosotras irá a prisión.

-¿Que quieres decir?

-Escapemos, vámonos de aquí, busquemoste ropa y medicación, luego vámonos.

-¿A donde?

-A cualquier lado, seremos prófugas, nadie puede saber de nosotras, creerán que nos asesinaron aquí, ni siquiera nos buscarán.

-Pero... No quiero arruinar tu vida...

-¡Acaso no te ves! - Estalló de nuevo en un mar de lágrimas- ¡Yo arruiné tu vida! ¡Todo esto es mi culpa! ¡Es lo mínimo que puedo hacer por ti en este momento! ¡NO PIENSO DEJARTE SOLA DE NUEVO! - Gritó ya sin poder contenerse más y lloró a mares. Mi corazón se encogió al ver a mi hermana así y traté de contenerla lo más que pude, pero no era muy fácil en mi condición. Una vez que se había calmado lo suficiente susurré...

-Esta bien... Vámonos...

Antes de salir del lugar Kate me dio no sólo su campera (Que en realidad era mía.) sino también sus shorts. Ya que yo estaba desnuda.

-¿No te molesta ir en top y bragas por el bosque?-Le pregunté tratando de apaciguar un poco el clima.

-¿Desde cuando me ha molestado?-Respondió con una sonrisa burlona, yo reí bajo.

Aún me dolía todo el bendito cuerpo.

Kate había venido no sólo con mi ropa puesta, sino también con un par de pistolas en su cinturón. El que me dio a mi junto con el short. Además de las pistolas aún tenía los dos cuchillos con los que me deshice de aquellos idiotas, para los cuales robamos otro cinturón y unas fundas y los repartimos.

Ambas teníamos una pistola y un cuchillo. Pero yo ya me había acostumbrado a mi cuchillo, así que ese lo dejé a mi derecha para poder usarlo con mi mano buena. Además, tampoco es difícil apuntar con la izquierda. Pero mi hermana decidió usarlas al contrario, apuntando con su mano buena y dejando el cuchillo en la izquierda.

Supondré que yo me encargo de los ataques cuerpo a cuerpo y ella a distancia.

No tengo ninguna queja sobre eso.

Después de un rato de andar comenzábamos a ver casas.

Gracias.

Mi cuerpo ya casi se moría. Por supuesto, no dejaría que Kate lo notara.

Todo el camino Kate fue la guía, ya que yo apenas si podía concentrarme y tampoco sabía muy bien a donde me habían llevado.

Después de otro rato finalmente llegamos a nuestra casa.

Tuvimos que evadir muchas cosas ya que ninguna de nosotras quería ser vista, Kate por su desnudez y yo por todas mis heridas abiertas y expuestas.

Entramos a la casa vigilando que nuestros padres no estuviesen cerca y por suerte no lo estaban, así que cada una fue a su habitación a buscar lo necesario.

No pude evitar darme una pequeña ducha, dolió como el demonio, pero necesitaba una ducha.

Salí rápidamente y me dirigí a vestirme, en mi habitación estaba mi hermana. Ya nuevamente vestida y con una bufanda a cuadros violeta y negra. Tenía un botiquín en las manos.

-No creo que tengamos tantas curitas... Pero necesitas curarte eso.-Asentí y me coloqué algo de ropa interior antes de que comenzará a curarme. No pude prenderme el corpiño porque mi espalda dolía demasiado, por lo cual Kate decidió bendarmela.

Al final terminé vendada casi por completo.

Kate había vendado no sólo mi torso, sino también ambos brazos del codo al hombro, mi pierna derecha de la rodilla al tobillo y la derecha de la rodilla al muslo.

Era una maldita momia.

Pero al menos ya podía prenderme el corpiño.

-Soy una momia-Dije riendo tratando de levantarle un poco el ánimo. Había estado muy seria desde que nos vimos. Sonrió muy poco y sin ganas ante mi chiste. No pude evitar bajonearme yo también.

Después de que me desinfectara todas las heridas y me momificara busqué algo de ropa en mi armario. Supuse que deberíamos correr mucho de ahora en adelante y que tampoco queríamos hacer mucho ruido, pero tampoco quiero que se vean todas mis futuras cicatrices. Por lo cual elegí unos pantalones largos negros que eran muy cómodos y poseían una tela que no "sonaba" mucho y cubría todas las heridas de mis piernas, junto con una remera manga tres cuartos sin escote que cubría bien mi pecho y sus marcas pero dejaba al aire de mis codos en adelante, donde también habían cicatrices. Bueno, no creo que pueda cubrirlo todo de todas formas.

Coloqué la remera por debajo del pantalón para tener mejor acceso al cinturón con las armas y busqué calzado. Elegí unas de mis botas preferidas, que no sólo eran cómodas sino también silenciosas. No puedo explicar por qué, pero lo eran.

Al terminar miré a Kate, que estaba mirando mi mesita de luz. Donde estaba colocado mi lamparita y un portaretratos con una foto nuestra, y mi collar sobre él.

-¿Nos lo llevamos?-Preguntó señalando al collar. Negué con la cabeza.

-Dejemosle algo nuestro a nuestros padres ¿No crees?-Ella asintió y quitó su collar de su cuello colocándolo junto al mío en el portaretratos. No había notado que lo llevaba puesto.

-¿Entonces vamos?-Tomé un par de colines antes de responderle. Después de todo, ambas tenemos el cabello muy largo y puede ser un inconveniente si no lo atamos.

-Vamos.-Kate salió primero de mi habitación, y cuando estaba por salir visualicé una tela carmín con el rabillo del ojo. Me giré curiosa y pude ver que dentro de mi abierto armario estaba esa tela, al sacarla pude distinguir que se trataba de mi abrigo.

No pude evitar pensar en Mike.

Que raro, no había pensado en él desde que me liberé.

No quiero dejarle, pero no puedo quedarme y definitivamente no lo llevaré conmigo.

Mike no está involucrado en esto, además, no creo poder sentirme cómoda cerca de hombres por un tiempo.

-¿Lucy? ¿Todo bien?-Kate se asomó a mi puerta mientras yo estaba perdida en mis pensamientos, aún con mi abrigo en manos.

-Si, vamos.-Dije saliendo de la habitación de una vez por todas.

Llevando el abrigo conmigo.

¿Como me convertí en esto? (Lucy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora