Capítulo 36

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Me despierto muy cansada, por las voces a mi lado. No estoy muy segura de quienes son pero tengo demasiado sueño como para importarme.

-¿La despierto? -Los susurros no terminaban y realmente tengo sueño.

-Callaos ya, joder. -Me senté cansada, habiendo entendido que quienes hablaban eran Hoodie y Denna. Siendo cualquier otra persona no me habría importado, pero aparentemente el rubio quería hablar conmigo.

Me salgo de mi lugar y me siento junto al rubio, cansada y muy probablemente despeinada, tallando mis ojos para tratar de espabilar mientras escucho a la enana acomodarse para dormir.

-¿Que pasa? -Sururro en el oído de Hoodie, para que los otros dos no escuchen.

-Nada... -Le miré entre la oscuridad, su tono era triste.

-Como quieras. -No iba a preguntar nada más, si no quería hablar no iba a obligarlo.

A veces lo que necesitas no es una charla, a veces sólo basta con una buena compañía.

Me acurruqué más cerca de él y pasé su mano por mi cintura, sin soltar nuestras manos mientras descansaba mi cabeza en su hombro y acariciaba su cabello con mi mano libre, el tan sólo se acurrucó más a mi y escondió su cara en mi cabello.

Nos quedamos así, sin movernos. De vez en cuando escuchaba su llanto pero era casi imperceptible de no ser por los pequeños espasmos de su espalda.

No se que le pasa, y me preocupa mucho. Pero no se si puedo hacer algo más que esto, por lo que tengo que conformarme con acurrucarme más hacia el y hacerle entender que yo estaba allí. Y que no me iría a ningún lado.

-Te quiero... -Susurré apenas audible.

-Yo te amo. -Me contestó al instante.

Solté un suspiro triste y me le aferré más.

Por favor, no estés triste. No se que hacer si estás triste, te has convertido en mi pilar y si te derrumbas no se que pasará conmigo. Por favor no te derrumbes.

Desperté por la luz que entraba de la ventana, dándome cuenta que nos habíamos quedado dormidos así. Excepto que ahora la mano con la que estaba acariciando su cabello estaba entrelazada con la suya y me abrazaba por la espalda mientras descansaba su cabeza en mi hombro, la cual estaba utilizando como almohada. Estaba muriendo de sueño y me acomodé mejor entre su cabellera rubia.

¿Como puede ser que no huela desagradable?

-Lucy... ¿Ya despertaste? -La voz de Masky me sobresaltó y me obligó a sentarme derecha, haciendo que la cabeza del rubio casi caiga de mi hombro, despertándole.

Le miré fijamente. El levantó las manos en son de paz, mientras estaba sonrojado.

-Lo lamento, no era mi intención asustarte.

-Ugh... -Se escucho un quejido por parte del rubo, a continuación se aferró más a mi mientras se acomodaba. Como si fuese su oso de dormir.

Con Masky allí, mirando la escenita.

Estoy segura que enrojecí hasta las orejas, y le di una colleja para que despertara.

-¡Auch! ¿Que pasa? -Dijo sobando su cabeza mientras finalmente me soltaba.

-¡No soy tu almohada!

-Pero sos cómoda... -Habló en tono de niño pequeño y yo me levanté avergonzada. -Buenos días Masky. -Recién ahora acababa de reparar en la presencia de su amigo, y pude notar que estaba un poco avergonzado y sonrojado, pero trataba de actuar normal. -¿Como dormiste?

¿Como me convertí en esto? (Lucy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora