Capítulo 35

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Cuando Recuperé la conciencia me di cuenta que estaba recostada boca arriba y al intentar moverme noté que estaba atada por todos lados. Valla, al parecer conmigo tomaron precauciones extra.

Abrí los ojos y el idiota estaba a mi lado, con el bisturí en mano y la nariz rota. No pide evitar sonreír.

-Bonita nariz... -Estaba visiblemente enojado, y sin siquiera contenerse enterró el bisturí en mi hombro.

Ni me inmuté.

No tocó ninguno de mis huesos o nervios, por lo que no me dolió en lo absoluto.

Giré mi cabeza al ver que había soltado el bisturí dejándolo en mi hombro.

-Y... ¿La vas a querer o me la puedo quedar?

Me miró y pude notar como lo enfadaba. No pude evitar sonreír al ver su frustración.

-Dejemonos de bromas y terminemos con esto.

-¿No de supone que debería ser yo a la que no le agrada estar aquí? -Quitó el bisturí de mi hombro.

-Te lo advierto niña, me estás enojando.

-¿Apenas? -Me miró, muy enfadado, para luego posarse en mi marca y comenzar a cortar. -¿No dirás nada? ¿Que? ¿Aún te duele la mandíbula? -El bisturí se clavó violentamente en mi mano, por poco la atraviesa y sentí un cosquilleo muy molesto, pero no mostré emoción.

-No necesitas retener los gritos, tienes la suerte que a tus compañeros los cambiaron de celda. -Me sonrió, creyendo que no mostraba emoción no por que no sintiera, sinó por que no quería que me vieran gritar.

Fingí un bostezo.

-¿No que ibas a terminar con esto rápido? Venga, toma tus notas y ya está.

Soltó un gruñido y siguió escarbando, comenzaba a ser molesto pero no dolía mucho. Hasta que tocó un nervio que hizo que moviera involuntariamente la mano.

-¿Un punto sensible? -Dijo mientras me miraba a los ojos y sonreía.

-No digas eso tan pervertidamente, pedófilo.

Volvió a gruñir y, está vez, su puño impacto contra mi mejilla.

-¡Hey! ¡Desátame y atrévete a hacer eso de nuevo! ¡Hijo de puta! -Me sujetó la cara con una mano, obligándome a mirarle. Estaba demasiado cerca.

-Escucharme bien pequeña demonio... Hay algo en tí que me da mucha curiosidad y realmente me gustaría averiguar qué es. Pero si sigues enfadándome no durarás mucho tiempo aquí. -Enojada, le escupí en la cara.

-Manten tu distancia, pedo bear. -Y con eso, me gané otro golpe. Mordí mi labio y le miré, dejándome bien en claro las intenciones que tenía para él en cuanto me soltara.

Luego de eso siguió escarbando en la marca mientras anotaba, y cuando terminó comenzó a tocar mi brazo.

-¡Hey! ¡¿Que hacés?!

-¿Como te hiciste estas?

-¿Que te importa? -Levantó ligeramente mi remera y comencé a retorcerme. -¡HEY!

-También las hay aquí... ¿Recubren todo tu cuerpo?

-¡¿Que le importa?! -Me miró, se notaba satisfecho con mi reacción.

-¿Entonces tendré que revisarlo yo? -Abrí los ojos sorprendida mientras veía sus intenciones de bajar mis pantalones.

-¡Si! -Se detuvo y me miró, con una media sonrisa.

¿Como me convertí en esto? (Lucy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora