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Ya estaba en el hospital o eso es lo que podía observar después de despertarme en la camilla de la habitación, me di cuenta que estaba conectada a una intravenosa que llegaba a una bolsa de sangre, ya que había perdido mucha de ella o eso fue lo que me había comentado la enfermera que me acababa de revisar mi estado. Me tomaron algunos puntos en las cortadas profundas y las otras tenían que esperar a que cicatrizaran pero todavía tenía los puntos de la cortada de la mañana que me hice con los vidrios del espejo del colegio y de verdad es que el dolor en mis brazos eran muy fuertes. Por ende, mi cuerpo gritaba a todo pulmón su descontento a través del dolor y yo era quien recibía la peor parte del trato y aunque me dieron analgésicos para controlarlo, no había sido muy efectivo al ser sincera.

El reloj digital de la habitación marcaba que eran las tres de la madrugada, mis padres estaban en la cafetería bebiendo un café. Yo estaba en la camilla de tamaño individual y el aire acondicionado pegaba en mi cara haciendo que mi nariz estuviera fría por la temperatura baja del lugar. Mi vena se encontraba conectada a la sangre de tipo A negativo, también conecta a un respirador artificial, ya que me había dado asma crónica, agregando que el aire no ayudaba con mi respiración, todo significa que no podía respirar bien por mí misma, además de tener puntos en los brazos también tenía en las piernas y en mi frente pero en la frente sólo fue una cortada aunque fue la más profunda de todas, lo peor de todo, es que había sido justamente encima de la cicatriz que me había hecho cuando era niña con el columpio. Tenía dolor de cabeza, ya me había tomado una pastilla pero no había actuado todavía y deseaba que hiciera efecto para poder intentar descansar un poco. Cansancio, miedo, dudas, dolor, eso era lo que sentía ahora mismo, estaba agotada física y mentalmente.

Miedo.

Miedo porque no sabía lo que había pasado, no había sentido nada de lo ocurrido y siendo honesta, una persona siente el dolor pero no recuerdo nada de verdad.

Duda.

Dudas porque no sé qué fue lo que pasó o como pasó, ni por qué pasó.

Mi padre había traído la cámara de grabación, quería ver conmigo lo que había pasado pero no lo quería observarlo todavía, tenía miedo porque sé que me enteraría de lo que había sucedido de verdad, iba a ver directamente a alguien haciéndome daño o algo causando mis heridas fuertes hasta yo misma puede haber hecho ese acto horrible, también nadie sabía cómo apareció la palabra "Morirás" en la pared de mi cuarto, tenía pavor al solo pensarlo.

¿Quién escribió eso?

Estaba en la habitación doscientos veinte, la cual estaba en total silencio, sólo se escuchaba el ruido de mi marca pasos y del respirador pero la atención se volvió hacia la puerta del cuarto.

-Adelante.- Dije con poca voz, apenas tenía energía para hablar.

-Hola hermosa.- Mi padre entró sonriendo, luego de que estuvo dentro, se sentó a la silla que estaba al lado de mi camilla, me tomó delicadamente mi mano derecha pero observé que en la otra sostenía la cámara de grabación.

-¿Dónde está mi madre?- Lo vi a los ojos y de alguna manera me sentí segura después de tanto tiempo.

Mi padre me hacía sentir a salvo, además de que sus ojos eran como verme a mí misma y eso de alguna forma extraña era agradable porque me decía que era tan fuerte como él y sé que al ser una persona con esa actitud, estaría bien o eso es lo deseaba ser.

-Está cansada y decidió quedarse otro rato en la cafetería... ¿Quieres esperar que venga para ver el video? Traje la laptop, así podemos conectar la cámara y ver mejor lo que sucedió.- Agregó haciendo una mueca.

Sentimientos (Zayn Malik) ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora