Capitulo 7

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Vannesa estaba de pie delante de la lápida con los ojos llenos de lágrimas, mientras agarraba la mano de su hijo y en la otra llevaba un ramo de flores. Era tan duro ir a ese sitio, tan duro hablar contra una piedra sin saber si el que está ahí te escucha o no. Porque hay gente que te dirá que si, pero hay otra gente que te dirá que pierdes el tiempo haciendo eso, pero a ella le sentaba bien hablarle aunque solo fuera a la piedra en la cual estaba tallado su nombre y la típica frase de Padre, esposo e hijo.

Cuando su hijo tiró de su mano demostrando que ya estaba aburrido, salió del cementerio sin mirar atrás. Ir ahí solo la hacía ponerse mas triste, pero no podía evitarlo, ese era el único sitio en el cual se sentía a su lado.

Al entrar por la puerta de casa Aaron salió corriendo hacia el jardín para jugar con su pelota, mientras ella se fue a la habitación para cambiarse de ropa, en un rato su suegra llegaría para comer. Durante esos días ella era su gran apoyo para no derrumbarse, ella y su hijo que la hacía reír cuando menos lo esperaba.

Nada mas abrir la puerta de su habitación el olor del perfume de Larry le inundo las fosas nasales y los ojos se le humedecieron al instante. Larry era su primer amor, y el único, no creía poder amar a nadie como lo amaba a él, y muchas veces le era muy difícil imaginarse la vida sin él. En ese momento la puerta de la habitación se abrió y una gran sonrisa se formó en su boca y se tiró en brazos de la persona que acababa de entrar por la puerta.

Habían pasado dos meses desde que Heather había agredido a su marido, pero por suerte él se había salvado. Su marido, su amor, su vida estaba con ella, rodeándola por la cintura, y jurándole que nunca la iba a soltar, y Vannesa sabía que esa vez iba a ser para siempre.

**** Dos meses antes****

– ¿Familiares de Larry McGarret?-. Dijo una potente voz haciendo que todos se levantaran dirigiéndose hacia él.

– Yo soy su esposa-. Dijo Vannesa con la voz ahogada.

– Yo soy su madre.

– Bien, siento comunicarles que lo perdimos durante la operación...

De repente el corazón de Vannesa se paró y se rompió ante las palabras del doctor, incluso llegó ha creer que todos los que estaban en la sala con ella habían escuchado el estallido de su corazón al partirse. Cuando todo a su alrededor empezó a ponerse borroso, intentó agarrarse a alguien pero la oscuridad la envolvió.

Cuando Vannesa despertó se encontraba tumbada en una camilla en un cuarto blanco que olía a hospital. Al principio no entendía que hacía en un hospital, pero poco a poco los recuerdos le fueron llegando, y sin poder evitarlo comenzó a llorar, al tiempo que intentaba levantarse de la cama y unos brazos la agarraban por los hombros para que se volviera a tumbar.

– Vannesa, te has desmayado, quédate tumbada mientras voy a llamar a un médico-. Le dijo Alex con calma.

– No, quiero ir con Larry. Dime que no es verdad Alex, dime que él no esta muerto-. Le pidió Vannesa sin poder dejar de llorar.

– Cuando te tranquilices te cuanto lo que ha pasado.

La puerta se abrió y una enfermera entró, al ver a Vannesa despierta se le formó una sonrisa en la cara, y ella procedió a contarle lo que había pasado. Resulta que cuando Vannesa escuchó que habían perdido a Larry durante la operación, sufrió un shock tan fuerte, que se había desmayado, y no pudo escuchar que habían podido recuperar lo, y que se encontraba en reanimación esperando a que los efectos de la anestesia se pasarán.

– Entonces, ¿Está vivo?-. Preguntó Vannesa con cautela y el corazón latiendo le desbocado.

– Si Vannesa, Larry está vivo, y no ha dejado de preguntar por ti desde que despertó.

Sin Confianza NO queda nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora