Bienvenidos a Blaine.
Decía el cartel nada más entrar a la ciudad. Estábamos a punto de cruzar la frontera entre Estados Unidos y Canadá y a Henry le pareció bien que parásemos un tiempo a descansar. Llegámos a un pequeño bosque y acampamos. Cerca de donde habíamos acampado, había un pequeño lago. Me dirigí hacia allí, me quité las zapatillas y la camiseta y me tiré al lago.
Nada mas sentir la suave caricia del agua en mi piel sentí como mis músculos se destensaban y como el estrés desaparecía y podía pensar con claridad.
Un millón de recuerdos vinieron a mi mente. Todo lo que había pasado hasta llegar aquí, todas las aventuras que viví junto a mis amigos, todo lo que había sufrido. Era un ciclo sin fin que parecía no acabar nunca.
Abrí los ojos debajo del agua y ví a una nereida mirándome. Cuando se dió cuenta salió corriendo, quiero decir nadando... ya me entendeis.
Nadé hacia la superficie y me dirigí a la orilla para tumbarme en la tierra.
- Hola Percy.
Automáticamente me levanté a la vez que extendía a Contracorriente. Me giré en todas direcciones hasta que vía un sátiro sentado en una piedra.
- ¿ Grover ?
- El mismo - dijo sonriendo. Guardé mi espada y corrí a abrazar a mi mejor amigo. Había crecido más desde que lo ví por última vez, vestía unos vaqueros, sus zapatillas de pega y una sudadera de Green Peace. Sí, el mismo Grover de siempre.
- Oye, no es que no me alegre de verte, pero ¿ que haces aquí ?
- Bueno, hace unas cuantas semanas llegué al campamento y me enteré de que habías desaparecido, otra vez. Estuve hablando con Annabeth, que por cierto cuando te ve te va a matar, y me pidió que fuera a buscarte. Y aquí estoy.- aclaró- Ahora te toca a ti contarme que te ha pasado.
- Decuerdo, pereo tengo hambre a si que vamos a comer algo.- dije.
- Tu siempre con hambre Percy.- se burló. Yo le saqué la lengua.
* 20 minutos más tarde *
Estábamos sentados en una mesa del Mc'donals deborando nuestras hamburguesas, mientras le contaba a Grover todo lo que me había pasado desde que me fui del campamento. Le conté que era un Jinete de Dragón y que el mío se llama Neón, que podía hacer hechizos y usar la magia, que podía mover objetos con la mente y que me acompañaban un viejo misterioso y un chico de mi edad llamado Erick.
- Uau, ¿ así que tienes un dragón ?- preguntó Grovere asombrado.
- Sí señor.- dije- Grover no estás aquí solo por mí ¿ verdad ?
- ¿ Cómo lo has sabido ?
- Intuición.- contesté. Mi amigo suspiró.
- Es por una misión. Ares dice que si no recupera una cosa no participará en la guerra que se avecina.- dijo.
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El despertar de una leyenda
FanfictionHola estimado semidios. Si estás leyendo esto es porque ya conoces mi historia, o al menos parte de ella. Pensé que todo había terminado, que todo iría bien y que podía ser feliz el resto de mi vida junto a mis amigos y mi novia. Que equivocado est...