Capitulo 18

2.5K 309 37
                                    


Le sonreí, totalmente nerviosa y atontada debido a que no tuve la oportunidad de salir corriendo por la ventana, aunque hubiera sido mala idea por los tres pisos que había antes del suelo. No pude mirar a Natsu , o mejor dicho mantener mi mirada en él, mientras él me veía; pero tampoco pude hacerlo con Levy, porque ella quizá podría ver en mis ojos alguna aflicción. Y no estaría del todo equivocada.

-¿Por qué no le abriste a Natsu?-. preguntó, entre tanto que yo bajaba de la cama y me acercaba para salir de mi habitación, aunque no quisiera.

-Oh, perdóname-. intenté mirar al interpelado pero su mirada me derritió el corazón incluso antes que éste pudiera latir, así que me apresuré a hablar para quitarla rápido-. Es que me quedé dormida con la música a todo volumen-. me excusé y luego me dirigí hasta la cocina para tomar una manzana, pero más para huir de ambos. Porque por el lado que sea, yo me sentía culpable.

-No, no te preocupes-. me dijo Natsu y su voz hizo que las piernas me temblaran.

-Lo encontré sentado afuera, quién sabe por cuánto tiempo estuvo allí-. musitó Levy y por la colilla del ojo miré cómo se giró hacía Natsu para darle un abrazo cariñoso.

El hecho de que no quería admitir que me daban celos, no evitaba que los sintiera.

Entonces el timbre sonó interrumpiendo el beso que estaban a punto de darse y corrí alegre a abrir la puerta, dándole gracias a quién sea que estaba del otro lado.

Cuando abrí, un ramo de rosas rojas le tapaba la cara a alguien y sólo divisé las viriles manos que lo sostenían. Todos nos quedamos observando, confundidos y curiosos, hasta que el ramo de rosas bajó y pude ver el bello rostro juvenil de Gray, sonriéndome.

-Hola-. me dijo.

-Hola-. musité, aun confundida.

-¿Puedo pasar?-. preguntó.

-Adelante-. animó Levy, esperando ver la escena que ya imaginaba.

Recordé las palabras de Gajeel de esta mañana, y me esforcé de verás por no sacarle provecho al asunto. Al menos no a propósito.

Fullbaster condujo sus pies hasta quedar atrás de mí, y luego yo cerré la puerta, temiendo por lo que pudiera pasar a continuación.

-Ten. Es para ti-. me dijo cuando le miré y me extendió el ramo.

No quería, pero no pude evitarlo y miré por la colilla del ojo a Natsu, quien tenía un ceño ligeramente fruncido. Luego a Levy, quien con ojos como platos contemplaba la escena, ajena a la expresión de su novio y completamente emocionada; como de esas niñas que ven un espectáculo de navidad en primera fila y apenas pueden esperar para saludar al sujeto gordo vestido de Santa Claus.

-Gracias, Gray-. tartamudeé, tomando el ramo.

-Te dije que lo haría y bueno, yo siempre cumplo-. musitó.

Antes de que pudiera yo decirle algo, Levy habló, pero para Natsu.

-Oh, amor, eso me hizo recordar-. dijo-. Gracias por la rosa-besó su mejilla. Natsu , desconcertado, frunció el ceño.

-¿Cuál rosa?-. preguntó.

Oh, oh. Pensé.

El corazón se me aceleró en un intento de explotar de nerviosismo y las manos desprendieron un poco de sudor frío.

-¡Eh, Natsu!-. dije, adelantándome a la situación-. La rosa que le dejaste a Levy ayer, como disculpa porque no pudiste venir, ¿recuerdas?-. rogaba porque Natsu me siguiera la corriente y también porque no se molestara conmigo.

Manual de lo Prohibido; NaLuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora