Capítulo Treinta y uno

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Las bolsas bajo sus ojos revelaban evidente angustia y el tono rasposo que se marcaba en su voz me hacía entender que la chica no había tenido el descanso que desesperadamente necesitaba. Ella se dio cuenta de la posición cobarde en la que me encontraba; mis piernas se encontraban flexionadas hacia arriba y mis brazos envueltos en mi pecho protectoramente. Normani suspiró y negó con la cabeza antes de acercarse a mí a un ritmo cauteloso.

"Hablo en serio, Lauren", confesó, su voz suavizándose aún más. "Sólo quiero hablar, en serio. Luego me iré, lo prometo".

Sus dilatadas pupilas color marrón, recorrieron la habitación con urgencia, situándose en el familiar sofá que estaba en la esquina de la habitación. Normani agarró el sillón de los bordes y se acercó más a la cama, pero lo suficientemente lejos para aliviar la incómoda sensación de tensión que aún crecía dentro de mí.

Hubo un largo momento de silencio hasta que la chica confundida volvió a hablar con un aplauso, "Así que, ¿Quieres que empiece yo?".

"¿Qué?", reí de manera cautelosa, cuidando de no animar a la mujer sospechosa. "¿E-En serio?".

Normani frunció el ceño ante mi respuesta. "¿Qué sucede contigo? Por lo general, esperaba alguna gran explicación de tu parte o una de esas discusiones de padre e hijo acerca de cómo estás enojada conmigo".

"No puedo hablar", entrecerré los ojos intensamente a su dirección. "Accidente. Incendio".

Sus ojos se abrieron ampliamente al darse cuenta finalmente, "Mierda. ¿Realmente dañé tu fluidez?".

Normani inmediatamente se arrepintió de su afirmación y apretó las palmas de sus manos contra su boca con la esperanza de ocultar el secreto expuesto, pero ya era muy tarde.

"¡Tú!", mis piernas ya no se encontraban juntas y el miedo en mi lenguaje corporal se eliminó en el aire. Yo ya me encontraba fuera de mis sábanas, caminando hacia Normani mientras la rabia, finalmente, se apoderaba de mí. Señalando con el dedo índice directo en su rostro. "¡Tú lo hiciste! ¡Jesucristo, Normani!".

El exceso de palabras salieron disparadas de mi boca como balas recargadas.

"¡Podrías haberme matado! ¡Maldita sea!; ¡Podrías haber matado a Camila! ¡¿Sabes que la encontré apenas con vida y aplastada por su propio techo?! ¡Ni siquiera sé si voy a ser capaz de volver a hablar! ¡¿Qué cara—".

"Lauren", Normani respiraba con dificultad.

"¡No! ¡Escúchame idiota! ¡Tú habías planeado esto todo el tiempo! ¡¿No es así?! ¡Tú sabias que estaba recibiendo nuevos medicamentos y que necesitaba a alguien que me cuidara, así que me drogaste y me abandonaste justo cuando me quedé dormida y así poder iniciar el incendio! ¡Jodidamente brillante! P-Pero no es brillante, ya que pudiste haber matado a alguien. ¡Heriste a muchos inocent—".

"¡Lauren!", la chica de piel oscura me interrumpió en un tono mucho más amenazante esta vez. Ella esperó unos segundos para asegurarse de que no volviera a hablar de nuevo antes de decirme la evidente situación que yo todavía no había reconocido. "Tu fluidez suena espectacular".

Abrí la boca, no para decir algo, sino para revelar lo sorprendida que me encontraba.

"Bueno... maldición", levanté mi mano derecha hacia mi cabeza para enmarañarlos en mi cabello con confusión. "S-Supongo que me pusiste nerviosa".

"¿Podrías callarte por un par de minutos?", preguntó Normani lo más amable posible con una suave sonrisa. Una vez que procesaba su petición en mi mente, asentí. Ella suspiró visiblemente y juntó las manos para detener la cantidad de nerviosismo que, claramente, había recorrido su cuerpo.

If I Were A Boy (Camren) [TRADUCCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora